SU MENTIRA




Hoy llueve fuerte. Llueve intentando aplastar el asfalto. Llueve de una forma que el agua se traga la espuma del barro; la veo correr calle abajo para ahogarse en las alcantarillas. Hace un rato yo me he tirado bajo esa agua y han sido sus guantazos en mi cara los que me han ayudado a verlo claro.

Llevo media vida recibiendo abrazos, falsos abrazos; media vida con apretones de manos, diligentes e interesados. Y esa mitad de mí mismo hubo un tiempo que estuvo llena de palabras, palabras amarradas a ideales, pero pasó, se vaciaron, sucumbieron en una mentira y detrás vino otra. Y hoy por fin, lo veo claro. Renuncio. Porque es ahora cuando escucho esos murmullos  pegados a mi frente, gritos de quienes no les he prestado la atención que merecen.

Soy ministro, casado, cincuenta ¿y que más? Político ocho horas al día, una hora marido y media padre. Visible a tiempo completo, invisible para mi familia. Como rata deambulo por todos lados donde me lleva la corriente de mi partido. Asiento por natural convicción de principios, aunque después hago lo que me da la gana. Mis ayudantes me llevan a contracorriente y transcriben las palabras que debo decir; ellos me quitan las pulgas en partes que yo mismo ni me las veo y también, claro, por si alguna de ellas les salta y les pica. Yo — mi Nombre no importa, podría ser cualquiera camino a la dignidad— he descubierto mi pasión tardía: ser persona. Estoy sobreviviendo en un caos que lo siento en mi propia monotonía. Cuando llegué a la cantera joven de mi partido, lo vivía con cierta pasión y no era engaño, pero... esto ya lo he dicho ¿no? Mi vocabulario era escaso y aun así articulaba palabra con palabra. Ahora no quiero ni escucharme, respondo lo mismo una y otra vez por inercia y con una sonrisa muy estudiada. Aprendí con sobresaliente el lenguaje del gesto y el saludo mudo; hasta tal punto lo manejo bien que a esta altura de mi vida he olvidado lo que es pronunciar palabras por impulso natural, con convicción. Cada día uso un traje como un muñeco de papel, de aquellos recortables, y con ellos falseo mi aspecto para hacer creer que las cosas avanzan y la grosería no se me nota. Mi jornada política comienza cuando mi secretaria me trae el desayuno y le manoseo la apariencia. Releo las noticias, para ver donde cae el “si tú más” y donde entro mejor con mi tirada en el tablero de juego "quita que yo me pongo". Estudio poco, nada, a veces como si estuviera leyendo un tebeo de Pepe Goteras y Otilio. Mi estrategia es asegurarme día a día que peones caerán y que peldaños subiré yo. A mis pies hay una cartera de piel, piel de ministro, vacía, casi desmayada de aburrimiento, ahí está ella, sin abrochar, sobre la alfombra, la única conciencia abierta que me queda. La gente de mi alrededor es el tablero que piso y sus cabezas, las baldosas sobre las que me muevo como una tarima flotante. Poco a poco me he instalado en una vida falsa, en un sillón falso, rodeado de avatares que muevo a mi antojo. Me importa una mierda las miserias de la gente, forman parte del juego ¿esto también lo he dicho? o quizá ya se ha supuesto, pero ahora, con ese baño de agua, todo ese millón de gotas sobre mí; ahora es cuando empiezo a sentir melancolía de la verdad. Voy a por los remos. Aunque comience con estos pies falsos, pero al menos con ellos sé que puedo salir a nado antes que me ahogue en mi propia miseria humana. Ya no lo aguanto "sálvese quién pueda". La población se ha echado a la calle por lo miserable que soy. Me han caído encima, son como ese aguacero, la gente la he sentido como esa tormenta. He mantenido el tipo con la independencia, con la luz y los carburantes, la reforma fiscal, pero con ellos no puedo. No puedo ser ajeno a sus manos temblorosas, a su paso lento y a sus palabras escritas en cartones. Me pesan demasiado estas imágenes, esos gritos. Voy a ser benévolo. Necesito dejar de ser político para convertirme en persona, entrar en las vidas, en las suyas, las que me han mantenido en el puesto hasta ahora.

