DONACIÓN A LA JAPONESA







    —Tipo raro ese nipón —añade el camarero mientras el mostacho de pelo le timonea la calva—. Masaiko José  —engulle la risa —venía, no a beber precisamente, ¡el muy cabrón! Quedaba aquí con El Cachopin. Están juntos ahora en Tokio, ganando mucho plantan-dó arbolitós. Maricones.
    —Ya sé suficiente.
    La mujer aprieta los ojos mientras suelta su cerveza y cinco euros en la barra. Se despide con un amago de sonreír tirando de su bolso.
    —Una mujer potente, siempre que se la vea de espaldas, “jjj-stup” —murmura el camarero sonriendo y escupiendo sobre un trapo mugriento que coge de la cintura para restregar sobre la superficie de la barra.
    Coral Tsata, nerviosa, fuera del antro, aplasta el índice sobre su diminuta nariz alzada; abre las dos grandes depresiones nasales y expira el aire contenido. Pasa el dorso de la mano limpiándose y se abrocha hasta el cuello su chaqueta de piel sobada. Quiere recuperar lo que le debe. Era el último sitio que le quedaba por preguntar. Por fin esa pista. Al otro lado del mundo.

*

    Catorce horas de vuelo para rendirse a una aventura titubeante. Tsata intenta entrar al vagón del tren Express; arrastrada por una marea humana y por dos tipos de la estación que empujan para embutirla en el interior. Allí queda. Empotrada en una esquina, donde le aplasta un ejecutivo descoyuntado, cabeza en hombro. Parada de Yuracucho. Camina entre garitos, comensales de pescado crudo y carne de vaca cocinada a soplete. Es la periferia de Tokio.
    Entretanto, en una estancia construida de papel japonés, un nipón con ojos tritón punzonea unas diminutas raíces. Tijeras, tenazas, aparatos diversos, se exhiben junto a una hilera de arbolitos con un sofisticado gotero. Rictus oriental sostenido. Un trabajo de sudor y sangre a partes iguales.
    Llueve. Tsata llega a la casa de huéspedes. La dueña Sonrisa de maniquí le enseña su habitación sin decir palabra. La abandona allí, empapada. Sobre el tatami, un zabuton. Cae exhausta. Vuelve a leer un trozo de papel. Arrecia la tormenta. «Concurso de bonsáis en el museo de arte metropolitano». Pudo encontrarlo.
    Otra noche. El sueño se repite. Él perseguido entre luminiscencias. Cae y desaparece. «Tranquila. Tú espera. Tu inversión nos hará ricos». Sus últimas palabras.
*

    La foto de Masaiko ladea en el cartel del concurso. Grandes gafas aúpan su ceño. Tsata espera en la calle. Al salir lo sigue. La lluvia irreverente empaña toda visión. Solo bruma en la jungla de neón.

    —Anata wa nandesuka?
    —¿No… No habla español? —pregunta ella.
    —¿Quie usté? —insiste sin dejarla pasar.
    —Necesito información.
    —Saca zapato… ¡Punta, así! —dice colocando sus botines de tacón hacia la puerta.
    —Vengo de Madrid. Creo que conoce a Damián Fresco.
    —¿Uoei?
    —El Cachopín.
    El japonés se encoje y desaparece. Ella curiosea lo simple del lugar: paneles de madera, pergamino, cojines, una banqueta y una cortina custodiada por un dragón. Cuando intenta mirar…
    —Wabi-sabi —murmura con un vaso de sake.
    — ¿Qué? Aah, gracias —desconcertada toma el vaso que le ha dejado en la banqueta junto al bonsái.
    —La beleza… de una vida no buena —murmura el japonés señalando el arbolito.
    —¿Sabe dónde? ¿Cachopín?  
    —¿Conozco? ¿Viaja sola? —le suelta con un aliento a pescado rancio. 
    —Venga mañana —exige el japonés abriendo la puerta.
    —¿Hora? —señala, golpeando la muñeca —¿A las cuatro?
    —¡Nooo! No cuato, nunca cuato. Mala suete. Cinco, bien. ¡Plom!
    —Kimono siniestro de manos afiladas.





