NOCTURNIDAD Y ALEVOSÍA











        
—¿Tú estás segura de que es por aquí?

Intentábamos entrar allí todas agolpadas las unas contra las otras, me sentía como si formara parte de una masa de fideos a punto de reventar. Yo debería haber sido la guía del grupo y me desesperé, preferí entonces darme la vuelta y entrar por el sitio de costumbre. Ya en el interior fue entonces cuando lo vi. Aquel barrigón estaba con sus posaderas perfectamente encajadas en la apertura del trono y por un momento intuí que empezaba a alertarse.

—¡Dichosa raja! —el barrigón miró al techo sin mover cabeza y luego los iris como pelotas de tenis pasaron de un lado hacia otro.

 Su piso era uno más de aquella pequeña Venecia que tanto nos gustaba: bloques de tres y cuatro plantas que flotaba en ese suelo acanalado, emponzoñado y del que tras una imperiosa invasión intraterrestre nos hicieron salir en estampida. No habían pasado ni tres meses desde que comenzaran con las obras de mejora del alcantarillado, una desgracia, porque este viejo barrio donde vivíamos había hecho uso exclusivo de esas acequias de riego y de los pocos pozos ciegos que quedaban en la localidad, una verdadera reliquia que esos gigantes no valoraban más allá de considerarlas meras tragaderas.

 —¡Schszsz eh, ustedes, las de dentro, están haciendo demasiado ruido, se va a dar cuenta! Aquí hay un elefante barrigón, ¿acaso no ven la luz?

 —¿Y tú? ¿Por dónde has entrado? ¿No ibas la última? —preguntaron en coro todas.

«Zchzzs, riss» el gordo volvió a escuchar de nuevo, esta vez estaba seguro que no era el techo, pero sí podrían ser alguno de los azulejos de la ducha. Se encontraba en una situación inconmovible, inmutable en movimientos, inmerso en esa coyuntura entre lo que se piensa, se cree y no se puede hacer por la limitación de movimientos para cambiar de postura. A hombro con la ducha le separaban pocos centímetros de la mampara, ese plástico de poliestireno de grabado tipo gota chorreante que le impedía la visión más allá de su costado derecho. A riesgo de que el sonido pudiera salir de allí, abrió la apertura plegable y se inclinó lo suficiente para otear el horizonte de aquella metrohabitación: arriba, abajo, abajo, arriba, hasta quedarse en las oscuras salidas del desagüe del sumidero...

«Zchzzs, zchzzs, risss, riss» Los seis sentidos se le despertaron a la vez. Se conectó en milésimas de segundo con este mundo y con el inframundo; el sentido común comenzó a jerarquizar: abrió los ojos de forma telescópica a la par que la entrepierna, solo alcanzó a imaginar que no iba a salir nada de ese oscuro abismo, pero ante la duda lanzó su cuerpo hacia delante saliéndose del punto de apoyo para mirar con desconfianza en los bajos fondos del trono.

—¡No atropelléis, me estáis aplastando! —gritaba la primera a riesgo de morir asfixiada —es mejor cambiar de vía, ¡vosotras, a la derecha! y ¡las del final hacia esa otra apertura! Ya me encargaré yo de la que está fuera.

«Zchzzs zchzzs, zchzzs, risss, risss» El sonido se intensificaba y era más frecuente cada vez. Con los ojos abiertos y las cejas más allá de la línea de expresión, el gordinflón se lanzó a coger el cubo de la fregona con la mala pata que al ser rehén de sus calzoncillos tropezó y cayó sobre la puerta, PLOM.

—¡Me cago en…! —gritó hinchado de rabia ante tal abuso de la intimidad ajena.

Se compuso de un salto y llenó el cubo colocándolo sobre el sumidero de la ducha. Con la misma inercia tapó lavabo, bajó tapa del trono, cerró ventana y vació cisterna. Ya no había apertura que sedujera a extraño.

No había hecho nada más que atravesar el dintel de la puerta del baño cuando el sonido volvió de nuevo. Su oído derecho se fue llevando todo el cuerpo cual faro, el giro fue inmediato. Su musculatura se le empezaba a arquear con solo pensar que ese “rasqueo” estaba dentro de su casa, algo corría por la pared.

