UN GIRO DE EMPATÍA

Antes de abrir la puerta se agarró la nuez y aplastó las amígdalas sobre ella. Cada día fingía ser una persona diferente. Hasta ahora le había ido bien. En cuanto bajó la manivela, la batiente cedió, dio una vuelta de campana sobre su eje y él se tragó la nuez. Ese día la puerta se cansó de ser ella misma.