    Tsata sale escopeteada, enfrentándose a la ciudad asfixiante. Deportivos tuneados ariscos al silencio. Un anciano sonríe disfrazado de niña. Ella doblando al primer yokocho que encuentra. Sigue el cablerío de la red eléctrica hilvanando edificio tras edificio. Bajo el viaducto, un restaurante. Libre una mesa. Cerca dos japoneses sorben fideos. Temblorosa, pide lo mismo y señala el primer cartel que ve —¿“seiniku-ba”?  (Acaba de pedir carne cruda de caballo). En la parrilla gira una salamandra. El sonido a disco viejo de música la aleja del chirrío de los trenes de la línea Yamanote.
    Mañana Masaiko, habitual de Kurobei Yokocho, irá al callejón del muro negro. Dirige allí un laboratorio clandestino de abono orgánico a partir de sangre de cerdo financiado por el Yakuza, el crimen organizado de Tokio.

*

    El kimono del nipón está manchado de sangre en las mangas y en los bolsillos. Ella, calada hasta el tuétano acaba de llegar. Tsata amueca los labios sin quitarle la vista de encima. Él corre la cortina draconiana. Ella ve un cerebro y un hígado en una bandeja, un circuito de tubos, pequeñas plantas en macetas. Masaiko advierte su curiosidad.
    —Momento…—mueve la mano arriba, luego baja —Y beleza.
    —¿Qué? ¿Qué es? —traga saliva.
    —Tekunika: alaga vida y da coló único. Azaleas como univeso. Solo yo sé.
    Siente un escalofrío. No quita la vista de una jeringuilla que él acaba de coger. Tsata retrasa uno de sus pasos. Tropieza. Unas tenazas de podar quedan bajo sus pies. Una tanqueta libera un líquido rojo que entra en un depósito y sale amarillo a las bandejas de los árbolillos floridos. El pánico gravita.
    —Impotante tiempo. Óganos calienté en cuepo. Sale sange a azaleas…—dice mientras se le acerca. —No necesito tu sange —prosigue.
     El japonés le da un bonsái de azaleas amarillas. Sobre la banqueta ahora dibuja algo. Masaiko le acerca un pliego de papel arroz. Ella coge todo. Él la obliga a salir. Ella lee.

 
あなたの豚の血を運ぶ
Lleva la sangre de tu cerdo





Comentarios

  1. Gualdado pala mañana pol la mañana :))

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  2. Yo lo tengo que volver a leer de nuevo, mañana.empieza película. Un abrazo

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  3. Gracias, Eme, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!

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  4. Una aventura nipona. Muy interesante cómo has construido los diálogos fonéticos.

    Un abrazo y por las aventuras, si puede ser, más cerquita :-)

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    1. Gracias Aldaba por tu visita y dejar tus impresiones. La verdad es que El Cachopin se podría haber ido más cerquita a intentar hacerse rico. Por eso pasa lo que pasa. No hay que fiarse de lo que puedan estar tramando otros, y más si son de la cultura del sol naciente, amarillos. Un abrazo

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  5. Si cuando te digo que siempre siempre sorprendes, Emerencia, es por algo.
    Con los ojos abiertos te he leído y hay mucho que destacar:
    - “El conocimiento” y te lo digo desde el desconocimiento más absoluto de toooodo o casi todo lo japonés, en general de todo lo oriental, y si un chino es bajito lo puedo confundir con un nipón.
    - El ritmo trepidante. Frases tremendamente cortas, a veces de solo una palabra. Ej: “Maricones”. Muchos verbos de acción. Velocidad y dinámica.
    - “El mundo gestual”. Aquí K. Marce debería darte un cum laude. Lo has bordado en este sentido.
    - El rico vocabulario (he tenido que mirar en la RAE relojear)
    - La forma fonética del habla japonés al revertirla al castellano (parece que lo escucho)
    - La trama tan complicada con varios escenarios y personajes que has sabido dirigir con buen criterio. El tren casi anecdótico. Cumple el requisito sobre todo de género negro (mafia nipona)
    - El final apoteósico y revelador de la sangre de “tu” cerdo.
    - Yo no veo ningún fallo, incoherencia… salvo el despiste de la tilde de aúpan, así que de diez y medio y matrícula de honor señorita de imaginación poder.