–¡Quedaros quietas! Se ha dado cuenta que estáis ahí —gritaba la que estaba fuera.

—¡No le hagáis caso es una desertora! ¡Venga todas a una! —animaba la que iba en cabeza.

El barrigón se había quedado petrificado, ya no escuchaba nada, pero en cuando se movía el ruido seguía. Tuvo que ir paso a paso. Se acercó al grifo de la ducha, allí era donde se escuchaba más fuerte. De repente, unas largas antenas filiformes empezaron a salir por el mínimo espacio existente entre la rosca del grifo y el azulejo, las antenas arrastraron el resto del cuerpo: cabeza, élitros y abdomen cayendo al plato de ducha, empezaron a caer una, otra, y otra... El barrigón dio un salto descomunal al verse invadido ¡AH! ¡AH, AH!. Un escalofrío le corrió por todo el cuerpo. El tropel de curianas aparecía por todos lados: por la ducha y por encima del lavabo, justo debajo del aplique de la lamparilla. En cuestión de segundos Jacinto se armó hasta los dientes y empezó a propinar zapatillazos, toallazos, les tiró botes y todo lo que tuvo a su alcance. Un amasijo de gel, champú, antenas y patas disperso por todo el plató de la batalla.
Al día siguiente el gordinflón, más tranquilo, encontraría algo ideal para mantenernos a raya, mientras que alguien bajo la puerta hacía mutis por el foro «Zchzzs zchzzs». 




Comentarios

  1. Ja, ja. Es divertido y disparatado. Que te pase algo así cuando estás sentado tratando de deshacerte de lo que te sobra, atrapado por los calzoncillos, tiene que ser espantoso.
    Muy bueno, Eme.

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    1. Bueno entre tú y yo, estas cosas pasan con frecuencia en casas viejas, de hecho es una experiencia que pasó alguien muy cercano jajaja. El barrio es de los años 60 y el año pasado renovaron el alcantarillado, ni te cuento la cantidad de "cucas" que salieron y aparecían por cualquier rincón inimaginable... Gracias Rosa. Besos

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  2. Divertido en lo que el barrigón no pudo con ellas. Por las antenas... ¿eran bichitos raros no? Un abrazo.

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    1. Mamen, no sólo antenas, todo el cuerpo de estos insectos aplastaditos es capaz de contorsionarse y sorprender entre ranuras estrechísimas entre la grifería y los azulejos. Un abrazo, gracias compa.

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    2. En una segunda lectura me dí cuenta que los bichos eran cucarachas, jajajaja que despiste¡Suerte en el tintero! Un abrazo.

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    3. Ay Mamen, síiii cuquis, curianas, corredera, barata, mira que le dan nombres jeje. He leído algo sobre ellas. Te cuento: Son bichitos que se remontan al Carbonífero, como unos 320 millones de años, nada menos, y lo mismo aguantan el frío ártico (hasta -120º ¡y no se congelan!) como el calor tropical, y hay casi 5000 especies diferentes, ¡qué pasada! Y además viven juntitas, cooperan, toman sus decisiones en grupo cuando tienen que elegir su fuente de alimento, de ahí que este grupo de esta historia no sea un caso excepcional, aunque nuestra protagonista principal irá un poco por libre, después de esta redada y masacre ocasionada por el barrigón. Gracias por tu segunda lectura. Un beso compañera

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  3. Pues yo debo tener cucarachofobia, jeje. Desde ahora, iré con tiento cuando me adentre en un WC ignoto, no sea que...
    Me ha encantado y divertido este relato un tanto surrealista. Si en tu anterior relato fue un topo el protagonista, ahora son esas asquerosas y tenaces curianas. Lo que da de sí la zoología, jajaja.
    Un abrazo y, como he visto que participas en el Tintero de Oro con esta original historia, te deseo que triunfes.
    Un abrazo.

