EL ESPÍRITU DE ISADORA

 


Bermejo se llamaba, por el color del pelo y su piel de salmón. Nació no muy espabilado. Confundía la tortilla con la hogaza de pan. A pesar de su incredulidad, siempre supo que allí estaba el espíritu de Isadora.

La mujer vagaba por los sembrados del norte como alma en pena. Y Bermejo tenía su vista puesta en el crecimiento del trigo. Cuando germinaba, veía latir el corazón de la muerta a sus pies, y en el trigo ya hecho grano, veía los ojos de Isadora como semillas de rambután. En el pueblo, la gente lo dejaba por loco. “Un inocente que soñaba con espantapájaros”, decían. Pero este espantapájaros se tragaba cantos y graznidos de mirlos y urracas.

Isadora murió sin ser perdonada por su hermano y él, por su culpa, quedó amargado por vida. Desde entonces ella vagaría en la oscuridad, evitando así que los demonios se le llevasen y prendieran su alma en la eternidad del infierno.

 

El atontado Bermejo proclamaba a los cuatro vientos que era el portador de la verdad, él sabía lo que había ocurrido. Y nadie le creía. El espíritu conocía bien a aquella criatura huidiza y sabía que era su única posibilidad de ayuda. Bermejo tenía en sus manos la liberación de su alma. Él era el escogido para llevar el mensaje a su familia: tenían que perdonarla para descansar en paz.  Era cuestión de tiempo ganar su confianza, pero ¿Quién puede confiar en un alma errante cuya única apariencia es tener sus ojos en el trigal y estar confinada en la dureza de un corazón?

 

Ramiro, el hermano de Isadora, siempre sintío adoración por ella. Siempre hizo y desarmaba lo que fuese por conseguir su felicidad. Estando Ramiro enamorado de Edelmira, la bella moza hija del molinero, Isadora henchida de odio y celos, quiso lo peor para ella. Un día, camino del molino la esperó. Apareció a su paso. Le contó que ellos habían sido embrujados cuando niños y por la noche se convertían en alimañas. Le insinúo que tendría un trágico destino si se casaba con su hermano Ramiro. Edelmira no quiso creerla. Isadora ardiendo en cólera invocó al diablo en un claro del bosque. Aquella noche, ella vendió su alma. Pasados unos días, Isadora volvió a presentarse por el sendero que transitaba Edelmira. Esta vez no la reconocería. El poder demoníaco la había convertido en una garduña de ojos sangrientos. De un salto atajó hacia el cuello de la muchacha y con sus uñas le seccionó la yugular.

A los pocos años de provocar tal cruel asesinato, Isadora enfermó de unas fiebres extrañas y estas se la llevarían al otro mundo. Desde entonces su espíritu deambula errante en un hondo pesar. Ahora se enreda en el trigo, dejando pavesas de promesas y arrepentimientos.

 

Bermejo no era de ir a misa, ni creer mucho en el pan sagrado, y más aún, viendo los ojos que le ponía el trigo al crecer en los campos. Así que, poco auxilio podría darle la Santa Misa y el rezo de oraciones para alejar el espíritu de la muerta.

Al final de una de sus jornadas diarias, casi en la penumbra del ocaso, Bermejo andaba colocando los enseres de labranza en el corral. Y de sopetón se escuchó: ¡Plom!Vió que la horca de cuatro dientes se había caído al suelo. La recogió. Y cuando se dio la vuelta ¡Plom!¡Plom! Esta vez cayó dando golpes sobre un portalón de madera. Extrañado la agarró con recelo. La miró y con mucho tiento, volvió a colocarla en el gancho de la pared. No dejaba de observarla, no se fiaba. Miró a un lado, a otro, sin mover la cabeza y se volvió con miedo. En estas que ¡Plom! ¡Plom! ¡Cataplom! El rubio salió de allí como alma que le persigue el diablo y se escondió tras la puerta del corral intentando cerrar con la tranca. “¡Tongo, tongo, virgen santa!” clamaba. Cuando ya se preparaba para irse, escuchó unos chirridos ¡Chriiiiis! ¡Chriuiiis! Tal fue el sonido agudo, que se le garraspeo el gaznate y no pudo emitir bufido alguno. Salió como alma que lleva el diablo.

Al día siguiente no iría a trabajar al campo. El simple hecho de tocar la horqueta le provocaba escalofríos. Tapó la cerradura del corral con gachas, por si el espíritu se atrevía a salir. Y no muy confiado, Bermejo hizo lo mismo en la puerta de su habitación.

