LA PRIMERA VEZ DE NIÑA LAURA
Era la
primera vez que lo hacía fuera de su casa. Sus ojos miraron a la izquierda, a
la derecha, disimuladamente giró su cara hacia atrás, y de pronto, una detonación
en el silencio de la calle: PPRRRR «qué a gusto». Se sonrío por el retumbo. Pero, qué mala suerte, alguien tosió desde un
balcón. Bajó la
cabeza. Comenzó a andar como si no fuera con ella.
*
La vergüenza
de niña Laura le ruborizó la cara, un rojo a mermelada de frambuesa se le quedó
colgado en los mofletes. Siguió caminando más aprisa, aceleró el paso, por si el
peo disfrazado de trueno le fuera arrojado desde el balcón, como los rayos de
Zeus desde el Olimpo. Caminó hasta volver la esquina y volvió su cara para
comprobar si algo le perseguía. Retomó su paso y comenzó a pensar en voz alta:
«No
comprendo como una sana y placentera costumbre sea una falta de educación.
Tampoco te vas a dejar reventar la tripa, al fin al cabo son gases. Hay que ver
que pudorosos, cuando es de bebé o de viejo, nadie se queja. Considero que el peo es un
acto de afirmación y no hay como él para el desarrollo y la salud existencial. Si estuviéramos en tiempos del imperio
romano esto no pasaría, ahora en la era del descubrimiento y conquistada la
libertad de expresión…. ¡y una leche! pero si vetamos el ojete ¿Qué nos queda?».
Niña Laura
dejó de rumiar, por si sus revelaciones alterasen el compás de su tripa. Y es
que ella tiene razón, es cuestión de giros aéreos. Hasta las hormigas son
peorrillas; peces y gusanos también se peen ¿cómo? ¿no te los imaginas? Y
puesto que hablamos de animales, quién tiene un gato lo sabe bien ¡ni una vaca
le supera! puaf, y esos no son descuidos que a veces te lo soplan en la misma cara…
–¿Qué dices? habla alto – es niña Laura que la he ignorado
– Qué digo
que el peo es un delirio de buena voluntad que a veces va de parranda. Y qué
arte, ¡qué percusión! En grupo son peetes que hacen de tu culo una trompeta,
qué digo yo, una tuba y un trombón ¡qué tronío!
–Es lo que
digo, que aire son y al aire van, atmosféricos
sin más ¿Sabes que en medicina los llaman meteoritos y otros le llaman flatos?
será para acercarlos más al universo, al cosmos de los placeres.
–Niña Laura,
yo no entiendo mucho de asuntos etimológicos, tú eres más lista en esto; yo me
dejo llevar más por el sonido, por el ruido que hacen, sabes. Puedes ir borracho,
ebrio, y es un pedo, y si vas más fino, un cuesco, como hueso de melocotón. En
el fondo el peo da risa, es graciosillo hasta en el nombre.
–También son
poesía– ni imaginar la cara que he puesto y por decir algo,
–Es mucho
decir ¿no?
–¿No conoces
a Quevedo? – comienza a subir los brazos en un rizo hacia el cielo– “El pedo es como la nube que va volando y por donde pasa va fumigando,
el pedo es vida, el pedo es muerte y tiene algo que nos divierte;
–se va emocionando– el pedo gime, el pedo llora, el pedo es aire,
el pedo es ruido y a veces sale por un descuido –más todavía– el
pedo es fuerte, es imponente pues se los tira toda la gente” Pr, Pr…
–Anda, ¡qué
bien! Vaya, que sonata barroca, que rondó, ni Haydn lo podría haber hecho mejor.
Pero hay que tener cuidado…digo, con tanto peo. No hay que pasarse, tienen también
su límite. Se prescriben que no sean más de diez al día, porque entonces se puede
entrar en un estado crítico... ¡Niña Laura! ¡niña Laura!
*
Niña Laura,
ha desaparecido. Se escucha: PPRRRR, PPRRRR, resuena en toda la calle. Ejem, ejem. Bueno,
mucho me temo que se ha ido con la música a otra parte. Para hacerlo la primera
vez no le ha salido mal el concierto ¿no crees?
Te superas Eme, jajaja
ResponderEliminarNo he parado de reírme, di que sí, aquí tanta libertad de expresión y luego uno no puede y está totalmente privado de airearse a su propio gusto, ;)
Es muy bueno y divertidísimo.
Un besazo.
Eso a reivindicar la era romana, a ver quién se lo tira más fuerte, por cierto ¿sabías que hay concurso de apagar velas? con el culo, se entiende jajaja. Gracias Irene. Un abrazo
EliminarEs genial, Eme. Estás hermosamente escatológica. Te ha quedado precioso el relato. Divertido, tan bien escrito, con su música y su poesía. Muy bueno.
ResponderEliminarUn beso.
Ja,ja, qué bueno, me has hecho buscar la palabra escatológica, y me imaginado que no iba de creencias así que me he ido al inframundo, hija Rosa, es que el colon da mucho juego, ja,ja. Gracias guapa. Un abrazo
Eliminar¡Qué gustazo volver a leerte compañera!
