EL RETO







Se unían siempre los tres primeros días de cada mes. Cuando él quiso preguntar el porqué de esos días, ella contestó: “Es cuestión de numerología. Los primeros números afianzan las uniones”. Él no insistió más en enjuagues mentales, y menos con Jana, de la que solo le interesaba su encuentro del mes: conversaciones en superficie y sexo sádico. Esas escapadas eran su manera de naufragar de sus quehaceres diarios y de los amedrentados vínculos familiares. Alejarse a babor de todo. Solo por tres días, fugado y refugiado en aquella guarida que tenía Jana en el monte: una vieja casa de piedra inhabitable tapada por una viña roja, con todas sus vigas corroídas, excepto una habitación. Un lecho con rastros de sangre, tierra y hojas como una cueva habitada.

*

El encuentro era un viaje de tres horas de coche con una inmersión obligada al bosque de Montleó. A mitad de la ruta se desviaban por un camino forestal: el Paso del torrente. Desde allí se les veía levantar una polvareda de caliza de cantera de unos veinte kilómetros en dirección a la polar. Con la luneta trasera tapada por completo de ocre, quedaba el coche en la dilatación de una curva. La pareja se adentraba en este bosque de robles y pinos en una caminata a traspiés atravesando las ruinas de un viejo molino de agua. Un rastro fácil de seguir por la sequía, solo polvo, grava y ramas secas, matorrales estremecidos hasta llegar a la mina. Un nacimiento que milagrosamente no se había evaporado; un hilillo de agua que permanecía, la suficiente para mantener la vida en aquel lugar.

Allí, bajo un viejo castaño, comenzaba la pareja con sus juegos eróticos: simulaban torpes escapadas, tirándose al suelo rodaban en primitivos forcejeos, se propinaban salvajes arañazos acompasados de jadeos y arranque de pelos; se arrastraban a bocados hasta alcanzar la soga que escondían en el agujero. Sabían bien donde estaba ese agujero hecho a conciencia: bajo la piedra con forma de pirámide. El primero que cogía la cuerda (casi siempre él la dejaba a ella) la lanzaba a una de las ramas del árbol; con una mano agarraba la cabeza del acompañante y con la otra la cuerda, una cuerda con el nudo "Dogal de verdugo" que debía de quedar a nivel del cuello y el otro extremo se amarraría fuerte al tronco.  Él sentía asfixia y orgasmo por igual. Cuando terminaban el ansiado ritual amoroso, extenuados, volvían por el sendero hasta la luneta empolvada del coche. Jana al llegar siempre dibujaba algo en ella: números. Y en cada ocasión, diferentes. Excentricidades que tampoco despertaban ningún interés a su acompañante. De nuevo en el auto, llegarían al mismo cruce y de allí, a la carretera que les llevaría a la casa de piedra.

*

Fueron siete encuentros de veintiún días exactos. Para Jana, el número perfecto para conseguir el poder. El final se lo daría este número. Su final era ganar. Dueña de la situación y de su confianza, ese último día ella le abrió el cráneo bajo aquel árbol. Quedó abierto como una granada. Granas que caían desparramándose por el suelo entre los restos de cortezas y hojas. Nadie vería jamás esa sangre. Rodando empujaría el cuerpo al lecho del torrente. Bajo tierra y sobre agua, allí quedaría. Para Jana ahora eran restos tapados y descomponiéndose.

Ha pasado un tiempo, más allá de las ocho y mil vueltas de un reloj de arena. Algunas de las hojas del último encuentro siguen incrustadas con restos de sangre seca en las suelas de caucho de sus botas, una vil pieza de taracea. Ahí, fijas, como esas iniciales de la pulsera que le regaló esta semana su hermana por su cumpleaños. Mayor de edad. Y mientras a él, el musgo arrancado aquel día, se le deshace en sus delgadas manos con la señal de la alianza (qué ironía pensar que ese anillo se lleva en el anular porque hay una vena que va directa al corazón); esas uñas cuidadas que se le abren a la par que los erizos de las castañas de ese viejo árbol, y su ropa de marca, tejidos finos que se le deshace a jirones por las costuras.

