CAOS
Se levantó con un caos en la cabeza, no encontraba su propio norte. Miró de nuevo lo que había escrito y rehecho la noche anterior e hizo un intento gutural de risa. Una sonrisa alzada entre la pesadumbre y el desconsuelo. Estaba solo. Sentado en su sillón de felpa verde, en aquel rincón, arropado en el vacío de una bata roja deshilachada y arrugada; con los dedos abrasados por la nicotina, al igual que su labio inferior y el esmalte de sus descascarillados dientes. Las manos cruzadas, temblorosas. Los dedos cosidos, estaban abrasados y cosidos. Pensó como había podido llegar a escribir aquello. "Comienzo a escribir y no me conozco" - lo expresó en voz alta-. "Siempre he dicho que la literatura no debe ser agredida. La palabra debe seducir y no aducir. Me siento que he atropellado mis propias letras, las siento como si resbalaran del papel por simple inercia de lo impropio. Me doy de bruces contra mi propia plática de años”. Este escritor tal vez pensó que si alguien leía su rompecabezas se volvería en contra de él. En realidad, por mucho que lo intentara no volvería a escribir como lo había hecho hace años; cuando sus novelas atraían a tantos lectores...
Pero éste era realmente su engaño. Nunca tuvo libros como otros tenían, ni éstos se refugiaron en bibliotecas ajenas. Él no aguardó momentos, ni se amparó en sus renglones subido en plateas literarias. Y nunca escribió nada que fuera publicado. Jamás escribió una sola sílaba que sintonizara, ni párrafo que pudiera ser enlazado. Siempre construyó frases usando palabras ajenas; rebuscaba hojas, apuntaba frases, dejaba párrafos escondidos para unir los suyos, los que él consideraba como propios. Jamás pudo descifrar su pensamiento para esgrimirlo en unas simples líneas. Eran sus castillos literarios: soñar con alabanzas de quiénes nadie se las dejaron porque nadie le leía.
Al día siguiente con la niebla atrapada aún en el prado y creyendo que su vida seguía congelada como aquel amanecer turbio, cogió el lápiz y comenzó a escribir. Con lágrimas turbadas agarradas a las pupilas y esas manos en cierto modo temerosas, intentó reponer sus puntadas, las descosidas del día anterior. Limpió los pliegues de sus dedos con su mirada fija en ellos, y mientras lo hacía pensaba que era el momento de sincerarse con su interior y con la garganta medio agarrotada, trazó estas letras:
"Qué frágiles son los sentimientos, sólo se ven platillos sueltos sin el brazo de la balanza. Cuando la integridad se daña, en un instante quiero pensar en que mis palabras escritas puedan cicatrizar mi alma".
Hola, amiga Emerencia.
ResponderEliminarBuen texto el que nos has compartido, para reflexionar; quizá haya más de un personaje como el protagonista de tu relato, que aunque había engañado a sus lectores, consiguió hacerlo un poco menos con él mismo. Te felicito por este ejercicio en el que reflejas la sinceridad ante el autoengaño.
Te deseo suerte en el concurso.
Un abrazo.
Patxi.
¿para quién escribimos, para nosotros o para quién nos lee? a veces no es fácil combinar ambas cosas, necesariamente una ha de transigir en beneficio de la otra. Es algo en lo que todos hemos pensado alguna vez y por eso nos sentimos tan identificados con esta idea que has plasmado. Al menos el protagonista encontró al final su momento. Un saludo Eme.
ResponderEliminarEl protagonista es un escritor fracasado, a mi juicio. ¿Para qué escribimos? Obvio: Para ser leídos, sino todos guardaríamos nuestros relatos en un cajón, o en un diario personal lejos de la vista de todos.
ResponderEliminarCuando se es escritor novel, se escribe de lo que se conoce: de la familia, amigos, hechos que le han contado.
Tu post deja lugar a pensar...
Un abrazo literario.
Gracias, Eme, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un fuerte abrazo y suerte!!