Y es ahora cuando abro mi escritorio, con vergüenza, para escribir una nota de mi propio puño y letra: «Dimito. No sé quién soy». Y tal vez, en la próxima avalancha humana yo vaya también buscando mi propia dignidad en la tormenta. Esto último lo pienso, quedaría bien, pero mi partido no me creería.






Comentarios

  1. Qué buen relato, Emerencia. Y qué necesario...

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    1. Gracias Marta por tu visita, pasaré a leerte. Un abrazo

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  2. Hola Eme, me llama la atención como haces ver en tu relato cuando los políticos, y por cierto también los futbolistas, responden de manera tan mecánica a los periodistas que parecen robots cortados por el mismo patrón. Por cierto, no sabía que en España existía la palabra dimitir en relación a la política, ja,ja,ja.
    Un anbrazo y buen fin de semana.

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    1. Un abrazo ¿y antebrazo? uhm, si que te das entero, jaja, no como otros. He estado haciendo un sondeo por google sobre causas de dimisión de ministros, la mayoría y me he encontrado con esto.
      Existen países donde un político dimite cuando comete una infracción, bien por casos de corrupción o escándalos. Casos que en nuestro país ni se lo plantearían políticos de cualquier índole política (aunque ahora que lo digo creo que hubo uno aquí...) en fin me he encontrado con: Político que han querido dimitir por llegar tarde y no poder contestar a preguntas que se le formulaban ese día en el Parlamento británico; esto es un caso reciente de este año. O casos de dar positivo en un control de alcoholemia, esto fue la ministra de educación secundaria sueca en el 2016. Ministro británico que dimite por ocultar una infracción de tráfico, esto ocurrió en 2012.Ministro de defensa alemán deja su cargo tras plagiar su tesis doctoral, u otro ministro de cultura portugués, por amenazar con pegar a periodistas. Otro, esta vez noruego, por engrosar la factura telefónica a costa del parlamento. Otro ministro de exteriores, japonés, que renunció por reconocer que había recibido una donación política ilegal. Dimisión por haber mentido, un político ruso; y por último, dimisión del ministro griego de economía por haberse beneficiado de ayudas públicas.
      Ya ves si la palabra "dimitir" aparece, aquí en España menos, bastante menos.
      Gracias por tu comentario y tus apreciaciones. Un abrazo entero, jeje

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  3. Un abrazo y un antebrazo ;-)

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  4. Esto para mí es algo más que un relato...
    A mí me pasa como a Miguel que desconocía que la palabra "dimitir" existiera en política.
    En estos momentos escucho el sonido fuerte de la lluvia ¡quién sabe! tal vez, entre unas cosas y otras...la palabra vaya calando.
    Me ha encantado.
    Un abrazo

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    1. Hola Ana, aquí no ha dejado de llover, tal vez sea un buen augurio, al menos el campo y la salud lo agradece, lo más complicado es que cale tan hondo, muchas conciencias son muy impermeables. Gracias por dejar tu comentario. Pasaré a leerte en el tintero. Un abrazo

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  5. Una gran proclama contra la tiranía de la política. Ojalá todos los que son como él (que son demasiados ya), tomaran conciencia de lo que son, o no son, y se dejaran mojar por una lluvia limpiadora de faltas y pecados contra una gran parte de la sociedad.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep Mª, este protagonista no ha podido resistirse a dejar sus últimas palabras, no estoy muy segura de que país es ¿y tú? Pecados dices, uhm, tampoco lo tengo yo muy claro; este señor creo que ha mentido y seguirá mintiendo. ¿Arrepentirse? lo mismo rompe la nota, y es que compañero, de personas como este protagonista ya no te puedes fiar. Gracias, como siempre, por tus palabras. Un abrazo

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  6. Eso es impensable en este país. Aquí no dimite nadie. Se amaña, se tergiversa, se camufla y al final lo nefasto se hace regular; lo malo, bueno y lo mediocre, sublime. Y lo justifican.
    No, nadie dimite, ni reflexiona más que la forma de seguir y seguir acumulando poder, influencia, dinero.
    Tú relato es de ciencia ficción, casi una distopía.
    Un beso, guapa.