Jana con solo 17 años tenía su vida amordazada a los números y con una acidez en su sangre que la llevaba al menosprecio de cualquier vida ajena. Cuando lo conoció a él ya llevaba meses enganchada al juego de la muerte: “El pez fuera del agua”. Comenzó en el grupo con ingenuas pruebas: ver sin parar películas de terror y asesinatos, hacer diferentes nudos y probarlos, autolesionarse, controlar el tiempo que podía aguantar sin respirar bajo agua.., pruebas que tenía que ir superando, más siniestras en cada paso; sin tener conciencia que las exigencias del administrador de la red cada vez iban siendo más macabras. "El guardián de su fidelidad" le llamaban los componentes del grupo. Por encima de todo estaba el morbo y esos secretos con grandes dosis de oscuridad en una red invisible que la había unido como esa soga al pescuezo de su víctima. Víctima buscada a conciencia. Víctimas los dos, él y ella, uno del otro sin creer serlo. Una debilidad mortal, pero el reto lo consiguió. Puso la palabra "Fin" en su mensaje entonces ¿y ahora, qué juego buscará Jana? 

Pintura: J.L. Anderson

Comentarios

  1. Perplejo me he quedado, anonadado me has dejado. Qué bien y duramente describes ese juego de rol (o como se llame) que conduce a una joven tan joven a perpetrar ese terrible asesinato solo para seguir las directrices de alguien tan loco o más que sus seguidores. Da miedo pensar que puedan haber mentes que no sean capaces de discernir entre el bien y el mal y de dejen dominar por pervertidos a los que ni siquiera conocen.
    Magnífico relato, compañera.
    Un abrazo.

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  2. De lo más inquietante, el Halloween de las 50 sombras (que no he leído pero tampoco me hace falta), no sé qué película o qué libro te ha dejado esa huella, pero da miedo.
    Besos.

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  3. Un relato muy bueno y, por desgracia, pareces ser que basado en la realidad.
    Hay mentes enfermas que utilizan cualquier medio a su alcance para convertirlo en arma letal: extorisión, humillacion, escalvitud, asesinato, abuso sexual...
    No son malas las redes sociales, son malas algunas de las mentes que las utilizan. Contra las mentes hay que luchar, no contra el instrumento.
    Un beso.

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  4. Menudo relato, Eme. Mal acaba lo que mal empieza, pero con toda seguridad, aunque jugaran a lo mismo, jamás él sospecharía su final a manos de una joven adolescente, imbuída Dios sabe de qué historias tramadas por crueles mentes.
    Dentro de la brutalidad de lo narrado, me ha gustado mucho.
    Un beso.

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  5. Pedazo de relato Eme, impactante y absolutamente cinematográfico. Has creado un personaje brutal de una niña con apenas diecisiete años. Y es que las mentes siniestras no parecen tener edad, pero en cerebros aún en formación cualquier influencia externa puede hacer estallar la pista en una mente enfermiza.
    Un beso escritora.

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  6. Emerencia, indiscutiblemente tu arte y creatividad no tiene géneros ni parámetros, sencillamente de todo lo que escribes nos dejas la convicción de saber bien de lo que hablas.

    Un relato cruel, salpicado con matices de inocencia, en el nos muestras que así somos muchas veces, egoístas y manipuladores, sádicos a veces y otras inocentes.

    Sobre la motivación para escribirlo, el subconsciente podría ser la pieza fundamental, se me ocurre algún recuerdo o deseo interno a punto de despertar, al cual deseas asesinar por así decirlo, o mantener al menos dormido por mas tiempo.

