MI VIDA EN JUEGO




Por fín ha llegado el juicio.

Empecé camelándome al abuelo. Lo engatusaba. Pero antes que él, tuve de colega al Jamelgo; murió de una sobredosis, y El Turillas, también era buena gente, pero… se suicidó. Lo encontré con el careto agarrado al miedo, hincado de rodillas y el cuello, desangrado por una lata de cola.

Al abuelo, con esa mirada de donuts que tiene, le he protegido siempre a muerte. Son muchos los guardianes que han tenido navajas en el cuello y les han mordido las orejas. Se reirán si les cuento que el abuelo es el único amigo que tengo aquí, sí, un funcionario de la cárcel. Un carrazo que se trastabilla al hablar cuando se pone nervioso y guiña con el ojo izquierdo. Pero le he visto sonreír a un niño, una foto que un día le enseñaron, y eso, eso dice mucho de gente buena.

Lo que me quemó mucho tiempo, lo acabé amasando aquí, en la cárcel de Navalcarnero.

Detenido, Auto e ingreso en prisión. Veinti cuatro horas de aislamiento… Cuántas horas de custodia y encierro… Ya perdí la cuenta. Fui bloqueado como Hannibal Lecter, por más de cinco picoletos armados y forrados por si alguna bala les llegaba,¡cigüeños!

 Hacinado como un animal estoy, con más de mil quinientos donde caben menos de mil presos. Y encima, compartiendo chabolo con un narco. Aunque ya puesto, lo prefiero a un asesino. Me he apalancado tres chairas hechas con huesos de pollo, bien afiladas; las guardo bajo la manga. Se han salvado de más de un cacheo y me han salvado a mi en alguna que otra reyerta. A las bravas puedo ser tan hijo de puta como el que más.

Quisieron echarme a mi la culpa la navidad pasada de la bulla que se armó. Se incendiaron dos celdas para escaparse un grupo que se amotinó. Sí, para luego abrirse, para salir de este infierno. Por no querer convertirme en una chota, por su culpa me tocó baldear los retretes. Nunca caeré tan bajo como para berrear. Odio los chivatos, y no iba a ser yo uno de esos que se pasean tranquilos por nuestras narices manteniendo los módulos y las galerías en orden. Lameculos, al fin y al cabo, eso es lo que son.

Los días con sus noches no tienen fin aquí. He llegado a tenerle fobia a la celda, pánico entrar en ella. Por eso me he enganchado a la benzodiazepina, mi única adicción. Me la dan para dormir, es una forma de adaptarme aquí. Eso dicen. ¡Claro que ayuda!, lo que es a mí, me coloca. A veces quieren darme antidepresivos, y yo les digo, “eh, eh, aire, aire”. Yo estoy aquí para tener sano mi juicio. Todavía no he caído tan bajo como para rascar y esnifarme el yeso de la pared. Por algo soy yo ahora el que trapichea con el alprazolam.

Está en juego mi vida. Ando harto de instancias y me va a caer a mí el marrón. Estoy limpio y me van a condenar a la trinchera. Relegado al olvido. Pesa el tiempo y no aguanto más. Valiente defensor el que me ha tocado. Un jurista listo del paraguay con la garganta cascada de ansiolíticos; que lo único que pide es que yo largue. Largar, eso es lo que yo quisiera. Con la carpeta vacía llega, y dentro, no lleva ni una papela en condiciones. Qué desolación tener la vida en esas manos que no valen ni un carajo. Va dejando las huellas de sudor estampadas en la mesa. Dice que me conseguirá el segundo grado. Solo va a conseguir que me traslanden de talego. Al fin y al cabo, una cárcel más que menos….. Va a conseguir mi ruina; me pasaré, ni se sabe, un puñado más de años aquí dentro. ¿Qué futuro me espera…? No quiero diñarla en el talego.

Y aquí estoy ahora, preparado para que comience mi juicio.

Esto es un paripé. Aquí lo que cuenta es el parné. Escucho a un fiscal que no busca justicia, con su rostro hermético como la puerta de una nevera. Y a mi derecha, ese jurado. Mi vida está en sus manos. Ahí se les ve, ignorados e ignorándome. Nadie apela, solo alientan mi destierro a la chita callando. Desde el comienzo me han sepultado. Me han consagrado a una escafandra de hierro cromado que se oxidará en poco tiempo. Esta sala lacrada me está ahogando, es peor que mi cuchitril. ¡Bastardos hipócritas! ¡Sospecháis y confirmáis con vuestro silencio! Siento que se regodean y esas miradas clavadas en mi cabeza como las flechas del Bosco que aparecen en el infierno.

Siento toda la presión de lo que ha sido mi vida. Las heridas se me abren reduciéndo mi nivel de consciencia. Se me desgarra la masa encefálica ¿Dónde hay un gramo de esperanza? Hasta el día tiene su noche y su luz, una aurora.