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    1. Hola Rosa, lo malo de estos políticos es que la gente se termine acostumbrando y lo peor es que por deriva social pase a los genes ¿te imaginas? Por cierto la palabra distopía no la conocía, he descubierto que es antiutopía y me he copiado de la wikipedia sus significados: "una sociedad ficticia indeseable en sí misma" "representación imaginaria de una sociedad futura con características negativas que son las causantes de alienación moral". Efectivamente, lo has clavado, el concepto resume muy bien la esencia del relato "Poseer una naturaleza irreal: utópica para describir estados sociales y/o políticos ilusorios e imaginados". Gracias como siempre, tus aportaciones son muy interesantes. Un beso linda.

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  7. Qué bien has resumido como son las cosas, con lo que han trabajado mis padres y a mi madre este año le han subido 0,53 céntimos la pensión, vaya fortunón, es que me entra una rabia...
    Besos.

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    1. Ay mi Gemma, lo que cuentas es algo que año tras año se repite. Y es que a todos nos va a tocar. La jubilación está a la vuelta de la esquina. Yo lo he vivido de cerca con mi padre. Ha costado más las cartas mandadas que la subida en sí. Pero, lo que más me indigna es ver a todos esos mayores por las calles, de la ideología que sean, personas jubiladas que están manteniendo con sus pensiones a sus familiares más jóvenes. Esto no se sostiene. Y me preocupa bastante la falta de conciencia y consideración que la raza política (cualquier ideología) y con la frivolidad que se están tomando todo lo que está aconteciendo en nuestro país. Ya lo he contado arriba en el comentario a Miguel, por mucho menos muchos políticos han dimitido. Gracias por tu comentario. Un abrazo

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  8. Me pongo en pie para aplaudir, porque el relato bien se lo merece. No se puede decir mejor, Eme. Y sobre todo con esa contundencia, con esa fuerza de palabras medidas y escogidas con precisión, con esa elegancia. Aciertas además al poner tu discurso en boca de uno de ellos, pues el sentimiento de culpa que transmite se acrecenta, si bien es verdad que como bien han dicho esto en este país es ciencia ficción, bien es cierto que porque nosotros les dejamos. Desespera comprobar el hartazgo general en la sociedad y sin embargo ahí siguen, una y otra vez, mintiendo, aprovechándose del miedo, del patriotismo de banderita, de la ignorancia y la desinformación, para seguir robando. Quisiera pensar que estas palabras no caerán en saco roto, que esta vez sí será la definitiva, pero soy totalmente pesimista respecto a ello. Visto lo que se cuece, me temo que lo que va a venir será aún peor. ¿Y es que cómo convencer a la gente de que cuando nos roban, no es porque metan la mano en la caja, que lo hacen la mayor parte de las veces desde la más pulcra apariencia de legalidad aún cuando infringen todos los días las normas que ellos mismos nos han dado? En fin, que me sale la vena reivindicativa. Me ha gustado mucho tu relato, desde un punto de vista literario y desde otros puntos de vista también. Un abrazo.

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    1. Hola Jorge, mira por donde vengo de terminar tu relato de Jimmy y el caso Cooper, ya te dejé mis impresiones por tu casa. Bueno, me alegra tu comentario porque este protagonista no deja a nadie indiferente, sobre todo, con lo que está cayendo en España. Es un político que se pueda situar en cualquier lugar y país, pero todos lo hemos hecho nuestro. Hay relatos que incomodan, que inquietan o desasosiegan, pensé cuando lo escribía, que este entraba en este apartado, que la gente lo leería, sin dejar comentario al respecto. No se porque los personajes políticos provocan estas sensaciones ¿tal vez porque aun no nos hemos desembarazado de "ataduras" para expresarnos libremente como cuando lo hacemos con otro tipo de personajes literarios. No puedo añadir mucho más con lo que cuentas, comparto tu sentimiento y sabes captar y sintetizar la historia. Gracias por pasarte por aquí y plasmar todas esas percepciones personales que te inquietan. Te dejo unas palabras de Cortázar y no me preguntes el porqué, solo se me ha ocurrido: "una historia se mueve en un plano del escritor donde la vida y la expresión escrita de esa vida logran una batalla fraternal... la historia que contamos es algo así como un temblor dentro de un cristal, una fugacidad en una permanencia..." Un abrazo compañero.

