PRIMER VIAJE DE CARMEN PINEDO
¡Hola! Un nuevo periplo de
esta sección de viajes hechos con la brújula imantada de tiempo y nostalgia. Para
los que no seguís estos viajes comentaros que es una sección abierta a
cualquiera que le apetezca participar con crónicas de su primer viaje, esas
anécdotas y momentos inolvidables, y esas fotos de antaño. Ya han
participado algunos blogueros (podéis pinchar el nombre para ver cada uno de sus
viajes)que nos han contado sus anécdotas, añoranzas, sueños y confidencias.
GRACIAS!!!
Este nuevo primer viaje tiene matices reconocibles, bastantes
diría yo. Tiene una historia dentro de otra, con presente y pasado. Un trazado
de pincel en cada imagen elegida para contar esta andanza. Es otra dimensión del viaje entre la
realidad y la fantasía que solo puede hacer ella, me refiero a CARMEN PINEDO
Su BLOG recoge esa visión personal que tiene de su vida, de
sus pasiones. Esta valenciana es divulgadora del arte, embajadora de esa historia del arte con la habilidad de comisaria (de exposiciones) y disciplinada en la
técnica para documentar cuadro a cuadro. Y si no sabes de pintura, con ella no
hay problema, aprendes a sentir esa locura (o pasión), la que pudo tener el artista y que Carmen nos hace sentir como nuestra y ni te das cuenta. Son esos momentos
que comparte para fantasear con nosotros, para hacernos divagar por su mundo y termina dando pinceladas de color al nuestro. Es
una docente camaleónica que atrae los colores para que los veas con la nitidez
cromática que solo los ojos hábiles pueden ver. Demuestra con las entradas de
su blog esa habilidad para enseñar, para viajar con la ilusión, o construir el
miedo (pero es solo miedo escénico, no temas). Ella juega contando
historias con imágenes e ideas, a veces es niña y otras es mujer. Es una cuentacuentos
de la irrealidad, niña traviesa que desdibuja la realidad, sobre todo cuando es
demasiado espectáculo, demasiado “bonito” (dicho por ella misma) demasiado poco
real.
Carmen es adiestradora de las palabras. Fantasea revelando
secretos entre sílabas; es capaz de hacer que se avergüence la semántica. No
conozco a nadie que sintonice arte y expresión lingüística de formas y maneras
tan particulares. El arte del verbo y el sustantivo lo domina. Es escritora de
ensayos y ficción, ha escrito artículos para revistas y ha sido premiada por
sus trabajos, algunos con novela histórica. Su viaje no os dejará indiferente. Sabed que
hay que leer entre líneas y…entre cuadros y descubriréis entonces la intimidad de sus
emociones.
Eran los años 90 y su primer viaje a Siracusa...
«... “Este primer viaje –siempre primero,
siempre viaje- que es vivir”. Siempre al comienzo, siempre como por primera
vez. Todo. Llegar a un lugar en el que a lo mejor has estado muchísimas veces y
descubrirlo como algo nuevo. Perderte en tu propia ciudad. ¡Asombrarte cada
noche cuando ves la luna, como si no la hubieses visto nunca! ¿Te acuerdas de
lo que escribió Ramón Gaya sobre Florencia? “Hemos correteado, de pasmo en
pasmo, todo el día”. Pues así voy por la vida, correteando de pasmo en pasmo,
pegándome trastazos, levantándome y diciendo: “¡mira!”. No tengo remedio.» Carmen.
Y ahora colaros en todos sus renglones que el permiso ya lo tenéis.
La
dimensión fantástica
Mi llegada a Siracusa fue digna de un Papa. La bolsa
de viaje que colgaba del hombro basculó hacia delante y me arrastró con ella
desde la puerta del vagón hasta el andén de la estación, de modo que lo primero
que hice fue besar la noble tierra siciliana y, lo segundo, reírme. Me levanté
del suelo y, muerta de risa, de hambre y de amor, me lancé en brazos de la ciudad.
Pascal Campion, En el tren |
Hambre, risa y amor son algunos de mis compañeros habituales en este primer viaje –siempre primero, siempre viaje- que es vivir. Llegué a Sicilia enamorada de ella antes de conocerla: las páginas de varios escritores, y en especial las de Leonardo Sciascia, habían atrapado desde hacía mucho mi alma. Y ahí estaba, por fin. Un momento… ¿qué era eso que olía tan bien en las calles de Siracusa! ¡Hojaldre! No tardé en descubrir que, casi en cualquier lugar de la ciudad, era fácil encontrar estas sfoglie en las que apenas un punto leve de crema prestaba un contraste delicioso a la gravedad del hojaldre.