El Tontuelo, que era como su padre llamaba a Bermejo, por la mañana abrió con cierta desconfianza el corral. Tenía que dar de comer a los animales y recoger los huevos. Para su asombro encontró en el suelo dos palabras escritas junto a los dientes afilados de la horca: “AYÚDAME HERMANO”. Su liviana cabezota, lo que le llegaba para razonar, le alentó. Sólo podría ser un alma del purgatorio quién escribiera aquello. Su abuela ya le había contado que tras el paredón del cementerio había muchas ánimas vagando para ser perdonadas; ánimas que siempre volvían al lugar donde vivieron. Y únicamente se podría tratar de alguna que vivió allí. Fue corriendo con el cuento a su familia para que la curandera del pueblo bendijera el corral; cosa que los familiares se lo tomaron a guasa.

Isadora, viendo que la familia se cachondeaba de Bermejo, se encoraginó. Una noche, sobre las once, cuando ya estaban todos dormidos, les crujió las camas. ¡Craaac! ¡Cronch! Fue tal el ruido, que del susto cayeron al suelo. Se levantaron asomando los cogotes y al ver que ya no se movía nada, escaparon de la habitación.

Bermejo se tomó lo ocurrido como una venganza del espíritu por no creer lo que él les había contado a su familia. De esta forma, le cogió cierta confianza a aquella alma solitaria, pero por las dudas, se colgó una ristra de ajos en el cuello. Tal acto acentúo, todavía más, el poco juicio del Tontuelo a la vista de los demás. El único que podría creerle era su hermano que esa noche volvería de la ciudad. Un año hacía que se había marchado con pena; con afán de olvidar la horrible muerte de su novia.

A la mañana siguiente, Bermejo estaba seguro que su hermano Ramiro iría a visitar el molino. Ya apenas iba nadie por allí desde el cruel asesinato. Había quedado abandonado por el mal agüero del lugar tras la muerte de la muchacha.

Ramiro emprendió su camino y a mitad del sendero, su hermano apareció de entre los árboles.

—No te asustes, hermano —le dijo colocando su mano en el hombro.

—¿Qué haces aquí?

—Alguien quiere hablarte, bueno, quiere que le escuches, no, quiere que…¡Espera, espera!

—Anda, déjame, voy al molino, y quiero ir solo.

—¡Pues, eso es!

—¿Qué es, qué?

—La hermana, la hermana Isadora, quiere hablarte, aunque no, no puede, bueno no se lo que quiere…

—Anda, déjame. Sabes que está muerta, muerta y condenada.

En esto que se rompió una rama ¡crac! y otra ¡crunch! Salieron los dos corriendo para el molino, pies pelados. Se encerraron en las ruinas. La noria aún funcionaba sobre la bravura del río, y el puente estaba todavía intacto tras todas las lluvias y tormentas que habían acaecido. Se abrazaron los dos hermanos. La alegría de estar de nuevo juntos se enturbió, aquello era miedo por lo que pudiera acontecer después. Expectantes estuvieron un rato escuchando el giro del ingenio, cuando Bermejo, cogiendo el collar de ajos que llevaba, se decidió a hablar.

—Creo que ella quiere perdón.

—¡Anda, no digas tonterías! —exclamó Ramiro mientras lo apartaba de sus brazos—. Un año que ha pasado y aún sigues igual, con la misma harina en la mollera.

—¡Eso es! La hermana anda por el campo de trigo y por el bosque. No se ha ido al cementerio.

Y en ese instante que terminaba de nombrar al campo santo, un vaho cubrió todo el cristal de la resquebrajada ventana. Y apareció la palabra “PERDÓN”

Ramiro quedó parado, sin reaccionar. Y Bermejo, atragantado, lo fue empujando hacia el cristal.

—No se irá, Ramiro, no se irá, y yo no voy al trigo más.

Bermejo le cogió la mano a Ramiro y se la colocó despacio sobre el “PERDÓN” del vidrio. Y el vaho en ese instante, desapareció.

Al día siguiente Bermejo buscó a Isadora en el campo de trigo. Ya no latía allí alma alguna, solo el dorado ausente del cereal.



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* NUNILO *

Comentarios

  1. Hola, espero que la salud os acompañe. Os cuento que este relato lo había escrito para participar en Café Literautas, con unas bases de leyenda, y usando varias palabras clave. Pero se me ha disparado de tamaño, así que no había forma de acortarlo sin perder el hilo de la historia. Así que otra vez será, hay veces que se puede y otras, pues no. Lo comparto con vosotros, a ver que os parece. Un abrazo fuerrrrte. Os quierooooo.