ResponderEliminar¿Sabes Emerencia? No todo el mundo sabe jugar ni ponerle la voz de niña o niño al personaje infantil. Te has metido en la piel de Laura, no la has visto desde fuera, has sido ella, incluído los sonidos onomatopéyicos que le gustan tanto a los peques como ese PPRRRR Y además, por fortuna no nos has explicado lo que es un niño, has sido un niño una niña), la has puesto a actuar tosiendo, mirando a un lado y a otro y… PPRRRR
Pues nada… gracias por este concierto.
Gracias Tara, qué gusto verte de nuevo por aquí. Sí que si, ha sido un concierto muy entretenido, ja,ja. Un abrazo
EliminarHola Eme, jamás pensé que se podría hacer un relato sobre esta temática de viento, ja,ja,ja. Eres una valiente y muy buena escribiendo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Miguel. Te cuento que este relato está centrado en uno que ya escribí hace un par de años. Pero chico, con el tiempo lo vuelves a leer y bueno, lo he cambiado prácticamente entero. Haciendo estas cosas te das cuenta como vas cambiando, aprendiendo, y no solo te autocorriges sino que cambias prácticamente el relato, eso si manteniendo el tema principal. Un abrazo
EliminarJajajaj madre mía!! No puedo parar de reír! La niña Laura está indignadísima!! Te ha quedado un relato muy divertido y..."musical" jajaj
ResponderEliminarUn besito!!
Gracias María, sí que está enojada, tantos "tapujos" ,y casi prejuicios, para tirarte un peo, jeje algo tan natural. Que le vamos a hacer tenemos vetado los sonidos aerotrifágicos: garganta y tripa jaja, nos suena mal al oído. Un abrazote
EliminarJe, je, je Divertido relato, Eme. Como se suele decir mejor fuera que dentro, el problema es la puñetera costumbre que tiene la gente de ponerse tras uno cuando la ventosidad aparece. Todo un homenaje a una costumbre tan humana y necesaria como es el arte del "pear". Un abrazo!!
ResponderEliminarQue valiente inventiva la tuya Emerencia, mira que rociarnos ese tremendo aroma al compás de la mejor y mas necesaria música, ja, ja.
ResponderEliminarCreo que le has robado otra historia a Boloduy de sus coloridos bolsillos y has creado una oda a la libertad de expresión intestinal, acompasada con unas cuantas tonadas de libertad estomacal.
Sorprendente y divertida, y muy osadas y atrevidas tus musas, ja, ja.
Hola David, hola Idalia, gracias compañeros, solo trato de dar la "nota, un punto de humor. Me alegra que os hayáis divertido, yo conforme lo escribía, me partía de la risa. Un abrazote a lo dos.
ResponderEliminarQué divertido!! Y esa poesía clásica ha sido todo un descubrimiento. Un abrazo.
ResponderEliminarHola amiga Zarzamora, gracias, es muy divertido ese poema de Quevedo, es toda una inspiración, jajaja aunque mejor no "inspirar" mucho jejeje. Un abrazo
EliminarJaja, que relato tan alegre y festivo
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Suni, gracias, un abrazo
EliminarFlatulencias y meteorimos, los tenemos todos los vivos, jajaja. La niña Laura era generosa, pues no se los quedaba para ella sola. Además. mejor fuera que dentro.
ResponderEliminarAlguien me contó una vez que Jesús, por un pedo rió y por un eructo giró la cara. No sé de dónde sacó esa ocurrencia, pero debió ser para justificarse, pues solía soltar los gases por el ojete como un automóvil por el tubo de escape.
Un relato muy ocurrente y divertido. Me lo he pasado en grande.
Un abrazo.
Jaja, vaya con el Jesús, si ya te digo que en tiempos de los romanos esto era normal, los gases bienvenidos eran ya sea por el ojete u por otro boquete, jeje. Gracias Josep Mª
EliminarYa me habías adelantado sobre este cuento cuando visitaste mi blog, y no podía dejar de leerlo, que la curiosidad me picaba. ¿Qué tendrán los cuescos que nos hacen tanta gracia? Nos despistas con el título, la primera vez de niña Laura, que parece que va de otra cosa, pero resulta que es mucho más inocente de lo que nuestras mentes piensan. Muy simpático y divertido este cuentito. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jorge, síi el título clarísimo, jaja esa primera vez que se tira un pedete y alguien la escucha en la calle, hay que ver que mala suerteeee. Un abrazo
EliminarVaya ingenio Eme, todo un relato dedicado a las flatulencias, y hasta te ha salido elegante, oye, a pesar del tema. Y es que para todo hay que tener arte, también para hablar de peos. Y a ti arte te sobra, jeje.
ResponderEliminar¡Genial!
Un fuerte abrazo.
Jaja, gracias Ziortza, y es que no hay que ser tan pudorosos ya lo dice niña Laura. Un abrazote
EliminarSi es que a relatos originales no te gana nadie, Eme. Tocas todos los palos y todos los temas con tu particular chispa en las letras. Eres una "genia" ;-)
ResponderEliminarBesosss
Hola linda, jaja, depende de la inspiración del momento, no descarto de escribir alguna de terror algún día. o de sexo, o negra, o... bueno pues no faltan temas para inspirarse. Gracias Chelo. Besos mil
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