Pascal Campion, Rebelde, rebelde |
El hotel donde nos alojamos se
hallaba frente al mar. Había conocido, sin duda, tiempos mejores. Uno de los
pocos empleados del hotel era un señor mayor idéntico a Boris Karloff. Su
especialidad era aparecer detrás de cualquier puerta que abrieses o en el
recodo de los pasillos que recorrías. No faltaron los sobresaltos durante
nuestra estancia en el hotel, como podéis imaginar. Por lo demás, era un señor
muy amable y educado y a mí me sabía mal dar un respingo cada vez que aparecía
de repente.
Frankenstein, James Whale |
Siracusa, ya sabéis: una colonia griega que inició su andadura en la isla de Ortigia, es decir, Artemisa; solar de sabios como Arquímedes y tiranos como Gelón; tierra, como toda Sicilia, de cruce de caminos, de paso de unos y de otros, ahí nos quedamos, ahora nos vamos porque son otros los que llegan... Sicanos, sículos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, hérulos, ostrogodos, bizantinos, sarracenos, normandos, franceses, españoles: ¡qué festival de gentes, de lenguas, de tradiciones!
Miki de Goodaboom, Llegada a Siracusa |
Visitamos sus ruinas, la fuente
de la ninfa Aretusa, el teatro griego, las latomías entre las que destaca la
chivata Oreja de Dionisio, el anfiteatro romano, los templos… En una calleja
próxima a la catedral –que, os recuerdo, fue erigida en el siglo VII sobre el
templo de Atenea e incorpora sus columnas- había un pequeño taller de cerámica
donde compramos una cabeza de Medusa, una de Aretusa y una trinacria. La
ceramista, a quien no sé por qué di en llamar Betel, me regaló un pequeño búho
de color verde, que aún conservo. “Atenea”, me dijo, seria, mientras depositaba
la figura en la palma de mi mano. “Atenea, sí”, le respondí. Le di las gracias
y después aún nos miramos por un instante, con nuestras manos unidas a través
de la figura del ave y la sensación de haber intercambiado el nombre de la
diosa como una contraseña.
Cabeza de medusa |
Siracusa es piedra y mar,
historia, pero no es solo un ayer exhibido
ante los turistas. Hay vida en ella, y también hay muerte. Ancianas vestidas de
negro, niños que juegan en las calles del casco viejo y, pegadas a las puertas
y los muros de las casas, esquelas que se dejan allí hasta que la lluvia y los
días lavan nombres, fechas, memorias, y cada uno de los muertos parece morirse
un poquito más en la ilegibilidad final de esos papeles. Todo esto es también
vida, vida de verdad vivida, más allá del espectáculo.
Steve De Mello, Escalera en Siracusa |
Reconocimos Siracusa: nos
reconocimos en ella. Intensamente. Fue ella, y no otro lugar, la puerta por la
que accedimos a esta isla de rostros y paisajes distintos entre sí, de tiempos
entreverados, de músicas, de sabores y silencios: esta Sicilia amada más allá
de los libros que me enseñaron a amarla. ¿Una Sicilia… real? En parte, por
supuesto, aunque no podemos olvidar las frases de Leonardo Sciascia que ya cité
en otro momento: “Toda Sicilia es una dimensión fantástica. ¿Cómo se puede
vivir en ella sin imaginación?”.
Katie Jurkiewicz, Siracusa |
¿Solo en Sicilia? ¡No! ¿Cómo
podría vivirse, sea donde sea, sin imaginación?
Nicolas de Staël, Playa de Siracusa |
Es mi impresión o ¿no es verdad
que con Carmen cuesta muy poco ajustar la imaginación? Ella nos hace ver el camino hacia el
infinito de cada parte y del todo.
¡¡¡ Muchas gracias Carmen!!!
Y ahora música para seguir adelante
El humor, un estado de ánimo para el amor
¿Por qué dejar de pensar si
este pequeño sueño podría desvanecerse?
este pequeño sueño podría desvanecerse?
Impresiones y
pinceladas sueltas que se me ocurren con este viaje de Carmen.