ResponderEliminarLa autenticidad es la única manera de ser libres y por ende felices.
ResponderEliminarBuen relato Eme, cargado de sensaciones y emociones fuertes y liberadoras a la vez.
Difícil la tarea del escritor, ya sea novel o consolidado.
ResponderEliminarUn relato que da que pensar, Emerencia. Mucha suerte en el concurso.
Qué bueno Eme, me ha enganchado y me ha tenido pensando, de hecho he releído un par de párrafos porque estaba reflexionando sobre el anterior, jejeje, y eso es bueno.
ResponderEliminarFelicidades.
Interesante reflexión la que trae tu relato Eme y se suscitan tantas preguntas.
ResponderEliminarTu escritor encontró desde la autenticidad su voz, buscando en su interior lo que le hacía sentir y lo que quería contar.
Besos
El caos, sí, todo sale de ahí, y a veces nos resulta imposible organizarnos para sacar algo en limpio. Ser leído y aplaudido en ocasiones no se logra sino siendo uno mismo, y eso es lo que aprende este escritor, que no vale de nada engañarse poniéndose en la piel del otro puesto que no es sincero, al no sentirla como propia. Solo siendo fiel a sí mismo encontrará el orden que ansía, y tal vez, solo tal vez, alcanzará esos castillos en el aire. Buen relato, Eme, enhorabuena y saludos domingueros.
ResponderEliminarHola Eme, un relato desde el caos revoltoso en la mente de un escritor frustrado por sus propios miedos. Te deseo mucha suerte, ya que observo que has presentado el relato al concurso de David. Buena opción con un relato poderoso sobre los miedos, la inseguridad y la sinceridad rota.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato para reflexionar, Eme. A veces uno se pierde en lo que dicen los demás o cae en lugares comunes perdiendo su propia voz. Si bien nunca se es original del todo, es un trabajo diario buscar esa originalidad que nos refleje.
ResponderEliminarSaludos
Muy bien elegido ese título, Eme, porque sintetiza muy bien lo que le ocurre a tu protagonista hasta que una pequeña "revolución" interna le lleva a plasmar sus propias ideas o pensamientos.
ResponderEliminarGenia, amiga, ¡que tengas suerte en el concurso!
Un beso
Hola Emerencia, es la primera vez que visito tu blog. Es muy grato leer tu relato de ese escritor fracaso, un impostor en todo caso, que se adueñaba de los escritos de otros. Y, además, vivía la ilusión de haber sido publicado con éxito.
ResponderEliminarUn texto para reflexionar, con una narrativa que contiene mucha belleza, muy cuidada en el estilo. Mis mejores deseos para el concurso. ¡Mucha suerte!
Ariel
Buen relato, Emerencia, esa pelea constante con lo que uno escribe.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un abrazo
Hola compañeros, he leído todos vuestros comentarios, no he podido contestar uno a uno a tiempo. Pero sí quiero corresponder y, por supuesto, voy a leeros a todos los que participáis en la nueva convocatoria de “El tintero de oro”. Gracias: Patxi, Jorge, Tertulia, David, Idalia, Bruno, Marigem, Conxita, Eva, Miguel, Mirna, Chelo, R.Ariel, Javier. Voy a destacar y resumir. Me quedo con algunas de vuestras palabras y he intentado hacer un resumen con ellas. Me ha parecido interesante, aporta mucho al relato.
ResponderEliminar“CAOS. Reflexión ante “Yo me considero escritor”, difícil tarea que suscita una pregunta ¿dónde está la autenticidad de una voz literaria? CAOS. Cuando hay miedos, inseguridad y engaño. CAOS. Por ser novel que solo se escribe de familia, amigos y hechos diarios o por ser un escritor abocado al fracasado. CAOS, pero ¿para quién se escribe? CAOS. Cuando se acaba por transigir ante la demanda de otros. CAOS. Por considerarse un impostor, por esa falta de sinceridad propia. CAOS. Ser leído y sentirse libre a la vez”.
