DOS TRAZOS EN SU SILENCIO
Está
en juego una existencia, la mía, y no escucho argumentos para que la sentencia
pueda tener algún atisbo de decencia. El pronóstico es ya un naufragio sin
supervivientes. Van a condenarme a la trinchera de los caídos relegados al
olvido. Pesa el tiempo, siento los minutos como granos de sal humedecidos y no
aguanto más a este albacea. Valiente defensor… un jurista con voz mortecina,
con esos sonidos guturales que salen quebrados en cascada, arrojados por noches
abrazadas a ansiolíticos. Qué desolación tener la vida exhibida en estas manos, las únicas huellas que dejan son su sudor a cada cadencia de argumento. La
mesa se estampa de marcas digitales en una constreñida graduación. Mi final:
papeles sin presentación, ni nudo, solo un desenlace. Escucho en mi
lejanía a un confiado fiscal que ha renunciado a buscar justicia, con su rostro
hierático y un discurso fiel a la alianza de los magistrados. A mi derecha, ese
jurado, aquellos que realmente van a decidir sobre mi vida, ahí quedan,
ignorados e ignorándome. No existe un ápice de apelación a motivaciones, solo
banalidades e impulsos vagos que alientan mi destierro. Desde el comienzo me
han sepultado, me han consagrado a una escafandra de hierro cromado que se
oxidará en poco tiempo, y a través de las rendijas estoy escupiendo dados de la
suerte sin caras numeradas. Esta sala lacrada me está ahogando ¡Bastardos,
hipócritas! ¡Sospecháis, y confirmáis, con vuestro silencio! Siento el
regocijo de mi drama en el aire y las miradas clavadas en mi cabeza como esas
flechas del Bosco que aparecen en el infierno. Siento que por mis orificios
ensangrentados salen voces entrecruzadas desgarrándome la
masa encefálica. Las heridas abiertas de mis cavernas
reducen mi nivel de consciencia. La decepción finita, ¿dónde hay un
gramo de esperanza? Hasta el día tiene su noche y su luz, una aurora. Ahora que
se para el proceso, si consiguiera traspasar el infinito y ahogarme en una
petaca de sedación terminal...
***
Entro,
me arrastran al segundo acto de esta obra épica donde el tiempo no parece
rematar. Miro a ese espectador silencioso. Desde el comienzo le he rehusado la
mirada; ahí en su rincón, solo, pendiente de mí como un irritante agente
policial; uno de esos inspectores pertinaces al que se rehuye en vano una y
otra vez. Ahí sentado, carga su gesto en mi cara, en mi cuerpo, como si
pretendiera escudriñar mis adentros, hurgar en mis expresiones. Lo percibo tan
ajeno a todo, pero a la vez, hay algo cercano. Lo observo de reojo mientras simula
desplazar su mano sobre hojas de papel, hace cabriolas con un pincel, ¡qué
pasamanería te traes conmigo! Tal vez sea mi “Jim Gordom”, mi aliado
en esta cruzada, el que conoce mi identidad secreta y, como a Batman, quiera
eternizar mi vida. Siento unos trazos. El pincel en mi hombro se
desliza sobre mi cuello y redondea la línea del lóbulo, entra en
mi pabellón auditivo pero, ¡espera! ¡no! ¡no fuerces la comisura de mi
boca, ni intentes enarcar mi entrecejo! ¡no! ¡aún no estoy dispuesto a sentir! Mis
emociones se congelaron y mis sentimientos se derriten en el suelo que piso,
traspasan las losetas y se hunden poco a poco. ¡Oye! ¡sí, tú!, no
es lo que percibes, ni te imaginas, no es ni por asomo lo que ves. Una
esfera de cristal imaginaria nos separa, yo estoy dentro y tú fuera. Eres
un mudo a mi realidad, te engañan esos trazos, esas sombras en el papel;
quieres dibujar lo que nadie será capaz jamás de expresar con palabras. Sí quieres, hay apuntes de mi vida en un cajón olvidado de un mueble, dios sabe
dónde. Son bocetos enmarcados en una habitación ensombrecida por los recuerdos
y en una casa que desterré hace tiempo. Tal vez ellos te den la señal que
buscas ¿Qué encuadre de mi vida me robas, ahora que todo está acabando? De
sobra sabes que está en tu mano darle la vuelta a mi existencia; tú eres el
único que puedes cambiar la perspectiva de mi historia. Deja con ese otro trazo
mi mirada perdida, que no la encuadren, aléjala de falsas interpretaciones. Es
un trazo en un plano, un giro y todo puede cambiar en un segundo. Soy
un espíritu deficiente y he tardado demasiado tiempo en reconciliarme con mi
naturaleza. He reñido con mi propia psicoesfera y hasta con el cielo por su
tono de azul. Dibujante, mírame, de esto es de lo único que soy
culpable.
