TROVO, FANDANGO Y VERDIALES

Es verano en Andalucía, agosto de fandango cortijero, trovo y verdiales. Vámonos pá Málaga, pá la As(x)arquía con los verdiales, o mejor no, que nos quedamos, en Graná, en Almuñécar, con su fandango cortijero o tiramos pá la sierra con el trovo de la Alpujarra. Son festivales, son alegrías. Noche de luna, noche de algarabía. Hay clichés del tiempo donde esta música se fijó y le abrió el camino al flamenco. Quién diría que un fandango fuera la antesala del cante y de este baile, pero ¡ay! que se le quedaron por el camino los platillos el violín y la pandereta. Solo el flamenco enraiza en el mundo con la guitarra y las castañuelas; y ese traje montañés de paño de fandango, con ese corset y esas cintas, se le llenaron de lunares, de provocación gitana y escote bajo. ¡Danzemos pues señores y señoras, por malagueñas o granaínas! Al compás de la panda y la copla . Y no es cualquier cosa esta modesta música de la clase campesina, que hasta Mozart hizo buen u...