BARCELONA, NATURALMENTE
Barcelona, la Barcino romana, es una promesa de felicidad. Es una paleta de color hecha de cristal y cerámica. El universo del modernismo. Una ciudad cosmopolita llena de luz y sal. Describir esta ciudad tal como la veo me ha llevado su tiempo y al final me he decantado por sus detalles. Tengo tanto que contar que lo haré en dos entradas. No conozco ninguna otra ciudad en la que el espíritu de la naturaleza haya conseguido doblegar la mano de arquitectos, forjadores y ceramistas; y como si de alquimistas se trataran les haya hecho descubrir cuál es su elemento constitutivo, trasmutando así el mineral, el metal y la cerámica. En mi mente brillan: el troceado trencadís, las insinuantes tribunas acristaladas y la filigrana del hierro forjado; y qué decir de esas petrificadas figuras humanas, plantas y animales asomándose entre formas cavernosas y paredes geométricas. Como bióloga no podía dejar de lado estos detalles...