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  9. Genial, Emerencia. Tu relato llega como agua caída del cielo. Muy bien traído y muy bien escrito.
    Qué necesario es un buen aguacero de humildad y realismo que limpie la política, para que se le aclaren los ojos y miren más allá de su propio ombligo.
    Un saludo

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    1. Hola Carmen, gracias por posarte compañera. Hoy luce el sol y la lluvia quedó atrás. Los medios de comunicación forman parte de esta tormenta, saben como lanzar rayos para que tu vista vaya hacia un sitio u otro. La manipulación es demasiada. Este protagonista entra en un bucle a contra corriente, pero es un ejemplo. Seguro que los periodistas ya se encargarían de que su decisión no se notase mucho. Un abrazo

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  10. Esos políticos... Lo malo es que están ahí porque los hemos puesto esas gotas de lluvia que hoy -parece- lo están echando afuera. Madre mía, ellos deberían de cambiar y no hablar por boca de ganso con frases huecas a lo que les pregunta, pero... ¿y nosotros? ¿por qué los volvemos a colocar allí una y otra vez? ¿No deberíamos ser más exigentes con ellos? La lluvia surge del mar y vuelve al mar. Ellos han surgido de nosotros. ¡No tenemos remedio!
    Buen relato, amiga mía. Suerte en el Tintero

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    1. Hola Juan Carlos. Esa es la otra cara de la moneda. El protagonista lo dice bien claro "la gente, que lo han mantenido en el puesto, sus votantes" Esas frases huecas por boca de ganso... comparar este político con un ganso salvaje que vuela alto miles de kilómetros y en V, sería un insulto para el ganso. Es España pesa todavía la historia de la represión creo. Y por otro lado, con respecto a la "lluvia" al menos, esta primavera ha llovido y seguirá lloviendo, ya lo dice el refrán: "cuando marzo mayea, mayo marcea" todavía no se han acallado las voces. Un abrazo compañero.

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  11. ¡¡¡ Muy bien narrado y con una gran carga de razón en todo lo que dices!!
    El verbo dimitir está obsoleto entre la clase política y sería interesante que empezara alguno a hacerlo, seguro que le aplaudiríamos.
    Un texto digno de un aplauso.
    Besos Emerencia y suerte en el concurso el T. de Oro.
    Puri

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    1. Gracias Puri. Bueno a ver quién es el primero, de cualquier partido, ministro, diputado o senador. Un abrazo, ya pasaré a leerte compañera.

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  12. Qué relato tan duro, Eme, aunque todos en un momento u otro sospechamos que es la verdad, toda la verdad. Creo que es duro porque aniquila el poquito de esperanza que nos pueda quedar en que los políticos, de verdad, trabajen por el pueblo y para el pueblo.

    Ojalá cundiera el ejemplo de tu protagonista y hubiera dimisiones en masa entre la clase politica. Probablemente otros vendrían a ocupar su lugar, pero sería muy gratificante :))

    Muy bueno, y muy original. ¡Mucha suerte en el Tintero!