    おめでとうございます (ENHORABUENA)

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    1. Olé, olé, qué bien que te haya gustado porque este relato ha estado macerando muchos meses, hasta que ayer, (casi un día de perfilando detalles) estuve trabajando en él. Ya veía mi corazón con el cerebro ese y el hígado en la bandeja del nipón jajaja. Ha sido una aventura increíble crear esta historia. Por eso te agradezco el comentario y todos, toodos los matices que has destacado supone mucho. Ya tú lo sabes, hasta que no te comentan los lectores no sabes como va a calar la historia y sobre todo, si llega con la pasión y la fascinación que se le pone en crearla. Ahora me siento bipolar, soy Tsata (Chata) y soy Masaiko (Masaico) y me doy miedoo. Ni te cuento lo que le puedo hacer a mis orquídeas. Muchísimas gracias compañera. Ya vi que hiciste cambios en tu historia, ahora ha ganado bastante, el relleno y lo dos puntos cobran visibilidad. Un abrazo glande,digo grande, grande, redios jajaja ;))

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  6. Perdón Eme ;) la palabra "relojear" pertenece al relato del compañero Kurt en su relato "Viaje al trabajo", que por cierto, te recomiendo su lectura, es muy bueno.

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  7. Hola Emerencia! Chica, te admiro: qué bien que has ambientado tu historia en la ciudad de Tokio, en el contexto de una cultura tan ajena a la nuestra. Tus juegos/recursos fonéticos me han parecido muy logrados y coloristas. El final, sumamente impactante, con toda esa sangre y vísceras. He sentido auténtico pánico. ¡Muchas felicidades y suerte en el concurso!

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    1. Hola Beri, Bienvenido, o bienvenida, no sé, tengo que buscarte y encontrarte. Gracias, de veras. Es un relato donde he trabajado bastante con los mil sentidos puestos. Me alegra que te haya gustado e impactado. Un abrazo.

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    2. ¡Ah, ya te encontré! Hola Baldomero, veo que participas con tu relato "Filosofía ferroviaria" apuntado queda para leerte pronto. Lo dicho bienvenido a esta casa viltual.

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    3. Anónimo4/12/19

      Sí, porfi, léeme y coméntame,glasias!!!(jeje)

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  8. Tremendo, Emerencia! Originalísimo, muy bien armado y un final redondo. Muchas felicidades.

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    1. Hola Marta, pues acabo de leer tu relato y chapó. Que hayas elegido una trama de un escritor que se enfrenta con el director ególatra y que el escritor decida no trabajar con él, tiene también su enganche compañera. y que me alegro que te haya gustado tanto éste, genial. Muchas gracias. Este reto promete. Un abrazo

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  9. Ay, Eme qué relato tan inqietante. Me encanta ese aire japonés y ese acento que le has puesto al personaje nipón. El cultivo de azaleas, un tanto macabro, pero imagino el color que tiene que dar esa sangre caliente...
    Un beso y mucha suerte en el concurso.

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    1. Hola Rosa, sí me salió una pasión y una frustración por ahí. El cultivo de plantas y conocer Japón. Y como lo segundo lo veo casi inviable, pues la vena tomó derroteros inciertos: sangre por doquier. Para tu curiosidad, al mantener los órganos calientes la sangre está más líquida. Es parte del secreto de la fórmula del japonés de ojos de tritón. Ni te digo como es el resto. Un beso

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  10. hola! Eme eres tremenda, como se te ocurrio eso y con fonética?!! me dejaste asombrada..gracias, saludosbuhos.

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    1. Ja,ja,ja, gracias buhita, mi cabeza que no para. Esta si que ha sido toda una aventura por los barrios oscuros de una y otra parte del mundo. Un viaje fascinante. Me preocupa, a ver donde termino. La culpa es del Tíntero que nos pone a prueba. Un abrazo

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  11. Hola Emerencia

    que voy a decir?!?! Me has dejado de piedra.
    Vaya relato más de todo... Aquí estoy, secándome con una toalla y comiéndome las erres.

    Como dice Tara, trepidante, veloz pero con todo detalle y para no perderte nada te tienes que dar prisa en mirar, si no, se te escapa.

