LA SOMBRA AMARILLA. LA HISTORIA

(ANTES DE SEGUIR MEJOR QUE LEAS AQUÍ, ES DONDE COMIENZA SU HISTORIA)

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De todos los animales grandes la ballena ha sido su último descubrimiento, porque Sombra se ve reflejada en el fondo del océano, se ve tan inmensa, tan verde azulada. ¡Qué disfrute! Ah, y cuando sale del mar y se coloca tras los faros, ellos ahí, tan esbeltos en los acantilados, con sus largos brazos de luz, cómo disfruta. Sombra se siente bien en el agua, de ella le gusta todo, menos en las inundaciones. El agua no la deja quedarse en ningún lugar y la gente está demasiada ocupada como para reparar en ella. Cuando la ignoran se va. Sombra amarilla puede ser también bastante mala, cruel. Su juego preferido es colocarse tras el tranvía e intentar atropellar a la gente que cruza los raíles. Ya sabemos porque hay tantos suicidios en las vías, es por ella, por Sombra. Desprecia todo lo que cae al suelo, y no solo los árboles talados y las bellotas, tampoco soporta todo lo que se desploma para quedarse ahí.

Su estación preferida es el verano, Sombra amarilla, es omnipresente, es cuando le gusta su color; más que nunca es ella misma. Está en el aire, en las pisadas de la arena, bajo los sombreros, las jirafas, detrás de esos faros, bajo el agua, bajo la ballena... Menos a mediodía, allí está ella, en la bici, en la barca; está detrás de la farola, está en el estanque, en el lago, bajo los peces en el río. En verano es cuando más tiempo está con su amigo el reflejo, el único que la soporta.

En otoño el día es muy cambiante, puedes salir con sol y en un momento se nubla, entonces a Sombra ya no le gusta exhibirse tanto, se lo piensa mucho. Recuerda cuando se perdió y no supo volver a casa, tuvieron que salir a buscarla por los jardines, los bosques, los parques, tras la ballena, la jirafa.  El único lugar donde sabían que no estaba era con la mariquita. Lo malo para Sombra es que llegue el invierno. Con la nieve ella se desvanece y con las lluvias, ni sale, con lo que odia los paraguas ella…

Sombra se hace mayor. Además de vanidosa, egoísta, caprichosa, insoportable y asesina, ahora se ha vuelto excéntrica. Un día se buscó tras un espejo y no se encontró. Dijo que se hizo reversible frente a él, la muy loca. Ella les echa toda la culpa a los seres humanos. Últimamente le había dado por ir con ellos. Al principio fue divertido, pero cuando se dan cuenta que ella les persigue, la quieren patear, pegarle e incluso saltar sobre ella; no es nada agradable ser la sombra de estos seres. Un día un señor largo la persiguió por una plaza y se tuvo que esconder en una esquina, con lo que es ella con las esquinas. Le entra taquicardia solo con pensarlo, prefiere estar antes con la mariquita. Y no solo esto, además ha sido la primera vez que han hablado tan mal de ella, jamás lo habían hecho, al menos que ella lo supiera, hasta que ha tenido esta experiencia con los humanos. Todo lo malo que les ocurre a ellos la responsabilizan a Sombra. Y ella tiene sus cosas y manías, pero mala, una malasombra no es ¿o sí? No puede sentirse culpable de la mala suerte, malas intenciones y desgracias de ellos. Así que ha decidido que jamás será su sombra, ya no la tendrán a ella, aunque el día sea soleado. Se tienen que empezar a acostumbrar a ser transparentes, y esto cree ella que no les va a hacer mucha gracia.

Sombra con su edad ya lo ha probado todo para poder contemplarse. Últimamente le ha dado mucho por salir en noches de luna llena, dice que se siente estupenda más oscura; el negro le rejuvenece, está más delgada, sin arrugas. La muy presumida, ahora está empeñada en subir a un cohete y llegar hasta la luna; esperará a que llene y se colocará detrás e intentará verse en la tierra. Siendo la sombra de la luna será aún más grande de lo que haya sido hasta ahora, mucho más que cuando nadaba con la ballena, o corría tras el oso del bosque, todavía más que con la jirafa y en el bosque de secuoyas. Está convencida que será entonces la sombra más grande del mundo. Lo que ya no tiene tan claro es si quedarse allí o bajarse a la tierra; habrá que esperar su decisión. Pero que no tarde en hacerlo ¿Qué vamos a hacer sin ella aquí abajo? La echaríamos tanto de menos, a pesar de sus manías, locuras y extravagancias.

FIN