LA JAULA DEL CALCETÍN





A veces me atraen las dudas y con esas dudas, veo rodar mi cabeza calle abajo. Ni me atrevo a decirte mi nombre. Porque, cuando ya otro en mi lugar venga tú, ya ni me recuerdes.

Cautivado de ti yo ando desde algunos meses pasados. Y perdería mi aliento si pudiera quitarte ese mal que pienso, que tú llevas dentro. Ay, si robarte me dejaras. Y sin darte ni cuenta. Robarte ese preciso momento cuando alguien le dio a tu vida, ese amargor de berenjena.

¿Por qué encierras un calcetín de rayas, dime? ¿Perdiste acaso un pie o naciste con uno solo? ¿O simplemente, un mal pie diste con alguien que se interpuso entre ambos, quedando ese tal vez, solo?

No creas que me siento afortunado porque tenga mis dos pies aquí, conmigo, colgando. Está el uno que manda y el otro que le sigue. El primero es el que tira de mí y el otro, el que me trocea lo andado.

Mis pasos van y vuelven así. A veces se adelantan a mí porque, yo solo soy. Soy solo un cartero. Si no fuera por tu calcetín enjaulado tal vez no hubiese reparado en ti. Y ahora, yo no me lo hubiese perdonado.

Me pregunto qué pasará por esa cabecita tuya. Cuando observas esa jaula con tu calcetín ahí, péndulo como un centinela; entre varillas metálicas, en tu casa enjaulado.

Me aferro a la ilusión. Me embargo en ella. Cuando cada vez que llego a tu puerta traspasarla pudiera. Me cambiaría por ese calcetín aunque ya, yo jamás de tu jaula saliera. Y con verte todos los días, con estar ahí contigo yo, ya me conformaba.

Yo solo soy el cartero, un cautivo de mí mismo, que a veces no toca más de una vez en una misma casa. Sí, soy el cartero que de tarde en tarde pasa por la mañana. O sobre el mediodía, pero siempre pasa.

Soy quién invisible te trae sobres y recibos; y no me importa que en silencio me abras. Yo solo quiero, quiero convertirme algún día en tu deseo, en una alegría. 

Eres una noche translúcida. Cuando me acerco a ti quedo a la altura de tu frente. Veo subir a esos dos ópalos fingidos y entonces, la sonrisa se te aprieta y bajas la guardia. Y entre pliegue y pliegue llego a tus comisuras y cuando quiero perfilar tus labios, tú alzas la mirada.

Me hablas con tan escasas palabras. Solo una de ellas sale, casi siempre cuando ves el remitente que acompaña la carta. Y ya no eres la misma, eres distante. Los ojos te vuelan de la cara, con ese único «gracias».

Ahí quedas por segundos, en silencio. Y yo busco de nuevo. Y tú crees que hay alguna otra carta. Pero yo solo me voy. Yo solo soy el cartero que pasa.

El otro día te dije tu nombre « ¿Rosaura?, hola». No sé por qué te pregunté, si ya sabía cómo te llamabas. Será porque intento que mi voz te toque. Que deseo con ella abrazarte. Y mientras firmabas, miré tu calcetín y solté uno de mis desvalidos deseos «¡qué tenga un buen día!».

Tu calcetín de pie pequeño, morado de verdes rayas. ¿O es verde con listas moradas? Siempre en un lío me hayo entre rayas y listas. Pero si algún día, tú me hablas como si yo no fuera cartero, de esos colores de melancolía teñiría todas mis camisas.

Yo me conformo con límites pequeños. Y espero no terminar torciéndome un pie entre andada y andada; porque entonces, quién encierre esta vez su calcetín sea yo en otra jaula.  Allí lo tendré hasta ver si mi destino cambia.

No tengo remedio. Soy el amor que pasa de largo porque, no soy capaz de dar pie a que ocurra algo. Tú, Rosaura, serás siempre la de mi «Vida es Sueño». Y yo, quedaré como el mal amante, con la vergüenza conservada.

A veces me atraen las dudas y con esas dudas veo rodar mi cabeza la cuesta abajo.


Comentarios

  1. Una precioso lección de amor, ante el calcetín de Rosaura en la jaula del olvido

    Un abrazo y feliz tarde

    ResponderEliminar
  2. Qué bueno Eme. Cuando era pequeña me sabía de memoria un enorme fragmento de "La vida es sueño". En el cole me hicieron memorizar un poco y me enganché y no podía parar. ¡Ay mísero de mi, ay infelice!Apurar cielos pretendo...

    Venga, ese cartero que se anime y le diga algo.
    Muchas felicidades, siempre me encanta lo que escribes.
    Feliz semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Gemma, si me ha salido la declaración de amor del cartero muy poética, que tendrá el amor que nos lleva de la mano a la rima, al lirismo sin lira, a la rima, con ... se me acabó, esto pasa con la prisa. Un abrazo y una sonrisa.

      Eliminar
  3. ¡Hola, Eme! Un texto magnífico. Lo que sería una historia de amor, o de desamor, has sabido transformarla con ese enorme cocodrilo en forma de calcetín. Además, le has dado una voz propia al cartero, la parte de los dos pies, uno que anda y otro que lo sigue, es genial. Le da una gran personalidad al personaje. No pierdas de vista a este cartero, creo que puede ser un gran personaje hasta para una novela. Un fuerte abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola David, este cartero es otro de mis personajes que se me hará entrañable, porque con él voy más allá de la voz narrada, voy al corazón de su amada. Gracias por la recomendación, lo tendré presente ahora que hablo por él y por todos los personajes que me rondan. Un abrazo.

      Eliminar
  4. eres una maravilla cuando pones a danzar tu mente cantándole a la vida

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. 🙏💕Gracias compañera. Feliz día Mucha. Un abrazo

      Eliminar
  5. Un precioso relato de amor, apasionado, triste y poético. Y es que los carteros también tienen su corazoncito, y se enamoran, y como solo llaman una vez, tienen que aprovechar al máximo ese cara a cara tan fugaz.
    Me ha encantado y conmovido. Me he sentido, por un momento, un pobre cartero sin esperanzas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay ese cartero que te ha conmovido, y es que en el fondo, eres un romántico💏 Josep Maria, gracias por tus palabras. Un abrazo y feliz día.

      Eliminar
  6. !Hola Eme! genial esa historia de un amor ¿platónico? y más genial aún ese calcetín enjaulado haciendole algún recordatorio importante a Rosaura y creando unos celos inmensos en el enamorado cartero.

    Imagino que de haber dado una muy mala metida de pata, lo menos que quisieramos hacer para no olvidarlo, es tener un calcetín enjaulado para quitarle la libertad a ese pie, ja, ja, como me has hecho reir con la idea, y además sentir lástima por la imposibilidad de atreverse a declarar su amor el cartero.
    Aunque no es el caso, me hiciste recordar a "Il postino", pues el cartero se llenaba de ilusión y esperanza en cada viaje a casa de Neruda, ambos casos se inspiran en el amor por la vida y los sueños.

    Un abrazo y que sigas echando vuelo con tus letras y genialidades amiga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Idalia. Cómo me alegra que te haya gustado. Uno de mis seguidores ahora en el canal es mi primo. Es cartero. Y yo andaba queriendo hacer algo de amor. Y al final solo me salía prosa poética. Que tendrá el amor que al poema llama? Un abrazo. Feliz semana

      Eliminar

Publicar un comentario

MUCHAS GRACIAS POR TU COMENTARIO

Entradas populares de este blog

EL HOMBRECILLO ROJO

COMO AUSTIN Y SHELLY

LA MUJER DE UN SOLO OJO