LILITH, LA PRIMERA Y LA MÁS GRANDE

Es tiempo de orquídeas. Ellas aparecieron cuando el mundo no tenía dimensión, ni escala de razón que lo limitase. Y aquí siguen todavía. Por marzo ellas salen de la tierra diminutas, inapreciables, dispersas por pradería y boscaje. Consideradas insignificantes y aun así, dueñas de su calibre y sus formas. Seres que acallan un misterio, o tal vez no sea uno, sino dos los secretos que esconden. Las orquídeas dejan sus testículos a buen recaudo bajo tierra, solo muestran unas enigmáticas flores con el sol de la nieve; ese sol que deja escapar el primer rayo filtrado de los hielos de marzo. Las más bellas y las más extrañas flores nacidas del frío y la luz, de la escarcha y el rayo. No hay linaje vegetal en la tierra que se aprecie como ellas; han superado las situaciones más adversas para llegar hasta nuestra era. Seres maravillosos que, bajo la influencia de Venus, traen consigo dosis de amor y exacerban la lujuria; puede que sea por su aspecto… o quizá, porque es dos en ...