    También podría significar el fin de algo que tenias inconcluso y necesitabas cerrar capitulo. Sabes nada es fortuito, estoy segura de que cada una de esas obras teatrales en las que te involucras, te deja al menos un nuevo aprendizaje de vida, y cada cosa que vives saca lo mejor de ti y deja fuera eso que no te permite avanzar.

    Lo único malo del relato es que es tan real, la enorme cantidad de cosas que asesinamos a diario por la ira y el dolor que guardamos en nuestro interior, la cantidad de victimas inocentes, de victimas que se creen los verdugos y de verdaderos verdugos, que no fueron mas que victimas de sus circunstancias, es aterradora.

    Muy bueno Emerencia, si tenia necesidad de emerger a la luz, ya lo hizo, bien por ti, estoy segura que cumplirá su cometido.

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  7. Hola a todos!!! los que os habéis adentrado en esta historia de asesinato, recordad que Jana anda por ahí suelta jajaja. Gracias: Josep Mª, Sol, Rosa, Chelo, Miguel, Idalia. Bien, os cuento que mi reto (me lo he puesto yo solita) era escribir un relato con un asesinato. Hasta ahora no había escrito nada parecido "macabro" y además estoy leyendo a Stephen King, que en algo estará influyendo, digo yo, además de lo que leo de algunos de los seguidores que son relatos aterradores, esto es light para lo que escriben algunos jaja. En mi caso la prueba está superada. He intentado describir en este relato más el escenario y el ambiente; dicen que "que la descripción arranca en la imaginación del escritor y acaba en la del lector" por cierto, muy acertada entonces con lo que me cuenta Miguel, que él si que tiene imaginación de sobra (la ha convertido en una película) estupendo entonces, ya queda menos para parecerme a S.King jaja. Con respeto al comentario de Josep, añadir que existen estas mentes perversas ( y más macabras si cabe) solo contarte el caso del juego de la muerte "la ballena azul" que instigaba a los jóvenes de 13 y 14 años a suicidarse. Sí querida Chelo, sí que existen, por desgracia, estas mentes crueles, macabras, retorcidas,..lo demás que pueda añadir se me escapa. Un abrazo y gracias a todos.

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  8. Un estupendo relato en tres actos, Eme. Aparte del contenido, sobrecoge el tono de frialdad elegido para narrarlo. Percibo en el narrador cierto alejamiento respecto a lo que está contando. Un acierto porque consigue transmitir esa falta de emoción de la protagonista, esa especie de vacío interior que la lleva a esa senda de horror sin remordimiento. Un simple juego. En el fondo pones el acento en uno de los peligros de la era digital, capaz de lo mejor, como es conocer el arte que lleva dentro personas como tú; pero también de lo peor como es la manipulación y la resonancia de las locuras de cada uno. Un abrazo!

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    1. Gracias David. El mantener a ese narrador distante, frío, era importante. No sabía bien si lo había conseguido. He intentado poner esa numerología desde el principio, que es un dato concienzudo, calculado, y a partir de ahí ha comenzado esa frialdad de la protagonista y de la narración. Un abrazo

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  9. Escalofríos, me ha dado escalofríos, sobre todo porque soy consciente de estos juegos existen y también quien los ejecuta hasta su último término. También he sentido admiración de tu potente imaginación Emerencia.
    Hay un tremendo ritmo que has conseguido con frases casi sincopadas y de la misma longitud, con un tono un poco caduco a base de emplear figuras retórica y alterar ligeramente el uso normal y corriente del lenguaje, quiero decir que con el sujeto, predicado verbos y demás complementos haces lo que te da la gana chica y juegas con ellos (a eso me refería con el tono caduco). Tienes un ejemplo en estas dos frases aunque en castellano la alteración del orden de los elementos es libre: “Rodando empujaría el cuerpo al lecho del torrente” Bajo tierra y sobre agua, allí quedaría” por “empujaría el cuerpo rodando hasta el lecho del torrente y “Allí quedaría bajo tierra y sobre agua” que creo sería bajo agua, salvo que flote el cuerpo.