Se para el proceso. Un receso de una hora, dicen. Si consiguiera traspasar el infinito y salir de aquí, empezar una nueva vida. Libre. Soy un espíritu deficiente y he tardado demasiado tiempo en reconciliarme con mi naturaleza. He reñido conmigo mismo, me he martirizado, herido; de esto es de lo único que soy culpable.

¿Quién es ese de la segunda fila? ¿Es....el abuelo? Su lengua trapajosa le va a delatar.

Desde el comienzo le he rehusado la mirada. No me di ni cuenta. Estaba ahí sentado, cargando sus dudas en mi cara, en mi cuerpo, como si pretendiera escudriñar mis adentros, hurgar dentro de mi. Y en cambio, lo que estaba es intentando darme aliento. ¿Es quizás él, mi aliado en esta cruzada? El viejo.., ¿acaso va a testificar a mi favor?

¿Qué hace ahora el carrazo? 

¡Me ha guiñado con su ojo de donuts!




Si aún no has visitado mi canal Youtube de relatos te animo a hacerlo.

SI te gusta, SUSCRIBETE, 

me animará a seguir escribiendo y narrando mis historias.

He subido varios  relatos PROCLAMA:

SU MENTIRA

IGNORADA

NI CORONA NI PALIO

El enlace al canal te lo dejo aquí:

CANAL DE RELATOS CORTOS



Comentarios

  1. Este relato te servía también para el homenaje a "1280 almas" de El tintero de oro. De hecho, cuando empecé a leerlo pensé que era para ese concurso.
    Me ha gustado mucho y ese final un tanto incierto, es el remate perfecto.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holaaa Rosa, madrugadora en los comentarios, fiel siempre. Muchas gracias. Ni te imaginas las vueltas que le he dado al final. Un abrazo grande, feliz domingo.

      Eliminar
  2. Jolines, qué crudo relato y retrato de quién sabe si no es la realidad de algunos presos o detenciones y de algunas cárceles.

    Muy bueno. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Alba, sí, si que lo es, ni te imaginas cuando lo escribí, meterse en el pensamiento de un reo, su sentido de la libertad, su relación con los demás. Por supuesto, esta es una realidad del día a día de mucha gente presa en las cárceles españolas. Muchas gracias compañera.Feliz semana

      Eliminar
  3. Tiene un gancho especial para mí todo lo relacionado con las cárceles, cuando esté bien escrito o filmado. Tu relato cumple sobradamente el requisito. Me ha gustado mucho.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Chema, Interesante tu comentario. Por lo general, estos relatos proclama, llegan de muy diferente forma a la gente. Yo lo hago para darle voz a gente que está, se marginan, los marginan. Y el pensar en ellos es una forma de acercamiento y de comprender realidades diferentes a las tuyas. Yo que lo he interpretado para la narración oral en mi canal, ya te digo, que ha sido muy emotivo, la carga de emoción es indescriptible. Un abrazo y feliz semana

      Eliminar
  4. ¡Hola, Eme! Jo, ¿has pasado alguna temporada en la cárcel? ¡Qué bien has recogido el argot carcelario! Y qué bien has captado la personalidad de este tipo. Hace unos meses leí un libro titulado HACER EL MAL. En él, la autora nos planteaba cómo nos sentiríamos cualquiera si un día alguien nos dijera que somos malvados, y eso se repitiera día tras día. Poco a poco nos apartaríamos de la sociedad, es más, llegaríamos a odiarla. Eso no quita que haya verdaderos monstruos, claro. Un estudio de un personaje que sin duda es carne de presidio. Un fuerte abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola David, siento contestar ahora, pero me saltó tu mensaje como spam, jejeje. Pues no jaja, lo de la cárcel lo tengo para más adelante, allá en otra vida, que aquí estoy agustito como estoy. Para el argot carcelario, he tenido que leer páginas judiciales, ¿te resulta familiar? Ostras con ese libro, hacer el mal y creertelo hasta el punto de apartarte de ella. QUé bueno. Muchas gracias compañero, abrazotes de fin de semana.

      Eliminar
  5. Qué bien cuentas las miserias de la carcel y de uno de sus inquilinos, el reo que espera su juicio y posterior condena. Y lo enriqueces tan bien con esa jerga patibularia o carcelera que da todavía más gusto leerte.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Josep Mª gracias por dejar tu impresiones sobre la historia. Ni te imaginas lo que he tenido que leer para buscar las palabras actuales que usan los reos, las encontré en páginas de abogados. Lógico, son ellos quién mejo deben conocer a los presos. Muchas gracias. Un abrazo.

      Eliminar
  6. Respuestas
    1. Hola Buhita, guaum no se qué decir, valiente halago para este protagonista. Muchas gracias. Un abrazo grande

      Eliminar

Publicar un comentario

MUCHAS GRACIAS POR TU COMENTARIO

Entradas populares de este blog

EL HOMBRECILLO ROJO

COMO AUSTIN Y SHELLY

LA MUJER DE UN SOLO OJO