QUIERO SER VENCEJO

¿Quién ha dicho miedo? pues entonces es porque no conoces al vencejo. La autoestima se sube a lo más alto, al filo de las pestañas, cogerías el plumón de la cama lo desplumarías contra la pared y te harías un traje con él; abrirías la puerta y saldrías volando. Hemos nacido para volar!!! Ya lo dijo Dante. Y este es el momento de pensar en quién o qué nos hace volar. Ya está con nosotros el ave de la primavera tardía, la que danza con el viento, la que llega para quedarse todo el tiempo que dure el verano. Prepárate para volar junto a estos aeroplanos alados. Al atardecer con ese ir y venir, mezclados todos en el cielo, con golondrinas y aviones, y ¡¡chillando de gusto!! La longevidad siendo vencejo se alarga: comes la mitad, andas (bueno, vuelas) el doble y chillas (te ríes) el triple. Esa silueta de hoz, cortando el azul del cielo, verdaderos cazas (no de guerra) de insectos, con precisión de asombro y velocidad d...