POR ALGO ME FALTAS

La razón de mi ser estaba dividida en dos y no me di cuenta entonces. La paridad que ellas juntas constituían me servía para poder abrazar y conseguir amar la vida. Así de juntas daban mi aplauso a la singularidad de los acontecimientos y así de unidas, se cruzaron como el abrigo ajustando mi pecho. Las dos cogidas en el rezo de mi comunión y las dos por seguir a la raya del pelo. C on el frío, l as dos se quedaban dentro de los guantes y todas esas noches que se escondían bajo la almohada cuando me venía el sueño. Fueron las dos, sí las dos, necesarias para disponer de las fotos en los marcos y rodar esos toneles de vino de hogaño en la bodega. Se me arrimaron las dos para pelar todas esas patatas y se me mojaron a la par en el fregado diario de los platos. Y cuántas otras veces las observaba ahí, las dos echadas sobre las páginas del libro, mientras yo leía. Hasta que un día, una de ellas faltó. En ese momento supe lo diferentes que eran: una sola me serv...