    Enhorabuena y saludos

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    1. Hola Paola, cuidado con las erres que pueden ser bastante sanguinarias, sobre todo indigestas jeje. Lo de escaparse detalles, es verdad, hay muchas imágenes y diferentes espacios escénicos. Muchísimas gracias. Un abrazo

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  12. Tu relato tiene un estilo muy especial, Emerencia. Me ha llamado la atención la brevedad de las oraciones y la poca información que tiene el lector. Así y todo, con el ritmo alocado, con una pizca de surrealismo en el clima que creaste, todo se cierra en el final perfectamente.
    Felicitaciones y mucha suerte en el Tintero.
    Un abrazo.

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    1. Gracias Mirella, tengo en cuenta todo lo que me dices. En verdad, la información que necesita el lector está, a pesar de que las frases sean cortas. El ritmo lo marca justamente esas frases y las descripciones que van cayendo como confeti para la sorpresa final. Un abrazo

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  13. Emerencia, tendré que hacer un curso de japonés para entender bien la trama, ja, ja.

    Bueno la verdad que has hilvanado una increible historia de los bajos mundos de Tokio, por lo que entendí, la mujer (Tsata), quiere vengarse de quien la engañó (Cachopín), investiga hasta dar con el asunto que lo trajo a Tokio y con Masaiko, para dar con su paradero.

    Al final creo que Masaiko también fue engañado por Cachopín y toma venganza, y esa "sangre de su cerdo", era precisamente la sangre de quien ella buscaba vengarse, de Cachopín (Damian Fresco).

    Bueno Emerencia, si la cagué culpa a mi ignorancia, ja, ja, ya te dije que debo aprender japonés, además te juro que terminé exhausta con la persecusión, y salpicada con la sangre de esas visceras.

    Supongo lo difícil que es crear semejante trama y aderezarla con todos esos condimentos extranjeros tan ajenos a nosotros y tan comunes al nipón. Tiene mucho mérito toda esa creatividad.

    !Felicidades!

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    1. Hola Idalia has dado de lleno sin saber japonés jeje. Ni te imaginas las vueltas y el trabajo de los detalles, esos condimentos de los que hablas. Para describir al japonés, sus movimientos y expresiones me acordé de unas jornadas que asistí de bonsáis donde vino desde el país del sol naciente, un prestigioso maestro de este arte. Era digno verlo y su habilidad con las herramientas. Creo que ha tenido mucho que ver en la trama, ahondando en mi subconsciente jeje. Gracias compañera. Un abrazo

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  14. Fantástico, Emerencia, un relato genial.
    Está todo muy bien dibujado, sobre todo el personaje nipón, casi he podido escucharle y angustiarme con su aliento. Destaco también la frase de «la bruma de la jungla», en cinco palabras describes la inmensidad de un lugar a la perfección.
    Y no solo es técnica, la trama es muy acertada, con unos diálogos bien elavorados y un giro final es-pec-ta-cu-lar.
    Felicidades, he leído pocos relatos pero hay un nivelazo en el concurso que me está deslumbrando y abrumando como esas luces de neón que narras.
    Un abrazo.

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    1. Hola Pepe, pues muchas gracias. Me alegro mucho. Te cuento que el detalle de los dos japoneses empujando a la gente en el metro es otro dibujo que he afinado. Me quedé perpleja con esa imagen embutiendo, a presión a esa masa humana. De hecho, están contratados dos "sacrificados empujadores (me suena a pujiles jaja)para eso en cada A lo que tambien comentas, el nivel es alto en el Tíntero y no lo pasamos muy bien. Ya pasaré a leerte. Un abrazo

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  15. Saludos Emerencia, un relato con un final de película, es macabro y crudo el relato, pero muy bien narrado y el uso fonético para el habla española del japonés ayuda a bajarle el tono. Un gusto leerte. Éxitos y bendiciones!