La “Vida de verdad
vivida”, la Artemisa que es Ortigia, todo esto es tan real… que me dan celos las páginas
sin escribir y envidia de lo desconocido por ver, y pienso ¿cómo hacerlo más cercano para que no me dañen las ganas de viajar allí? Sí, ya la
veo, Sicilia está más cerca de lo que creía, sí porque yo quiero hacer que lo
sea, para cuando la vea creer que ya la he visto. Me comprometo a ello. Ahora
me quedo con la Sicilia que no está en el Mediterráneo, la que está en el
Atlántico. Donde los sonidos son también célticos. Esa cadencia siciliana que quiero
que suene a gallega; sicanos, siculos y celtas galaicos tan alejados pero los
abrazamos, ¡pero no, que eran piernas! La magia de la Trinacria, las tres piernas
de Man. Gaitas y panderetas sonando arriba y abajo a ritmo de “Alalas”, “Tarantelas”
y “Muñeiras”. O ¿acaso el Triskel no es celta, no es Trinacria? ¿Acaso no
fueron matriarcales gallegos y sicilianos? O ¿Es tal vez, pura coincidencia
como ese luto de las mujeres y esos ritos ancestrales? Petroglifos quedan y paralelismos
culturales hacemos, pues ya puestos a crear similitudes... Pero en esto no me meto, ni idea
tengo, se lo dejo a los que saben.
Un abrazo para todos y en especial a Carmen Pinedo, Gracias !!!
¡Qué preciosidad, Eme, cómo has conseguido enriquecer, dar cuerpo, sentido y belleza a lo que no era más que una serie de anécdotas e impresiones por mi parte!
ResponderEliminarMe he quedado pensando en lo que comentas sobre Galicia. Creo que hay algo común, un punto de encuentro, entre todas las tierras y todas las personas, cuando son auténticas. Esa autenticidad es imprescindible: en ella es donde conocemos y reconocemos.
Muchísimas gracias por embarcarme en este viaje contigo y junto a otros amables viajeros (hasta este momento, Miguel, Milano, Xus, Josep Mª, Rosa y Chelo). Gracias por tu invitación y tu amistad.
Un fuerte abrazo, Eme. Auténtico.
Gracias a ti siempre por ser tan auténtica en tus entradas; por hacerme pensar, reflexionar, sentir más allá de lo imaginable con tus letras y tus cuadros. Es un lujo tenerte cerca. Es un honor tenerte por un día en este blog. Espero que también lo disfruten los compañeros. Un abrazo
EliminarTiene el sello personal de Carmen, me encanta.
ResponderEliminarBesos
Sí,es inconfundible, hola Sol!!!! besitos
Eliminar¡Hola, Sol! Mi sello, cayéndome de los trenes y sufriendo ataques de risa, enriquecido por los comentarios y las aportaciones de Eme. ¡Un abrazo, Sol!
EliminarQué manera más intensa de vivir un viaje!,... pero también recordarlo con esa intensidad que hace vibrar a quienes lo leemos.
ResponderEliminarHola Norte, gracias por visitarnos y ahora te dejo con Carmen...
EliminarDudé entre varios primeros viajes, Baile. Esbocé, incluso, los comienzos de diversos textos, pero al final pensé "Siracusa" y bailé una tarantela. ¡Baile de sur! Un abrazo, Baile de Norte.
EliminarMe ha recordado mi viaje a Sicilia y mi paso por Siracusa y la isla Ortigia.
ResponderEliminarComo siempre, las palabras de Carmen llenan de belleza, más si cabe, ciudades, paisajes, situaciones y sueños.
Un beso a las dos.
Gracias Rosa, qué envidia de viaje, yo ya me lo he apuntado, primero a Galicia y luego a Siracusa a ver que hay de relación entre ambas. Un abrazo
Eliminar¡Pero no conociste a mi Boris Karloff del hotel, Rosa! ¡Qué sustos tan deliciosos nos daba! Un abrazo, parisina :)
EliminarTormenta! Cuando pase del todo,conecto el ordenador y vengo,Es bonita! Abrazos con truenos y lluvia, amigos. Hasta luego!
ResponderEliminarM-A-R-A-V-I-L-L-O-S-O
ResponderEliminarPues esos pastelillos de hojaldre y crema, José Luis... Mmm. Un A-B-R-A-Z-O con S-O-N-R-I-S-A.
EliminarEsos pastelitos, ¿no eran los riquísimos canolli?
EliminarNo, Rosa.Lo mismo me preguntó otra amiga, Claudia. ¡No he probado los cannoli! ¿Puedes creer que me enteré de su existencia más tarde, a través de Camilleri? Bueno, eso habrá que solucionarlo. En cualquier caso, toda la gastronomía siciliana me entusiasma. ¡Ay, qué rico!