***
Hay
verdades que viven y verdades que mueren. La historia se cuenta con hechos y
mentiras. Hay instantes con potestad para que la verdad sobreviva, tal vez en
un trazo, tal vez en dos.
Guardado
ResponderEliminarYa me contarás Isabel, gracias
EliminarMe ha encantado, Emerencia. Un relato que atrapa. Muy bien contado y muy bien llevado el suspense,
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado Marta, gracias. Un abrazo
EliminarLa verdad es que es curioso que mientras una persona es juzgada y se está jugando su futuro penal, sea inocente o culpable, esa extraña figura del dibujante judicial, escudriñe entre los gestos para en definitiva hacer también su trabajo. En otro orden, la reconciliación consigo mismo del protagonista parece hacer de él mismo un cuerpo extraño en la sala judicial.
ResponderEliminarMuy original Eme. Un beso.
Gracias Miguel por estas trazas que, en definitiva, es la esencia de la historia. Un beso
EliminarEl juzgado no deja de juzgar a quienes tiene a su alrededor, el jurado, el juez, el abogado, todos se someten a su ojo escrutador. Y el dibujante es quien en un juicio paralelo juzga al reo, quien al margen de la sentencia judicial escribirá la suya propia en un retrato a carboncillo. Buen relato Eme. Un abrazo.
ResponderEliminarEs que su silencio es muy largo; vamos a permitirle, al menos, este beneplácito al reo. Puede que ya haya sido juzgado antes de entrar, en cierto modo, su silencio es la licencia para pronunciarse. Su dignidad, lo poco de ella, ahora queda en manos del dibujante que trazará su imagen y dará luz, son trazos que pueden reflejar su inocencia o culpabilidad. Sí, es así compañero. Esta ilustración queda como única imagen, la que consta que se ha celebrado este proceso judicial. El juez no ha permitido ni cámara de vídeo ni fotos. Gracias por esta lectura. Un abrazo Jorge.
EliminarHola Emerencia. Excelente monólogo interior del reo a quién están juzgando y que nos cuenta en dos tramos lo que piensa en estos momentos claves de su existencia.
ResponderEliminarImagina en la primera parte que será condenado de la peor manera, no tiene ninguna esperanza en su salvación, y destila su odio sobre quienes lo juzgan.
En la segunda se dedica a observar al dibujante que quiere plasmar en el dibujo los secretos de la expresión de su rostro. El debate interior aquí es más intenso, no quiere verse retratado del peor modo, piensa que será la manera equivocada de juzgarlo, "Es un trazo... y todo puede cambiar en un segundo", y lo resume todo en las impecables frases finales "Soy un espíritu deficiente... Dibujante, mírame, de esto es de lo único que soy culpable."
Y esto es lo que abre paso a la reflexión final que cierra el relato.
Una historia original, profunda y muy bien escrita. Mis felicitaciones, Emerencia, me ha gustado mucho. Te deseo mucha suerte en el concurso. Te mando un gran abrazo.
Ariel
Gracias Ariel, por tomarte este tiempo en el comentario, por compartir tu reflexión sobre la historia y destacar esas frases que te han llegado. Culpable o inocente es algo que nunca sabremos de este reo. Un abrazo
EliminarQué original Eme, me ha encantado. He tenido que leerlo un poco rápido así que volveré a pasarme porque me ha encantado.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Gema, tantas veces como quieras, jeje. Un besote
EliminarTerrible relato, Eme. No sé qué es peor si la posibilidad de un veredicto falso o un retrato que no transmite lo que realmente siente o no siente el reo. Que lo último que pueda quedar de ti sea un reflejo falso de tus emociones ante una situación tan crítica, tiene que ser muy frustrante.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato. Mucha suerte y a por el tintero.