GRACIAS.
Que tal Eme, un saludo desde México.
ResponderEliminarCreo que la mayoría de los que pretendemos ser escritores (o tal vez sea solo yo) hemos tenido esta crisis. Me parece que la manera que nos muestras las dudas y titubeos de un escritor que se cuestiona hasta su originalidad es muy fuerte, lo cual hace tu relato muy bueno.
Me has dejado pensando un buen rato.
Felicidades.
José
www.cuentoshistoriasyotraslocuras.worpress.com
p.d. Ya había yo posteado pero no aparece, si me estoy repitiendo, pido disculpas.
Hola Jose Luis, justo había leído tu relato de "Sofía y Cayetano" y te había dejado comentario. Gracias por tu visita y bienvenido.
EliminarDespués de leer tu relato no hay duda que debemos reflexionar sobre lo que debemos o no debemos contar, sobre como apropiarnos de las palabras y los hechos de otros para hacerlos nuestros.
ResponderEliminarMuy buen relato, para pensar no cabe duda
Un abrazo Emerencia
Puri
Hola Puri, gracias por dejar tu comentario.
EliminarEmerencia, en tu relato has reflejado muy bien la lucha interna del escritor.
ResponderEliminarBuen relato. Te deseo mucha suerte en el concurso.
Besos.
Gracias Pilar, pasaré a leerte si participas. Un abrazo
EliminarCreo que el mayor logro del protagonista de tu relato, es que finalmente logra ser él mismo, al margen de los éxitos. A veces que lean o no a un escritor no depende de uno mismo, sino de varios aspectos que no se pueden controlar. Por eso creo, que al menos hay que intentar escribir con el alma, aunque esta frase esté muy trillada. Y al menos, lograremos el éxito de ser auténticos.
ResponderEliminarMe encantó tu texto Eme, muy reflexivo.
Un besazo.
Hola Ziortza, compañera, tú bien sabes lo que es llevar escribiendo un tiempo. Y el alma nunca se pasa, es la pasión en sí misma, el sentimiento, la inspiración. Gracias. Un beso
EliminarMe alegro y me encanta este final, porque siempre tenemos y a parte es que nos lo debemos, ser nosotros mismos, auténticos y no proyectarnos a favor de otros, por lo que encuentro tu relato, liberador.
ResponderEliminarSobre la palabra y su don, ella sin ninguna duda es una sanadora, capaz de dibujar y extraer todas las sombras que nos acechan.
Me ha gustado muchísimo, Eme, :)
Te deseo mucha, mucha suerte en el concurso.
Un beso.
Muchas gracias compañera, me alegra que te haya inspirado tanto: el deber a uno mismo, la autenticidad, la proyección. La palabra capaz de dibujar... me quedo con ella. Igualmente. Un abrazo
EliminarPoesía hecha relato. Complicada situación, pero bien está lo que bien acaba, o eso dicen...
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja, gracias David por tu significativo comentario, simple, preciso. Un abrazo
Eliminar¡Anda!... me acabo de dar cuenta de que participas con este relato Emerencia. Perdóname el despiste..., pues nada... me lo guardo y ya te diré. ¡Anda qué...! :)
ResponderEliminarBuen relato, Emerencia. Nos retratas el ocaso de un escritor en el que por fin consigue abrir su alma y volcarla en las letras. Nunca es tarde.
ResponderEliminarSuerte para el concurso
Hola Sara, bienvenida. Gracias igualmente
EliminarA veces basta con recogernos en nosotros mismos y escuchar la voz interior sin dejar que interferencias ajenas nos perturbe la escucha. Te deseo mucha suerte en el concurso, Emerencia. Un beso muy grande
ResponderEliminarHola Ana, bienvenida de nuevo. Gracias. Esa voz interior, como bien dices, conmueve el rastro que deja el pensamiento, traduce su sentir en las palabras, colorea la narrativa, definen los estilos. Un abrazo
EliminarPues aunque es lícito no enseñar lo que se escribe, (es una opción personal), me parece una creación incompleta. Un cuadro cobra sentido no solo por el acto de su creación, sino para ser contemplado; una música, escuchada; unas letras; leídas.
