LA POMPASA

La Pompasa. Una atrevida. La llaman así porque pasa y repasa por donde se le antoja el capricho. Mira, que ahí sale, flota que te flota, despidiendo aires, la muy rechoncha. Todo el mundo la ve brillar, por toda la cara; cara que tiene mucha, cara que le sobra. Será por eso que la siguen. Y persiguen, por si alguno, la alcanza. — Ay qué caló, chiquilla, que me derrito ná ma verte. — Faito, que se acelera con la Pompasa. Esta fresca ha nacido escamondá de un cubo y una lazada . En una plaza cerca de la Giralda. Y si lo piensas, no hay mejor lugar. Vamos, que ni una lata la hace sonar . ¡Ay, que se la lleva el viento, ay que se la lleva el aire! Digo que te digo. Dime lo que quieras, que esta chichirivaina se te sube a lo alto… de la Giralda. Embelesá mira la Pompasa ahora el campanario. —¿Qué pássa? Que no hay má bello alminár de mezquita ni minarete que se aprecie p´asomarse lozana el día que una nace. Ni la Kutubía de Marraké supera a mi Gi...