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    1. Pues Josep Mª, yo siendo bióloga, me dan esgrima, repeluz, cuando las veo por la noche andurreando a sus anchas por baños y cocinas. El relato es un caso real, jeje, en este caso me he puesto el traje quitinoso jajaja. Un abrazo. Gracias

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  4. Divertidísimo relato, Emerencia con un punto surrealista genial 🙂

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    1. Me alegro que te guste, por cierto acabo de leer (tengo que dejarte el comentario) tu relato, es pura prosa poética compañera. Un abrazote Marta.

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  5. Lo he tenido que leer nuevamente, después de saber a qué se refería, para encontrarle el sentido. Lo veo un poco confuso en una primera lectura. Un abrazo.

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    1. Hola Zarzamora, una observación que tengo en cuenta. Gracias por la lectura compañera. Un abrazo

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  6. Hola!!! Carcajadas y asco por esos bichos a partes igual es! ! Esta entre el jaja y el agh. Muy divertido.abrazosbuhos

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  7. Madre mía, con el asquito que me dan a mí las "cuquis", como les llamamos "cariñosamente" en casa. No quisiera verme en la piel de Jacinto por nada del mundo.

    Un relato muy divertido, Eme. Ellas también tienen derecho a ser protagonistas y a que se escuche (lea en este caso) su punto de vista.

    ¡Un beso!

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    1. Hola Julia, no eres la única yo les tengo aversión cuando las veo por la calle, sobre todo en verano, acampan libremente en la nocturnidad. Yo creo que parte es porque sabes donde viven y nos resulta nauseabundo, pero esa realidad también existe. Un beso (a ver si saco tiempo y paso a verte y leerte).

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  8. Qué lindo tono logras Eme, al principio no entendía de qué trataba pero estaba segura que venía la sorpresa, esos insectos atacando con todo. Muy divertido. Como siempre, un placer leerte!
    Abrazo.

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    1. Hola Diana, gracias por tu lectura. El comienzo no he querido dejarlo tan claro así a nuestras protagonistas las dejamos expresarse libremente en ese ir y venir de la noche a contragolpe de curiosidad y duermevela jeje. Un abrazo

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  9. Hola, Eme. Muy divertido y bien escrito. Hay que estar muy bien preparada para adivinar a las cucarachas. Y no distraerse ni para ir al baño. Ja, ja, ja.

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    1. Hola compañera de Tintero, gracias aprecio mucho tu comentario. Ya pasaré a leerte. Un abrazo

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  10. ¡Hola Eme! ¿Puede que ya hubiera leído este post anteriormente o lo he soñado? Me suena lo de las cucarachas y ese "atentado" a la intimidad ;-)
    Es genial el humor que gastas.
    Un beso

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    1. ¡Hola Chelo! síi claro que te suena, entonces fue un relato sin diálogo, y ahora les he puesto voz a las cuquis, todo un ejército con su cabecilla de exploración que no duda en salir huyendo del campo de batalla. He transformado y adaptado aquella historia que escribí hace dos años ¡qué buena memoria chica! Gracias por este detalle. Un beso

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  11. Hola Emerencia. He de reconocerte que he tenido que leer tu relato un par de veces, pues la primera lectura me resultó algo liosa, pero una vez supe con qué estábamos tratando, me ha resultado de lo más divertido.
    Un abrazo enorme.

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    1. Hola Bruno, jeje, es lo que pasa cuando se comienza una historia como lo he hecho yo: con una supuesta conversación que parece iniciada ya y como los protagonistas van apareciendo, una vez cucarachas y otras el gordinflón consigo mismo. En realidad son dos diálogos paralelos. Me alegro que te hayas divertido a la segunda jeje. Un abrazo

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  12. Una invasión de cucarachas narrada de forma original. El relato es surrealista y esperpéntico, incluso escatológico, consiguiendo arrancar a la vez una sonrisa y una mueca de repugnacia. Mucha Suerte en el Tintero, Emerencia. Un abrazo.

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    1. Hola Paco hay que ver ¿que tendrán las cuquis? si es que nuestra protagonista es muy divertida y se las sabe todas, ella guía y después lo ve todo desde la barrera jajaja que pillina. Gracias por la lectura. Un abrazo.