ResponderEliminarA mí me produce grima tu escritor, y no por el acto de voluntad de no publicar o compartir lo escrito, sino sobre todo porque es un plagiador de frases ajenas, no le redime que al final haya rebuscado y encontrado la frase joya. Un escritor no es una frase, sino un recorrido (compartido o no)
Y además se ha olvidado de algo, que aunque el escribir pueda conllevar ciertas dosis de “sufrimiento” además de sudor, este no-escritor no sabe jugar a inventar.
A mi me parece que has hecho el retrato de absurdo caótico.
La que sabe escribir eres tú...ná que ver con tu prota.
Suerte Emerencia.
Hola Isabel,totalmente de acuerdo contigo. Escribir si no te leen es como fingir hacer teatro (sin público).
EliminarEfectivamente, no le libra a este protagonista (escritor) esa frase, por eso es un instante en el que escribe siendo él mismo, pero hete ahí, es egoísmo puro, (escritor egoísta) escribe para sí, para liberar su propio nudo, e intentar liberar su enredada cabeza. Una caótica vida engreída en la falsa escritura. Hay un subtexto en el relato que invita a la reflexión de quién lo lee y sobre todo si escribe. Gracias. Un abrazo
Me gusta el planteamiento del texto. El caos que contiene a la nada. Pero como lector hay momentos en que me siento echado del territorio. Sobre todo en algún cambio de tiempo verbal que me descoloca.
ResponderEliminarSuerte
Bienvenido Don Kendall, pues encantada con este comentario. Ay, señor, señor, pero si es justo lo que me gustaría saber: ese momento en el que te quedas fuera, ¿dónde? no me digas que al final me he vuelto como mi protagonista: caótica y egoísta, nooo. Lo voy a repasar a ver si doy con esos tiempos verbales. Gracias. Un abrazo
EliminarAndo tan liada que hasta hoy no he llegado a este relato. Los voy leyendo por orden, entre otras muchas actividades que voy alternando para poder atender a todo.
ResponderEliminarUn relato muy bueno, Eme. Cuántos escritores habrá que jamás han publicado y guardan lo que escriben hasta dar con algo que realmente les parece digno de compartir.
Mucha suerte, amiga.
Un beso.
Gracias Rosa, no me extraña que andes liada, hija es que no se como sacas tiempo para todo.Y encima te metes en este "caos" pobre. Un beso
EliminarYo creo que quien tiene una vida interior, tiene algo que exteriorizar aunque no siempre encentre el modo de transmitirlo con las palabras adecuadas. Las ideas resultan, a veces, confusas y difíciles de expresar, tanto en voz alta como en un papel.
ResponderEliminarA tu escritor le ha costado mucho tiempo lograrlo pero finalmente ha sabido superar el caos mental en el que se hallaba sumergido. Esa es, por lo menos, mi interpretación de tu magnífico texto.
Un abrazo.
Gracias Jose Mª. Esta vez te echaré de menos, pero a pesar de ello estás aquí. Me alegra que el relato te haya trasmitido eso, que haya sido así. Creo que lo interesante es como cada lector lo interpreta, lo que saca del texto, aunque a veces no sea lo que haya querido contar el escritor. Es como las películas, según tu estado de ánimo, pasas por tu cedazo lo que quieres para tu cosecha interior. Un abrazo compañero
EliminarUn texto que nos llega hondo a todos los que escribimos y debemos, en ocasiones, elegir entre lo que nos gusta a nosotros y lo que creemos gustará a nuestros posibles lectores. Difícil dusyuntiva cuando sientes que te juegas tanto como expresión de tí mismo.
ResponderEliminarInteresante y reflexivo, Eme. ¡Mucha suerte en el concurso! :)
Besos.
