LA REINA DEL SWING

No soy de ninguna generación, o al menos, así lo quiero creer. Lo único que me podría alterar es una colonoscopia de urgencia. No estoy muy dispuesta a dedicarle tiempo a la incertidumbre que provoca la muerte. Hay cosas en las que el mundo no avanza y esa, es una de ellas. Solo quiero amor. He vivido más de lo que me queda por vivir. Cuántas encrucijadas y esquinas dobladas. He errado, acertado y resbalado. Y tengo la edad suficiente para seguir enamorándome. Aún conservo mi cuerpo con forma de reloj de arena y estos pechos piña, con cierta tendencia a gota de agua, pero a los que le queda bien cualquier escote. Ya no me preocupo de sujetadores que hagan milagros, ahora tengo la ventaja de que no se me descuelguen los senos y me lleguen al ombligo. Yo también me enamoré de aquel profesor joven que me apasionó en la escuela, con aquellos zapatos marrones… Federico, también los lleva marrones, pero con la suela ya desgastada de arrastrar los pies para que le baje el azúcar. Fede...