REZONGO
Cuéntame ¿Cómo te ha ido? Le pregunto a riesgo de que se burle y me tilde de guasona. Todos saben que no conduce su vida con gran acierto. Y la culpa es de él, solo de él. Viaja por este mundo de desamor con tilde de vándalo. Y es que no tiene reparo en vapulear al primero que le pille por delante. Hablarle no lo desaprueba. Pero a fuerza de ir conociéndole, si quiero emitir algún juicio de valor y derramarlo encima de sus hombros, y que le pese, tengo que hacerlo antes de las nueve de la mañana (que anda con más sueño). Así no pongo en riesgo que me rechace para todo el día. A él le hablo con cariño, desde la distancia, para que corrija cualquier postura que le haga parecer un repudiado; que ande derecho ante quien le observe con mal miramiento. Digno ante todo incluso si se le acercan con el objeto de darle un mínimo recado. Pero un día, era julio, plena ola de calor, se levantó con mal pie. No lo vi venir. Me pilló desprevenida ¡Volverás! Le dije, cerrando la puerta de un portazo....