Hola Julia, gracias. Igualmente con esa "mujer desnuda". Me quedo con esa frase de tu comentario "jugarse tanto como expresión de ti mismo". Un abrazo
EliminarHola Emerencia.
ResponderEliminarUn relato en el que muchos de nosotros nos podemos sentir identificados. Ese caos de ideas que, en ocasiones, no somos capaces de transcribir al papel. Y qué grato es cuando al fin las damos forma.
Felicidades.
Mucha suerte en El Tintero de Oro.
Nos leemos.
Un saludo.
Gracias Jean Ives, bienvenido. Qué casualidad por que acabo de leer tu "Ego me absolvo" ese narrador ausente (muerto) en su juicio final. Me ha parecido muy ocurrente y divertido. Con todos esos personajes que alguno lo podía haber matado... y él juzgándolo a su vez. Me ha gustado mucho. Mi caos y yo estamos contentos de que te hayamos gustado. Un saludo
EliminarDa que pensar. Escribir siendo uno mismo es lo mejor que se puede hacer. Buen relato.
ResponderEliminar¡Mucha suerte en el concurso!
Bienvenida Cyn, gracias e igualmente. Un abrazo
EliminarMe ha gustado mucho el caos del escritor, qué difícil a veces resulta enfrentarse a una hoja en blanco cuando las ideas fluyen en la mente. No saber hilar lo que uno quiere expresar para hacerse entender. Me ha gustado mucho tu caos. ¡Suerte en el concurso! un abrazo
ResponderEliminarHola Mamen, me alegro que te haya gustado, ya pasé por tu Sigüenza, todo un trabajo de búsqueda para tus descripciones. Suerte compañera. Un abrazote
EliminarCuánta identificación :-)
ResponderEliminarGracias por tus palabras y suerte en el concurso.
Bienvenida Rocío, gracias a ti por supuesto. Un abrazo
EliminarLo siento, no me ha "llegado" el texto. Lo he entendido cuando he leído los comentarios. Me ha parecido un poco oscuro. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Zarzamora, me alegra tu comentario, se que es sincero y aprecio mucho tus palabras. En realidad, es un relato en primera persona de un escritor caótico en una fase de su vida, donde todo ha sido una farsa. No ha escrito nada que mereciera la pena de leer, porque no ha sido él mismo, ha copiado, como se copian modelos a seguir, y lo ha hecho toda su vida. Escribir es algo que nace de dentro, se aprende si esfuerzas tu ser interior, como cuando estrujas un limón para sacarle el jugo, caerán los huesesillos, pero ese zumo, a veces poco, a veces mucho, es la esencia del fruto. Cada escritor, escritora debemos aprender, escuchar, leer para ser cada vez más sinceros con nuestras letras; para ser nosotros mismos como un pintor cuando coge un pincel frente a un lienzo en blanco. Es oscuro porque es caos. Es así, tal como tú lo has descrito mi querida Zarzamora. Un abrazo
EliminarHola, Emerencia, tu relato hace reflexionar a fondo sobre el hecho de escribir y de sentirse escritor. Cuando uno empieza todo resulta caótico y lleno de dudas porque escribir es un viaje a nuestro interior que no siempre estamos dispuestos a hacer. Solo cuando hacemos eso y dejamos que nuestros sentimientos fluyan es cuando tenemos una oportunidad para llegar de una forma sincera a los lectores. No vale copiar otros estilos ni desear una gloria no trabajada por uno mismo. Vale ser auténtico y encontrar ese camino propio que nos hermana con los demás. Mucha suerte en el concurso. Abrazos.
ResponderEliminarBienvenida lana, gracias por dejar tu comentario. Es sinceridad tal como lo dices. Escribir lo que sea mientras cuentes la verdad, dentro de la ficción también hay verdad, esa que está ahí de nuestras experiencias, de nuestra vida, familia, amigos, viajes. Gracias y suerte también para ti. Un abrazo
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