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    1. Hola Mery!! gracias por tu lectura. Je,je, sí que es macabro, muy negro. No tenía mucha experiencia en este género, pero me ha gustado esta aventura y por supuesto, imaginármela con todo lujo de detalles. Lo del lenguaje japonés ha sido más complicado y sobre todo sabiendo que ha estado viviendo en España, algo se le habrá pegado, vamos digo. Sus movimientos, expresiones, pensamientos si que han sido todo un reto; al ser una cultura tan diferente a la nuestra y sobre todo no tener a nadie cerca me ha resultado más difícil de imaginar a este japonés supersticioso encima jaja. Me alegra que hayas hecho justo esa apreciación del habla y además, es lo que he intentado trasmitir. Sus acciones pueden ser muy crueles, pero con mucho arte. Gracias compañera.

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  16. ¡Hola Eme!
    Qué relato más curraddo. No falta detalle: ambientación, conocimiento de la cultura nipona, el acento...me ha gustado y sorprendido, se nota mucho trabajo en él.
    Muy feliz día.

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    1. Gracias Gemma!!! no hay como conocer otras culturas aunque ésta entra con sangre jeje. Un feliz día para ti también.

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  17. Caramba, Eme, esta sí que es una historia sangrienta, je,je.
    Qué modo tan bueno de describir los lugares, los personajes y el vocabulario jaoespañol, ja,ja,ja.
    Tsata se lo curró mucho, pero solo consiguió un sucedáneo de lo que fue a buscar. Y es que no hay que fiarse de esos japoneses.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep Mª ¡yo no he sido, a mi que me registren jaja! Si la Chata (Tsata) casi se deja la vida por recuperar su dinero, pobre. Lo que no sabemos es si se quedará en Japón o se volverá a Madrid. Gracias por la lectura. Un abrazo.

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  18. Hola, Eme.
    Eres única, tus letras lo son. Tu forma de escribir es tan única, tan personal, que sinceramente dudo que nunca pueda encontrar nada parecido, es sobresaliente, enserio. Un relato trepidante, angustioso, con tantos escenarios y acontecimientos que uno vuela con él, se adentra y se maravilla. Qué trabajo, asombroso, me quito el sombrero. Enhorabuena.
    Un beso enorme.

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    1. Bueno, bueno pues muchísimas gracias cómo me alegra que te haya gustado tanto. Y además, destaques los escenarios diferentes de la historia y todas esas impresiones. He dedicado bastante tiempo y sobre todo, esos meses de reposo forzoso que le he dado. Un beso

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  19. ¡Menuda historia, Eme! Me ha resultado fascinante tu manera de contarla, el trasfondo y los diálogos.
    El título me atrapó porque... ¿sabes que este verano estuve en Japón y, entre otros lugares, en Tokio? Veo que te has documentado, ¡igual has estado también!
    Viajé en la línea Yamanote que citas, visité el Yokocho que nombras, me resulta familiar ese "quitarse los zapatos", dormí sobre tatami... (la verdad es que tengo pendiente hacer un post sobre el viaje).

    Se nota en tus letras tu espíritu de viajera porque plasmas tal cual las emociones que se sienten.

    ¡Un beso!

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    1. Hola Chelooo!!! Gracias por el comentario, qué ilusión, has estado en Japón, en Tokio. Pues yo no, la Chata ya ves que si, y todo por recuperar el dinero prestado. Ya me hubiera gustado ir, por placer, claro!!! Qué bueno que hayas destacado todos esos lugares, eren claves en la historia. Un beso grande😘😘

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  20. Un relato brutal, Eme. El ambiente que consigues es extraordinario, con ese Tokio de lluvia, neón, carne cruda y bulla nipona. No es fácil de leer pero... ¿Quién quiere el camino liso y recto cuando puede uno perderse por las calles de la ciudad guiado por tu mano?
    Suerte tuvo nuestra protagonista que el "nión raro" no necesitara su sanngre; mala suerte para El Cachopin. Al menos se lleva de vuelta unas azaleas.
    Un abrazo enorme y mucha suerte.

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    1. Ay gracias Bruno, qué ilusión me hace lo que me comentas. Ha sido todo un trabajo de imaginación y de buscar información, claro. Nunca he estado en Tokio y menos escribir una trama tan "sangrienta". Entiendo que el japonés no habla muy claro, el español no lo domina mucho, se nota, solo lo suficiente para conseguir el negocio de su vida. Sus bonsáis ahora son ejemplares únicos en el mercado japonés. Un abrazo graaaande.