    No estoy muy segura, pero creo que en la frase “Cuando él quiso preguntar el porqué” creo que va separada el por qué.

    Lo más importante: El juego macabro combinado con la numerología, el ansia de seguir jugando, la frialdad con que la protagonista ejecuta.

    ¡Buenísimo tu relato!

    Y para terminar, te felicito compañera por los diversos registros que te he leído, polifacética y “multiemerencia” ¡Sí señora… usted sí que sabe jugar a escribir!

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    1. Hola Isabel. Gracias mil por tu comentario, es halagador, uy, que maravilla tener a alguien que pueda aportar tanto a un escrito, bueno, bueno...

      Voy por partes. Con el análisis gramatical me pierdo; está claro que eres mucho más experta que yo. Yo solo voy "casando" palabras, frases y párrafos como creo que deben ir conforme corresponde con la historia que tengo en la cabeza y después, repaso, repaso, pero siempre algo se escapa. Con respecto al porqué yo lo considero sustantivo: el motivo de esos días, la razón de esos días... entonces va seguido, o así lo veo yo (no te creas que yo siempre dudo de muchas cosas). Y la otra observación jeje esta tiene su razón: el torrente apenas lleva un hilo de agua, el cuerpo encaja perfectamente en el estrecho cauce erosionado (es un torrente). Sobre esa poca agua ella echaría el cuerpo y después tierra sobre él, es la tumba perfecta, el agua le iría descomponiendo a su paso con el tiempo. Si no queda claro puedo añadir algo más o lo dejo así. Lo pienso. Seguro que algo cambiaré.

      La numerología es parte importante, no creas me he comido el coco con este detalle: 1,2 y 3 representan unión, por eso ella hace que se reúnan esos días y 21 representa el FIN, de ahí, que los haya usado; pero no creas me he tenido que estudiar el significado que se le da a los números incluso iba a describir los números que ella iba a poner en la luneta del coche según avanzaban los encuentros.

      Con respecto a escribir de esa forma polifacética tiene sus ventajas e inconvenientes creo. Por una parte es muy divertido, pero por otra creo que no desarrollas un estilo, vamos eso creo.
      Un abrazo

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    2. Que va que va, de experta nada Emerencia, ya me gustaría.
      Claro que dudamos, por eso dije creo en lo del por qué, o porqué.
      Sobre lo de escribir de forma polifacética, no somos, al menos yo, profesionales, y nos divierte, intuyo que a ti también, ir probando con los registros, en suma jugar, probar... y todo eso.
      A mi me encantaste en el primer relato que te leí, el del sombrero, no recuerdo el título exactamente, y con este has tocado un palo muy difícil, el de conmocionar con el horror, y lo has hecho de manera original, combinando el método frío de la simbología numérica, y el sexo.
      Creo que no estuve demasiado acertada en mi comentario anterior, a veces me explico fatal, y por no parecer que doy coba me controlo con los halagos (siempre que los sienta)
      Un beso apretao...

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  10. Inquietante relato Eme, me has dejado sin respiración. Vaya, espectacular.
    Como describes el juego, adentrándonos a nosotros los lectores en la mente de Jana, hasta llegar a ese temible final y es que el juego solo acaba de empezar. Bfff... Buenísimo y terrorífico. Y lo peor es que si hay juegos de este tipo por la red, que por desgracia terminan muy mal.
    Un abrazo, y feliz fin de semana.