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  2. Una historia muy buena, realmente bien relatada. Esa Isadora murió de una forma absurda y casi se justifica que sea ahora un alma en pena, guasona por otro lado.

    Un abrazo

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    1. Hola Alba, me alegra saber de tus impresiones, gracias. Si la verdad, encima joven y con fiebres con la horca por bandera jeje. Gracias. Un abrazote

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  3. Saludos, Emerencia

    Gracias por enviarme el link de tu relato. Tal como dice, penosamente no logró ser cortado (y vale que merece estar tal cual) para encajar en el espacio que Café Literautas pide como requisito.
    Me ha gustado la historia, tiene su encanto de sabor a leyenda antigua, y a la vez, parece que eso le acontecido en realidad a alguien. Sensación mía. Algunas cosillas por ahí, pero me ha gustado mucho. Parece que hubiera mucho más cuando solo hay cuatro personajes. Y la "presencia" de Isadora es pausible aun cuando ella no está presente. ¡Vaya cuñada!

    Un gusto de verdad leerte... o escucharte, porque creéme que lo leí oyendo tu voz en mi cabeza.
    Un abrazo fraterno. No te pierdas del nuevo reto en Noviembre... recuerda que estamos de aniversario.
    K.Marce y Café Literautas

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    1. Hola Karen, gracias por comentar y dejar tus impresiones por aquí. A ver si para noviembre puedo participar.Muchas gracias. Un abrazo

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  4. ¡Hola, Eme! Jo, de esos relatos para escuchar en el campo, de noche, alrededor de una hoguera y, por supuesto, con tu voz e interpretación. Una leyenda que lo tiene todo: celos, venganza, perdón, remordimientos... Emociones humanas que en el fondo son las que dan la fuerza a estas historias sobrenaturales. Un fuerte abrazo!!

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    1. Hola David!!! hola compañero, qué ilusión que vengas y sigas compartiendo mis historias. Pues mañana tocará grabarlo, a ver que tal sale. Y además quiero añadir los sonidos. Me faltará crear un ambiente tenebroso a la luz de las velassss, con lo cual no veré ni torta jajaaja. Un abrazote y feliz finde!!!

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  5. Pues a nosotros, al menos a mí, nos parece una historia preciosa, muy apropiada a las fechas y que por momentos me ha traído a las mientes alguna leyenda de Bécquer. No sé, el contenido con ese alma en pena, la forma de escribir... me han recordado al autor, aunque tú le das un punto de humor que estaba ausente en él. me ha gustado mucho.
    Un beso.

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    1. Hola amiga Rosa, bueno son las fechas mas apropiadas. Estos escarceos con el género me están gustando, la verdad.Fíjate que recientemente una amiga me hablaba de las historias de Bécquer, a ella le encantan también. Me alegra que te haya gustado. ya sabes que tengo en cuenta tus impresiones. Muchas gracias. Un abrazote de miércoles.

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  6. Gran relato.
    Un abrazo.

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  7. Un cuento genial, para ser contado alrededor de la lumbre una noche de difuntos. Son ese tipo de historias que se contaban en los pueblos sobre maldiciones, brujas y fantasmas.
    Me ha encantado.
    Solo hay una cosilla que quisiera apuntar y es que solo queda claro que Bermejo es hermano de Ramiro y de Isadora muy al final, o quizá sea yo el confundido.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep Mª siiiii jeje, es el espíritu de la leyenda. He hecho un escarceo con este género, auqnue es inventiva, suelen ser muy parecidas las historias estas. Al respecto de lo que cuentas, el tontuelo no se da mucha cuenta de quien es el espíritu hasta que aparecen las palabras escritas en el suelo del corral, " ayúdame hermano" Al comienzo la historia dice que sabía lo que había ocurrido con Isadora, pero más o menos a la mitad, viene la pista más clara, la que confirma que es su hermano. Tal vez no queda claro por ese ambiente que el narrador crea con la mente del Tontuelo, que sabe y no sabe, también para darle cierta intriga a la historia. Hoy la he subido al canala por si quieres escucharla. Muchas gracias. Siempre atenta a tus comentarios. Un abrazote.

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  8. Muy muy bella historia.casi que quería que siga pero claro ese alma tenía que descansar.
    Un placer leerte saludosbuhos! !!

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    1. Gracias Buhita, me alegra que te haya cautivado. Muchas gracias 🙏💕🙏💕🙏💕🙏💕abrazos

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