EliminarQué estupendo, cuanta emoción encierra esa palabra, qué estímulo, por la parte que me toca. Gracias Jose Luis
Eliminar«Llegué a Sicilia enamorada de ella antes de conocerla» ¿A cuántas personas nos pasa eso? Nos llega información de aquí y de allá, y vamos creando una imagen y alimentando el deseo de viajar para sumergirnos en ese sueño que hemos creado.
ResponderEliminar¡Jo! ¿Veis lo que habéis hecho entre las dos, Carmen y Emerencia? Ahora, no tengo más remedio que ir a Siracusa. Ya me pica la curiosidad.
Besos para las dos.
¡Claro que no tienes más remedio que ir, Milano! ¿Verdad, Eme?
EliminarUn beso, Milano Negro.
Hola Milano, siiii, y tanto jeje, y yo de tu mano porque a mi me ha entrado una curiosidad enorme de ver estos rincones que nos ha trae Carmen. Lo pondré en preferente (la agenda digo jeje) Un abrazo
EliminarQué maravilla de entrada! Se nota que a Carmen le ha apasionado su viaje, está detallado y muestra la belleza de una ciudad cuando se descubre por primera vez! Un saludo, me ha gustado mucho
ResponderEliminarGracias, María, pero le "echaremos la culpa" a Eme ;) Un beso.
EliminarQué maravilla, Sicilia vista por Carmen parece diferente y mejor aún.
ResponderEliminarBesos.
Trocitín de Sicilia, solo. ¡Pero qué trocito! ¡Y con Boris Karloff incluido! Besos, Marigem.
EliminarHola Marigem, pues a mi no me importa encontrarme un Boris. Recuerdo que en mi viaje a Irlanda en una B&B me encontré uno que hacía juego con la casa, cuando andaba crujía la madera de la casa, era de película total. Cuando lo has contado me he acordado de esa experiencia, solo fue una noche, dos, tres creo que no lo hubiera podido aguantar, el sueño digo. Un abrazo
EliminarMaravillosa entrada Carmen!! Qué manera de hacernos sentir Sicilia, Siracusa y su cultura, me ha encantado. No conozco Sicilia y tengo esa asignatura pendiente, con vuestro relato creo que ha pasado a primera fila en mis preferencias.
ResponderEliminarEnhorabuena a las dos por hacernos disfrutar con vosotras.
Un fuerte abrazo Carmen y Eme
Gracias a ti siempre viajera Xus, esta Sicilia ha sido una locura para todos porque la mayoría no la conociamos, es genial, ni una guía de viajes lo hubiera conseguido, me refiero a este despertar por conocer estos rincones sicilianos. Un abrazo
Eliminar¡Hola, Xus! Te vi por Nueva York, qué gusto. Para quienes os animéis a ir a Sicilia, os recomiendo la primavera (¡flores silvestres recubriendo todo!). Abrazos, viajeras Xus y Eme.
EliminarComo siempre llego tarde, descubrí la sección por el blog de Chelo y aquí me encuentro, de nuevo, leyendo y disfrutando a partes iguales. ¡Qué gozada! :)
ResponderEliminarQué manera de escribir tiene Carmen, de vivir la experiencia y lograr recrearlo, daban unas ganas enormes de compartir experiencia con ella.
Un viaje de ensueño, ¡enhorabuena a las dos!
Un abrazo.
Compartir experiencia... y los hojaldres rellenos de crema, Irene :) Un abrazo.
EliminarHola Irene, gracias por la parte de los hojaldres que me toca jeje. Es un regalo tenerte de compañera de nuevo para viajar y recrearnos con el arte de las letras y como no, de la pintura en Sicilia o el cualquier otra parte. Un abrazo
EliminarMe ha sabido a poco. Eso de empezar un viaje tropezando o cayendo, siempre me ha parecido un buen augurio. Y si encima te hace un guiño la misma Atenea...
ResponderEliminarSaludos.
Sí, es un buen punto de partida. Después de besar el suelo solo puedes ir para arriba :)
EliminarGracias, Gerardo. Saludos (y recuerdos, guiño y sonrisa de Atenea)
Gracias Gerardo por la visita, bienvenido. Saludos
EliminarPreciosa manera de narrar el viaje a Siracusa. Me ha encantado, esa manera tan maravillosa de aludir a la historia y al arte. Tiene que ser un auténtico placer viajar allí.
ResponderEliminarUn abrazo a las dos.
Hola Ziortza y tú que lo valoras mucho más con tu preciosa narrativa. Es un lujo leer a Carmen lo simple lo hace más bello aún si cabe, el lugar más recóndito seguro que ella lo envuelve de cinta de regalo para los sentidos. Esto entre tú y yo, espero que no se entere jeje. Un abrazo
EliminarOs he oído, que conste, pero haremos como que no ;) Un abrazo (¡dos abrazos!) para las dos.