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  21. Hola Emerencia.
    Has plasmado perfectamente la escena, muy original, cargada de mucho humorcillo nipón y toques siniestros. Felicidades y suerte en el tientro!
    Abrazo!

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    1. Gracias Yessy, bueno el humorcillo nipón no creas que es tanto, el japonés se las trae, pero como no habla bien el español pues así se suavizan las escenas con él, y sobre todo, con lo macabro de su experimento, que se las trae. Un abrazo compañera.

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  22. Un relato que nos sumerge en el Tokio turbio y oscuro que nos ha dejado el cine americano, me recuerda a la película "Black Rain" ambientada también en un Tokio oscuro y con la yakuza de fondo en la trama. Muy cuidado en los detalles, tanto en las descripciones como en los diálogos. Tal vez, como apunta Bruno, difícil de leer por momentos. En cualquier caso un gran trabajo en el que se nota esfuerzo y dedicación. Te auguro una buena posición en el Tintero. Un abrazo.
    P.D.: ¿Cabo Ortegal la foto del pie de blog?

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    1. Hola compañero, nos vemos de nuevo Jorge en el Tintero. Pues muchas gracias. Te cuento que no conozco Tokio solo ha sido investigación para usar los datos más fidedignos para el desarrollo de la trama. Y síii, por fin fui a tu tierra es cabo Ortegal con su precioso faro en Cariño. Adoro esas puntas de tierra y mar. Ha sido fantástico el viaje por tus tierras gallegas. Un abrazo y feliz año nuevo.

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  23. Un cierre brutal. Muy bien recreados todos los lugares y la cultura nipona. Se nota que conoces y amas todo lo relativo a Japón, porque está muy bien documentado. Al principio me ha costado meterme en la historia, pero luego no he podido parar de leer. ¡Enhorabuena y suerte en El Tintero! ¡Felices fiestas!

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    1. Hola, ¡bienvenida Rebeca! pues más que amar, tengo unas ganas de ir increíble. Y que otra manera más buena que descubrir un lugar, pues a mi se me ha ocurrido que inventarme una historia allí. Más difícil todavía jeje. Ya pasaré a leerte y a los compañeros anteriores al Tintero. Un abrazo y feliz año nuevo.

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  24. Como es habitual en tus relatos les precede la originalidad argumental. En este caso Japón es protagonista y el tren queda de fondo, nombrado como por casualidad y de corrido. Lo que gana importancia en la trama parece ser la técnica para criar bonsais a base de entrañas, visceras y sangre. No se si se trata de un viaje de placer o de negocios, pero resulta un tanto gore el periplo de tu protagonista.
    Un abrazo y suerte, compañera.

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    1. Hola Francisco, pero que esto para un tiacón como tú ¿violencia gráfica? ¿vísceras, sangre? Como he leído pro ahí mientras haya alguien que se la crea, la historia no puede estar muy alejada de la realidad. El viaje de la Chata es para ver si puede recuperar el montón de dinero que le prestó al Cachopín, y más, por si se le pasa no volver a Madrid. Muchísimas gracias por el comentario. Ya pasaré a leer el tuyo. Un abrazo fuerte y feliz año nuevo.

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  25. Hola, Eme. Siempre ocurrente, sorprendente, dinámica. Me encantó el relato: el manejo de la gestualidad, el ritmo, ese desopilante negociado de cerdos y azaleas... y esa incursión al japonés; increíble. Mis aplausos.

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  26. Hola, Eme: Acabo de comentarte, pero no aparezco; no sé si debo esperar a que se publique, o si metí mal algún dedo (alta probabilidad).En síntesis, había escrito sobre la originalidad, el humor y lo dinámico de tus relatos. Destaco en especial el desopilante negociado de cerdos y azaleas, los juegos con el idioma, la flexibilidad de los gestos en las descripciones. Aplausos.

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    1. Hola Beba, pues han salido los dos comentarios así que los voy a dejar. Muchísimas gracias. Esas, tus impresiones. Me anima a seguir escribiendo el año que viene. Ya pasaré a leerte compañera. Feliz año nuevo.