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    1. Hola Julia, todavía no he pasado a dejarte un comentario sobre tu cambio de imagen bloguera, por cierto, me quedé pillada con el nombre que le has puesto, bueno ya hablaremos de eso. Gracias por tu visita y dejar tus impresiones ¿duro? creo que no es la mitad de lo que el protagonista nos quiere contar, es un mentiroso. Yo no me fío de la gente que miente de esta forma, tan natural, a costa de los demás y con la confianza de la gente. Y como dice Juan Carlos los votantes están ahí, tienen mucho que decir. Lo que ha ocurrido en España, por ejemplo, con los jubilados, acallados, en parte, por el morbo social ante el asesinato de un crío. Los medios le han dado mucho más publicidad a un tema que a otro por interés de los políticos ¿cuántos niños desaparecen, mueren al día, a la semana? pero esa semana había que acallar voces, como sea, y les tocó a las de los jubilados. Pero, ha empezado la primavera y las tormentas no han parado. Con respecto a lo que dices, de que las dimisiones serían un ejemplo, está por ver quién da el primer paso. Un abrazo Julia

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  13. "Político ocho horas al día, una hora marido y media padre"...Con esto ya lo dice todo, Eme. La verdad que tiene que ser difícil dimitir de uno mismo para ser persona, ¿qué era antes? Un ser sin personalidad y solo palabrería, ¿no?

    Genial texto. Te deseo mucha suerte.

    Un beso

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    1. Hola Chelo, creo que también participas en el Tintero, tengo que pasar a leerte.Gracias por pasarte linda. Un beso

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  14. Ojalá nuestros políticos hicieran esa reflexión y tomasen una decisión tan acertada, para ellos mismos y para los que los sufrimos.
    ¡Suerte, Eme!

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    1. Hola Alma, felinos somos libres de corazón y alma, siete vidas y reencarnados cuatro veces. Me encantó tu micro. Gracias por tu visita. Un beso

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  15. Buen relato, Emerencia, en mi opinión muy utópico porque no creo que los políticos dejen de lado sus intereses para arrepentirse de esas indignas actitudes que mantienen y si lo hicieran tendrian que dimitir en masa. Mucha suerte en el concurso. Un abrazo.
    https://pilargonzalezescritora.com/

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    1. Gracias Pilar por compartir aquí tus inquietudes. Con uno que dimita, ya sería un ejemplo, en masa eso sí que es una distopía. Paso por tu blog. Un abrazo

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  16. Eme, qué relato tan bueno, tendrían que leerlo los políticos, a ver si tienen humildad y dimite alguno. Los mayores en masa gritando por una pensión digna y manteniendo a la familia y a los nietos. Mientras que esto no cambie y los jóvenes tengan trabajo dignos y puedan mantener la bolsa de las pensiones esta es una España del país de nunca jamás "dimitiremos". En las urnas puede estar la solución . Un abrazo

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    1. Gracias mi niña, me alegra que te haya producido esas inquietudes que me compartes. Las urnas es parte de la solución, claro que sí. Un abrazo Mamen.

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  17. Es muy fuerte¡
    Si todos, aunque un poco, tuvieran ese remordimiento, algo se podría hacer. Pero el problema es que a todos les gusta el empacho y aun con la boca llena y a punto de echarlo todo, quieren más. Obvio, todos los políticos. El relato es muy bueno, y duro.

    Mucha suerte en el concurso.
    Saludos.

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    1. Hola compañera, fuerte como la tormenta, sí, puede parecerlo, el protagonista se confiesa. El remordimiento..."hay quién dijo que el infierno no está en el remordimiento sino en el corazón vacío" muchos de los que ejercen la político lo tienen a mi parecer. No importan el daño que hacen y a que precio, mientras ellos mantienen su sillón. Gracias Keren, un abrazo

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  18. Emerencia, un relato como anillo al dedo, para lo que nos toca vivir cada día..escuchar cada día las mismas mentiras, los discursos hechos a su medida, para proclamar sin proclamar nada, palabras huecas sin mirar a nadie a los ojos. Solo el ansia de poder, a costa de todo y de todos. Tu protagonista dimite, excepcional, ojalá hubiera aunque sea uno que lo hiciera..Muy buen relato. Un abrazo.

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    1. Hola Miry, tú lo has dicho, lo has resumido estupendamente el pensamiento de este personaje. Gracias ya leí tu "Primavera esquiva" que se le empieza a ver por estos lares. Gracias y un abrazo

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  19. Amiga Emerencia, ¡menudo texto te has sacado de la chistera! Escrito con tu elegante estilo, su temática es ácida, utópica (diría yo) y actual, muy actual. Por todo ello, humana. Y por más que lo intento, no identifico al tal Alejandro entre la nómina de políticos, del pasado o del presente, que soy capaz de recordar.
    Muy buen texto, compañera.
    Te deseo mucha suerte en el "Tintero".
    Un abrazo.