EliminarEsta entrada es como Sicilia, un cruce de encuentros entre personas que dejan su huella y la enriquecen de pensamientos, cultura y amistad. Me ha gustado vuestro hacer Eme y Carmen, y ese bello mosaico de contrastes que esta página deja. Un abrazo para las dos.
ResponderEliminarUn feliz cruce de encuentros, Elena. Un fuerte, fuerte abrazo.
EliminarBienvenida Elena!!! por la parte que me toca, quedo agradecida y motivada... y enamorada estoy de cada lugar, de cada viaje a dos que realizamos. Éste de Carmen, entrañable. Gracias por la visita, encantada. Un abrazo
EliminarMe perdía este post, Eme, al igual que le tengo perdida la pista a Carmen (qué pena), pero me ha encantado leerla y hasta reírme de ese señor del hotel con esa curiosa habilidad de aparecer detrás de cualquier puerta.
ResponderEliminarEscribe con arte Carmen, pero tú no te has quedado atrás en las líneas en que hablas sobre ella, ¡un lujo de entrada!
Besos a ambas
¡Chelo! Es verdad, andamos perdidísimas... ¡pero seguimos cerca! Es lo que sucede con estas grandes, gigantescas plazas por donde nos movemos. Yo, además, ando un poco alejada últimamente, por diversas razones. ¡Pero volveremos a pasear del brazo!
EliminarA mí lo que me gusta de esta entrada es la parte de Eme. ¡Genial! Y el señor del hotel... ¡ay, qué hombre!
Un besazo, Chelo.
Hola Chelo. Gracias por la media parte jeje. Estas entradas a mi blog me regalan conocer un poco más a cada una de las compañeras (compañeros son pocos hasta ahora) y he disfrutado mucho con el de Carmen al igual del tuyo. Es fácil hablar de vosotras cuando nos seguimos desde hace tanto tiempo y en este caso una me llevo a la otra ¿os acordáis? supongo que no, pero fue así. Sois entrañables por ello. Y aunque no estemos siempre presentes en todas las publicaciones que subimos pero estamos, a pesar del paso de página. Un abrazo a las dos.
EliminarMe he dado cuenta que me había perdido esta entrada y me han entrado unas ganas inmensas de viajar a Siracusa.
ResponderEliminarA pesar de que ahora visito menos de lo que me gustaría tu blog, Carmen porque no tengo tiempo de casi nada, lo cierto es que si pienso en arte lo identifico contigo. Me encanta ver el arte a través de tu mirada, observar esos detalles e imaginar todo lo que nos cuentas, me encanta mirarlos así.Es un placer apreciar esas pinturas, a veces conocidas y otras no, dejándome guiar por lo que cuentas.
Y con alma de artista, también Eme ha escrito una entrada delicada llena de alma.
Besos y felicidades a ambas
Ay, Conxita, el tiempo... ¡Cómo se nos escurre entre las manos! No llegamos, no llegamos... y de nada sirve ponernos nerviosas por eso: es peor. Yo creo que lo mejor será... ¡escaparnos todas a Siracusa con Eme! Luego, ya en Sicilia, aprovechamos para recorrerla toda y, de paso, ir en busca de Montalbano. ¿Cómo? ¿Que es un personaje de ficción? ¿Qué importa? ¡Sicilia o la dimensión fantástica!
EliminarUn fuerte abrazo y feliz verano, Conxita.
Sí, por favor Carmen, esto es una locura, Grecia con Gema y Siracusa contigo, y yo sin conocer a ninguna. Gracias Conxita por tus palabras. Si que es verdad, Carmen es nuestro cuadro en prosa, arte en tela, alma de pincel, bergamota,..me voy, me hallo y me encuentro. Un abrazo
EliminarPue yo si que me lo había perdido. Pero nunca es tarde y todavía llegue a tiempo de verlo antes de que se acaba el año. Y en esta tarde de Nochebuena es un regalo que me ha traído el Olantzero , poder vivir la experiencia de carmen y verla reflejada en esa visita espectacular que hizo a Siracusa. Un abrazo a las dos
ResponderEliminarAy Mamen, nunca es tarde aquí y lo sabes, me alegro que lo hayas disfrutado, un beso grande a puertas de la navidad. Un beso
Eliminar¡Nochebuena en Siracusa! Feliz noche, feliz Navidad, Mamen, Eme, todos. Abrazos.
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