LA VENTANA
Era con un oso y hablaban. No recordaba de qué pero hubo un momento en el que ya no se reconocía. No era él. Y el pulso se le aceleró. Gritó para sus adentros como nadie antes lo había hecho. Se levantó, cogió un taburete, abrió la ventana y se sentó dejando caer las piernas. Aquella red social le había vaciado de la razón. Ya no veía la diferencia de las cosas. Y así seguía enganchado mientras se amarilleaba y llenaba de agujeros. Fue una de aquellas noches cuando soñó con Tramp. Era aquel oso con el que hablaba aunque más bien era el animal el que lo hacía, él solo le escuchaba ladeando su cabeza y además asentía a sus palabras. ¿Acaso se estaba convirtiendo en un idiota? Se despertó nervioso. No dejaría que ese oso ni ningún otro oso le domesticaran. En aquella ventana miró a un punto fijo y sin mover los ojos dejó de pensar y ante él apareció un hermoso amanecer. Ahora todo tenía su razón de ser. Rio hasta llorar.