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  13. Amiga Eme, según avanzaba la historia me iba "temiendo" que pudiera acabar como al final lo ha hecho. ¡Ay, esas cucarachas que tanto nos echan para atrás...! En todo caso, me ha gustado el relato, con una muy original y divertida historia, narrada con la cadencia justa hasta llegar a su desenlace. Te felicito por todo ello.
    Te deseo mucha suerte en "El Tintero...".
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola Patxi, gracias compañero por el comentario, interesante esa cadencia de la que me hablas. Un abrazo.

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  14. El ataque de las cucarachas, aunque muy bien planeado se va al traste, y al final la supuesta desertora se salva. Me gusta que la narradora sea precisamente la cucaracha disidente. Eso sí, te confieso que me ha costado meterme en el relato. Me he salido de él varias veces, teniendo que releer algunas frases y párrafos de nuevo.

    ¡Mucha suerte en El tintero.
    Un abrazo.

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    1. Hola Rebeca, bienvenida. Sí, me imagino que el cambio de roles es lo que te haya llamado la atención. Realmente no existe un diálogo entre el barrigón y la cuca, aunque sí entre las cucarachas. Gracias por el comentario y la apreciación. Un abrazo

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  15. Hola Emerencia, he regresado a tu desopilante relato para decirte que es tremendo esto de encontrarse con las "cucas" y ni hablar de la situación del hombre enredado en sus prendas íntimas..Siempre te digo que tus escritos son un derroche de imaginación. Ya puedes empezar a escribir algún guión de humor, porque chispa no te falta. Un beso y mucha suerte en El Tintero.

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    1. Hola Miry, bueno, bueno, muchas gracias, una aliciente para seguir escribiendo compañera. Un abrazo.

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  16. Hola Eme. El título le va que ni pintado al hotel en el que estáis encerrados. Ya veremos de que va el asunto. Guardado para ir leyéndolo. Tú no te vayas de ahí ¿ehh? ¡Ahhh ¿qué no podéis?
    ¡Aguántarse!

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  17. Vaya que con nocturnidad y alevosía.Tremenda experiencia, divertida al leerla, disparatada con el gordinflón que apenas puede moverse. Me imagino que tienes que haberte partido de risa al leerla. Mucha suerte en el tintero. Besos.

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    1. Hola María Pilar, te cuento que esta basada en una experiencia que vivimos con las cucarachas, evidentemente la he exagerado y le ha dado el punto de humor. Me partí de risa escribiéndola y sigo riéndome cuando la leo. Gracias compañera. Besos.

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  18. Pues mira, ya estoy por aquí.¡Ay por favor! He leído tu relato de medio lado, no hay bicho que me dé más asco que las cucas (por aquí también las llamamos así), pero mira, al final hasta me has hecho poner de parte de ellas y en contra del gordo exterminador.
    Hace unos pocos días alguien me dio un consejo,(a mi parecer bastante acertado), en un comentario a uno y que pienso seguir al pie de la letra, sobre el tema de la conjunción “y” Lo comparto contigo Emerencia por si te es de ayuda (Si la oración se entiende sin ella, elimínala), salvo que las reiteración de la conjunción sea necesaria, o que lo hagas para conseguir un determinado efecto, lo cierto es que (al menos yo), soy excesiva con ella.

    Eres la genia de las onomatopeyas... las cucas dirían ¡ohnoquemepeya digo quemepilla (chiste malísimo).

    Consigues cambiar de roles con una naturalidad pasmosa, de los bichos al Jacinto y al revés)

    Ágil, hilarante, divertido, visual. Muy bueno Emerencia.

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    1. Hola Isabel, qué bien esas apreciaciones con las iisss jejeje "y que lo digas" nada más contármelo he eliminado cinco "Y" no eres consciente de estos detalles gramaticales hasta que alguien te lo comenta, muuuchas y gracias, las que usted tiene. Tu chiste viene al pelo jajajaja. Por cierto, he echado de menos tu relato en esta ocasión, eso te pasa por ir de las primeras jajaja, yo al igual que la desertora voy de las últimas, así me salvo de ese hotel que me da más pánico que las propias cucarachas. Un Beso grande.