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    1. Hola Irene, gracias me alegra que haya sido así, era importante entrar en esa cabeza, donde todo, todo, está calculado, de hecho es una apasionada de la numerología y se deja llevar por los números. Si existen los juegos de la muerte, donde son los propios jugadores los que llegan a suicidarse. Increíble, se nos escapa esto, pero la mente de los adolescentes puede ser fácilmente manipulada con estos retos. Un abrazo

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  11. Nos traes un relato en el que cambias nuestro punto de vista por sorpresa pero de forma coherente. Lo que parecía una historia de amor y sexo (o solo sexo) se convierte en algo mucho más truculento. Una trama que por desgracia tiene visos de realidad con el uso que se da a las redes desde algunos colectivos, no se si hasta el punto de asesinar pero si desde luego se ha llegado a extremos estremecedores.
    Muy visual la escena del encuentro sexual, rápida y veloz reflejando pasión por ambas partes. Él confiado, ella deja hacer sabedora de que llegará su momento.
    Al final dejas a Jana con su insatisfacción permanente, una vez conseguido el reto ¿a que mas puede aspirar?. Muy bueno Eme. Saludos.

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    1. Gracias Jorge, me alegra que te haya gustado. Le he ido dando vueltas a la historia, pero como ya les he contado a los compañeros, me ha ayudado mucho centrarme al comienzo en la numerología, una mente fría y calculadora que llega a asesinar así al final, de esa forma tan macabra. Me doy hasta miedo yo misma que lo he escrito... Un abrazo

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  12. Me ha gustado, pero a la vez me ha parecido tan inquietante... Porque quizá la realidad supere a la ficción. Ahí tenemos el asunto de las niñas de Alcasser, nunca suficientemente aclarado. Puede parecer teoría conspira noica, pero hay gente que teniéndolo todo quiere probar más: lo más sucio, turbio y maligno. Es diferente a los juegos de rol asesinos, pero hay tantas variantes de maldad...

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    1. Gracias Zarzamora, esta vez no es oscura y caótica, lo siento, por las historias que traigo últimamente, pero es macabra con ganas ¿no crees? Los juegos en la red se llaman juegos de muerte, porque incitan a la muerte, por lo general, suicidios. Espero que el próximo que traiga sea más agradable. Un abrazo

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  13. Me gustó. Es un buen trabajo para un lector empedernido. Coincido con David Rubio en la valoración. Quizá un narrador más descaradamente testigo pudiera llegar a acentuar la frialdad ardiente del relato. En cualquier caso es un buen trabajo. Muchas gracias

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    1. Gracias a ti, Don Kendall, ¡guau! pues es un lujo entonces que hayas valorado este trabajo siendo un lector con criterio, seguro que va más allá de lo que yo pueda ofrecer como novel. Un abrazo

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  14. ¡Hola Eme!
    Qué escalofriante y bueno, madre mía. Como bien dices en un comentario solo hay que recordar el "juego" de la ballena azul, ufffff.
    Me ha gustado mucho el relato, y qué bien que estén con S. king, yo estuve muy muy enganchada, tengo todos sus libros y entre los 25 y los 30 años me los leía y releía sin parar.
    Besos y he disfrutado mucho, y sufrido también, jejeje.

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    1. Gracias Gema, no sufras chiquiella, todo es ficción, es pura imaginación. Traspasar con las palabras es muy emocionante. Gracias

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  15. Hola Eme un relato realmente escalofriante.
    El tono con el que está narrado el relato es perfecto, con una frialdad propia de un acto tan terrorífico como el que comete la protagonista, sin ni un exceso ni ninguna calidez, desde la absoluta indiferencia por la vida humana.
    Juegos de rol, numerología, escaso respeto por la vida humana, sexo y perversiones, todo vale para conseguir un subidón y en eso algunos pierden la vida como en el relato.
    Terrorífico porque lo peor es que algunos lo ponen en práctica.
    Besos

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    1. Gracias Conxita. Le he dado unas cuantas vueltas, no creas. Comencé de una manera y termine de otra muy diferente; creo que intentar ponerse en una piel asesina no es lo mío, puedo hasta creérmelo y a ver que hago con esos impulsos terroríficos. jaja. Un abrazo

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