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    1. Hola compañero, el tal Alejandro puede ser cualquiera hoy en día, puedes ser quién tu desees y del que no te fíes, hoy en día hay una cartera amplia en todos los partidos, no se escapa nadie, ¿será el siglo que viene del revés? Gracias por dejar tu comentario. Un abrazo

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    2. Creo, amiga, que debería ser como tú dices, pero no veo muchas bocas en las que encajar el: «Dimito. No sé quién soy». Porque a ese matiz es al que yo me refería al indicar que no identifico a Alejandro, compañera. Quitando ese extremo, en lo demás no hay duda alguna de que se podría meter en el mismo saco a casi todos.
      Abrazo fuerte.

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  20. Gracias, Eme, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!

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    1. Gracias ¿porqué? ah, no me acordaba jaja, mentiiraa, un beso

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  21. Muy bueno el relato Eme, cualquier parecido con los politicos de aqui es pura coincidencia, ja, ja.

    Aunque plasme esa carcajada, lo que verdaderamente dan esos politicos, son ganas de llorar y de avergonzarnos de pertenecer a la misma especie.

    Como siempre magnifico uso del lenguaje

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    1. Vaya Idalia, creí que esta raza solo se daba por el Mediterráneo, ya veo que también pasa el charco. Gracias siempre, amiga, por pasar a leer por esta casa. Un beso

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  22. Un alegato contundente, como un guantazo en todo el careto, (el careto de quien se lo merezca), tal cual.
    Me gusta mucho Emerencia, que te salgas de tu “modus operandi” habitual y, sin embargo, sin perder tu esencia. Esta vez hay azules ni verdes, hay negros y grises (barro y asfalto)
    Magnífica la bifurcación entre persona y político, o lo uno o lo otro, que por lo visto no hay elección.
    ¿Sabes? nunca había pensado en cómo se sentía los que se dedican a la polis esa, en cómo se sentían por dentro, pensaba más en cómo nos sentimos los de fuera, porque creo que es un sentir general, sean del partido que sean, que están cortados por un patrón similar, hipócritas, impostados, manipuladores… si alguna vez tuvieron ideales lo perdieron en el camino del poder.
    No me creo mucho el arrepentimiento final del ministro de turno, s si fuera así segur que renunciaría a cobrar durante dos años el 80% de su salario de Super Ministro, independientemente del tiempo que haya ejercido su cargo… renunciaría a la pensión máxima garantizada… vamos igualista que la de los viudos y viudas de esta España nuestra.
    País…

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    1. Ay Isabel, siempre intento contestarte a tiempo, justo por estos comentarios tan primorosos y por la atención que dedicas para leer estos textos, pero esta vez no he estado conectada, me fui al campo a ver si me artrosis se mejoraba, claro con tanta lluvia, los huesos se quejan. Bueno a lo que iba. Niña Isabel, soy más cambiante que ese tiempo del que te he hablado, caer en la monotonía poó, como que no, y ya verás el relato que voy a subir ahora. Me da vidilla, los temas que me caen al oído y me remueven las emociones; intento de alguna forma compartir un sentimiento, una historia, un viaje, un cuento.., todo a corazón batiente. A veces intento meterme en la piel de alguien, personajes, personas que desconozco como son, con tienen un "latir" diferente al mío; por esta razón creo estos personajes, de esta forma intento comprender (que ya es mucho en este caso que nos ocupa). El final del relato pues que cada uno interprete lo que estime oportuno, de hecho, creo que Alejandro no dimite. Por cierto, no estoy muy puesta, pero creo Isabel que todos esos "privilegios" económicos no los pierden los políticos, a pesar de que a algunos (los menos) se le crucen "los cables". Por menos otros y otras en países cercanos se han marchado de su sillón. Gracias de nuevo. Por cierto tu último relato volví anoche a leerlo y leí tu respuesta, no sabía el nombre de tus lagartos, como bióloga se me escapó ese detalle. Este relato tuyo "el cazador" es ingenioso, original, bien estructurado, muy bueno; la construcción de la historia me ha cautivado y esos diálogos, el desenlace de los lagartos, creo compañera que esta vez te llevas el oroo, y yo que me alegroo. Un beso grande

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  23. Con el "cabreo" se me ha olvidado desearte suerte en el tintero y darte un besazo. Muacks.