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  19. Un juego entretenido, un ejercicio muy válido para un monólogo del club de la comedia. Me gusta.

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  20. Mi barrio es antiguo y hay veranos que también sufrimos intentos de invasiones. Sobre todo los que estamos en plantas bajas!!!

    Un abrazo

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    1. Hola David, mi casa es de los años 60, ni imaginas lo que tardamos, movilizaciones, esperas, reuniones, porque el alcantarillado nunca se había cambiado, es tal como lo cuento todas las aguas fétidas iban a unas viejas acequias de riego de frutales que abastecían de agua. Donde antes había árboles ahora hay casas y esas canalizaciones estaban suponiendo un problema, no solo de cucas sino de inundaciones cuando llovía más fuerte de la cuenta. ¿Porqué te cuento esto? pues porque está basado en un hecho real. Desde que tenemos las canalizaciones nuevas las cuquis hicieron mutis. Un abrazo compañero

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  21. Muy divertido el relato, solo de pensar en la situación del barrigón me entra un repelús que no veas.
    Un abrazo Emerencia
    Puri

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    1. Hola Puri, pues como me alegro, gracias por la lectura. Un abrazo

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  22. Hola Emerencia,
    Que relato mas espeluznante, hilarante, he disfrutado de su lectura aunque le tengo horror a las cucarachas. Muy divertido, me encanto. Suerte en el tintero!
    Abrazo

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    1. Ay como les tenemos grima jajaja, tal vez por eso me he puesto de su parte. Como me alegra que te hayas divertido. Un abrazo

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  23. Alguien dijo, que en caso de catástrofe nuclear, los únicos animales que sobrevivirían y se adaptarían a las nuevas condiciones de vida serían las cucarachas y las ratas. Y alguien añadió: También los abogados.
    No se cuales de estros me daría más grima.
    Un abrazo y suerte.

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    1. Hola Francisco síii, las cucas y las ratas, ¿los abogados?, bueno no sigo preguntando. De los bichillos no hay duda, ya hay investigaciones al respecto de sus códigos de adaptación ¿para el ser humano? que mal nos tendríamos que ver, ¿no? Un abrazo

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  24. Nos sitúas de lleno en la acción sin saber muy bien el lector quienes son la pandilla que espía al gordinflón. ¡Menuda troupe!. Me han resultado incluso entrañables. Es realmente una escena desagradable pero escrita con humor y simpatía. Buen relato. Saludos y suerte en el tintero.

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    1. Hoola Jose, de eso se trataba compañero, lo espeluznante puede ser divertido depende con la perspetiva que se vea, yo siempre me pongo de parte de las víctimas, por muy chicas y desagradable que sean. Gracias. Un abrazo

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  25. Hola, Emerencia. Me ha divertido tu relato. Fíjate que dándome asco las cucarachas en este caso me ha dado mucho más asco la situación en la que se encuentra el barrigón. Ea, los pobres bichos solo intentan sobrevivir, como todos. ¿Por qué nos provocarán tanta repulsión?
    Yo entendí en la primera lectura de qué se trataba, desde el primer párrafo y mas siendo Venecia, solo podían ser ratas o cuquis.
    No estoy segura, pero creo que en la pregunta de inicio caes en el "queísmo". A mi entender debería ser "estar segura de que".
    Buen relato.
    Un abrazo.

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    1. Hola Alma gatuna, gracias por la letura y esa aportación que me dejas, ya está corregida. Un abrazo.

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  26. Zchzzs qué cosas se puede uno encontrar en Venecia (¿este es el relato que te inspiró esa ciudad?)
    Has conseguido que me enternezcan por un momento, aunque breve, esos asquerosos bichos, y eso ya es todo un mérito por tu parte porque me dan mucho asco.
    Un beso.

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    1. Hola Paloma, el relato de Venecia lo estoy puliendo ahora, este ya lleva en el blog bastante tiempo. De todas formas alguna que otra tiene que haber por esos canales jeje. Un beso.

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