LA JAULA DEL CALCETÍN

A veces me atraen las dudas y con esas dudas, veo rodar mi cabeza calle abajo. Ni me atrevo a decirte mi nombre. Porque, cuando ya otro en mi lugar venga tú, ya ni me recuerdes. Cautivado de ti yo ando desde algunos meses pasados. Y perdería mi aliento si pudiera quitarte ese mal que pienso, que tú llevas dentro. Ay, si robarte me dejaras. Y sin darte ni cuenta. Robarte ese preciso momento cuando alguien le dio a tu vida, ese amargor de berenjena. ¿Por qué encierras un calcetín de rayas, dime? ¿Perdiste acaso un pie o naciste con uno solo? ¿O simplemente, un mal pie diste con alguien que se interpuso entre ambos, quedando ese tal vez, solo? No creas que me siento afortunado porque tenga mis dos pies aquí, conmigo, colgando. Está el uno que manda y el otro que le sigue. El primero es el que tira de mí y el otro, el que me trocea lo andado. Mis pasos van y vuelven así. A veces se adelantan a mí porque, yo solo soy. Soy solo un cartero. Si no fuera por tu calcet...