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  27. Qué soberbia ambientación con esas frases cortas que te van metiendo en el suspense, y esa manera de hablar a la japonesa que flota en el misterio...
    El final tan breve como macabro le pone un broche de oro al relato.

    ¡Saludos y suerte en El tintero!

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    1. Hola María Pilar, muchísimas gracias, pues que bien que el relato te haya gustado. Lo de una historia del género negro me ha costado, sobre todo recrearme en este tipo de sensaciones. Si la atmósfera está lograda con eso que dices que "flota en el misterio" pues qué alegría me das. Tengo que pasar a leerte. Un abrazo compañera y feliz año nuevo.

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  28. Saludos desde Venezuela, buen relato que paseo me he dado en Japón con tu relato, de leer con mucho cuidado con todas esas palabras e interpretar el mensaje. Me gusta la narrativa muy bien llevada y entendible a pesar que no hablo japonés. Espero sea de agrado el mio. Suerte en el Tintero.

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    1. Hola Perlas ¡Bienvenida! pues que bien que hayas disfrutado el viaje y ¿dices que has entendido al japonés? bueno, pues genial, porque se pasa parte del diálogo hablando de bonsáis, a su manera claro. Pasaré a leerte y ya te comento. Un abrazo y ¡Feliz año nuevo!

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  29. Hola Emerencia, todavía estoy temblando de miedo. Transmites muy bien esa cuasi incomunicación entre culturas e idiomas tan distintos, y lo solo que alguien puede sentirse en un mundo tan diferente. Al mismo tiempo Tsata es de un corajes, increíble.
    Un abrazo y muy feliz 2020

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    1. Bueno, bueno, Juana. Gracias. Tsata tiene que conseguir como sea todo el dinero que le habia prestado al Cachopin. Para hacer este viaje se supone que es mucho lo que se juega. También comprobar que la inversión en el negocio merece la pena; tal vez, también se planteará ella sacar tajada. La que se ha tenido que quedar temblando ha sido ella cuando ha comprobado donde ha ido a parar el "mala sangre" del Cachopín. Me imagino que también has participado. Ya paso a leerte. Un abrazo

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  30. Una historia muy bien ambientada que nos ilustra sobre la lengua y costumbres niponas. Muy bien perfilados los personajes y unos diálogos bien trenzados al servicio de una trama trepidante con un final potente. A saber que frutos dará ese bonsái. Suerte en el Concurso. Un abrazo, Eme.

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    1. Hola Paco, frutos no se, pero por lo pronto el nipón ha conseguido ganar todos los concursos de bonsáis de azaleas. A todos los que se ha presentado queda finalista. Claro, conseguir ese color le ha costado sangre, y mucha. Él solo sabe el secreto y no creo que se atreva a contarlo. Muchas gracias compañero por el comentario. Un abrazo

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  31. Muy interesante tu relato, Emerencia, me sorprende la facilidad con que describes las circunstancias, y los gestos de los personajes ayudan a ir dando forma a la historia en sí. Si te digo la verdad cuando iba por la mitad tuve que recomenzar a leerlo con mis cinco sentidos porque ignoro tanto de esa cultura que no lo descifraba al completo. Pero lo dicho, lo redactas tan fino que se entiende perfectamente y entonces llega un escalofrío por la frialdad final.
    Mis aplausos!!
    Un abrazo y que comiences este año con mucha alegría y que se quede contigo.

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  32. Hola Carla, me quedo con ese buen deseo y lo engancho para mi enterito con imperdible. Alegría y salud, por favor, que el mes de diciembre se fue regular. También te dejo mis buenos deseos. No te he leído todavía, así que sin más preámbulos en cuento finalice paso a leerte. Creo que también es la primera vez que participas, pues bienvenida. En cuanto a lo que me comentas te lo agradecezco y motiva bastante, sobre todo por lo que comentas hay muchísimos detalles y descripciones que he recogido. Y el final fue realmente lo que he tenido claro durante el desarrollo del relato. Es justo el principio el que más quebradura de cabeza me ha dado. Lo que son las cosas. Esto de escribir, cada vez me sorprende más. Un abrazo con buenos deseos también para ti.

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