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  24. Interesante y profunda esta visión: Un político, LA política... Persona al fin y al cabo, lo olvidan, lo olvidamos... Somos eso personas que cada instante se buscan aunque olvidemos hacerlo. Nos equivocamos, vamos con la corriente, la corriente potente que te arrastra hasta el momento en que, como retratas, haces un algo para cambiar de dirección... Finalmente de la conciencia de estar perdido nace una forma de tomar camino.
    Me encantó leerte :)
    Abrazo!

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    1. Hola Diana, gracias y también ellos olvidan de quienes son y lo que son, elegidos por una población a la que representan y se deben a ella. Gracias por dejar tus apreciaciones. Un abrazo

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  25. Hola Emerencia

    Un relato muy bueno. Me gusta como lo has escrito, el sentimiento que le pones... Una persona que no puede más, tanto por su propia culpa como por la de los demás.

    Un abrazo y suerte

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    1. Hola Paola, gracias por dejar tu comentario, por cierto, tu relato me gustó mucho, ese Pelaílla me cautivó. Un abrazo compañera

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  26. Hola, Emerencia
    Debo decir que, es magnífica la introspección de tu personaje político, la ambientación genial.
    Más vale tarde que nunca, ahora verá el mundo gubernamental desde el otro lado de la moneda.
    Un abrazo y suerte en el concurso!

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    1. Hola Yessy, gracias por el comentario, sí ojalá lo viera, aunque viendo las noticias diarias de la falsedad de los políticos, sus mentiras y como nos tratan como idiotas a todos, no se si realmente mi personaje dimite y se va a una isla desierta o se cambia de país. Un abrazo compañera

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  27. ¡Hola, Eme! Me ha encantado tu relato y cómo el político carroñero ha ido dándose cuenta de sus miserias. Mucha suerte en el Tintero, un saludo.

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    1. Hola Beatriz, gracias por pasarte y dejar el comentario. Un abrazo

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  28. Un relato de rabiosa actualidad sobre el eterno y feroz combate entre lo ético y lo rentable. Esa frase final "buscar la dignidad entre la tormenta" supone un colofón excelente resumiendo y rematando la historia con notable acierto.
    Suerte en "El Tintero de oro"
    Te invito a conocer mi blog: castroargul3.blogspot.com.es
    Saludos cordiales, Emerencia.

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    1. Bienvenido Paco, gracias por tu visita y dejar tus impresiones sobre el relato. Pasaré a leerte. Saludos.

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  29. Dame la manita pepe Luí :)

    Esto Eme... que oootra vez estamos unidas en mención ¡qué suerte que tenemos compañera!
    Felicidades, tu contundente relato-puñetazo me encantó, que lo sepas.
    Enhorabuena

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    1. Vaya, por aquí no me había pasado, jaja, ahí que nos vemos otra vez, tú con tu pierna negra y yo con la Abu, pero mírame Isabel ¿no me oyes? chica desde que tomas mescalina, estás ida, par die, par die, jaja. Se me fue la pinza. Un beso

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  30. Ay Eme, ¿Dimito? ¿Esa palabra existe en este país? Jijijijiji

    Me ha encantado este relato que, a modo de reflexión, dibuja el panorama real de lo que es el común de los políticos en la actualidad. Finalmente, vivir de la política se ha convertido en una profesión y luchar por defender el puesto de trabajo, una obsesión. No es eso lo que necesitamos. Pero no estoy convencida, con los tiempos que corren, que esto cambie algún día.

    Un besito

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