Yo esta vez no me presento. Llevo una semana con gripe y no es la mejor situación para escribir y leer.
Un beso.
Hola Rosa, es así, muchos juicios se han realizado sin medios audiovisuales; esta ilustración, como otras muchas, quedan como únicas imágenes, ellas constan como que se ha celebrado este proceso judicial. Así como le llegue al dibujante, dirá mucho del reo, no hay otra evidencia gráfica. El juez no ha permitido ni cámara de vídeo ni fotos. Gracias por tus ánimos y a recuperarse pronto de esa gripe. Un beso
EliminarMe encanto este relato tan bien contado, buenímo, felicitacones
ResponderEliminarGracias Ana Mª, un abrazo
EliminarEme que buen relato. Ese monólogo interior del reo.Donde es observado por todos en el juicio. Y esa reflexión de cómo le dibuja el pintor maravillosa interpretación del juicio. ¡ánimo amiga!, ya tienes ganado un buen puesto en el tintero. Un abrazo
ResponderEliminarJeje, qué entusiasmo mi niña, me alegro mucho que te haya gustado Mamen, un abrazo
EliminarSiempre me han llamado la atención esos dibujos por la incredulidad que me provoca que se pueda captar en ellos algún indicio de inocencia o culpabilidad.
ResponderEliminarTu reo protagonista me da la sensación de que da la batalla por perdida en esas elucubraciones en que se sumerge mientras todos le escrutan.
Muy original y bien contada la historia, Eme.
Que tengas mucha suerte en el Concurso, ¡un besazo!
Gracias Chelo, sí creo que este reo ya se siente perdido solo confía en el dibujante, con su única prueba gráfica; él analizará segundo a segundo las expresiones faciales y corporales del reo, las interpreta en sus trazados. El dibujante es el único amigo o enemigo que tiene el preso en la sala. Gracias Chelo por dejar tus impresiones. Un beso
EliminarComo a Chelo esos dibujos de juicios siempre me provocan curiosidad porque no acabo de entender qué aportan.
ResponderEliminarTu relato me ha hecho pensar en esa terrible situación en la que la vida acaba en manos de otros, que pueden acertar o no y que al final la inocencia o la culpabilidad no siempre es lo que acaba ganando.
Besos
Hola Conxita la justicia no siempre es justa, ni igual para todos, eso está a la orden del día. En esta sala hay dos juicios paralelos como has podido leer. El dibujante juzga también en silencio, hace bocetos de una realidad percibida en primera persona, roba un instante del juicio y la expresión del reo, como un fotograma de lo que ha ocurrido; con la carga emotiva que él quiera plasmar en el papel. Puede acertar o no, pero también contribuye a la condena. Gracias por dejar tu impronta, jeje. Besos
EliminarAl margen del terrible monólogo que se marca nuestro acusado, ya sea culpable o inocente, leyendo tu relato me he dado cuenta del inmenso poder que tiene el dibujante sobre el reo, pues éste será o no juzgado; podrá ir a la cárcel o ser absuelto, pero el dibujo quedará para la posteridad, reflejo de un yo que será o no será verdadero.
ResponderEliminarBuen relato Eme. Mucha suerte.
Efectivamente Bruno, es así, tal como lo has percibido, me alegra que lo hayas sintetizado así. La carga turbadora que tiene la historia de este hombre no deja evidencia que sea inocente o culpable, pero sí de alguna forma crea una alianza con el dibujante para esa imagen final.Gracias. Un abrazo
EliminarExcelente relato Emerencia, los dos puntos de vista, el interno del acusado y el externo del dibujante. La idea de pender de un hilo. Muy bien el suspense, me gustó mucho. Saludos
ResponderEliminarGracias MariaÉ, y yo que me alegro, un beso
EliminarEsta vez te has situado en una historia tan común y al mismo tiempo desconocida por la mayoría de las personas, a menos que algún familiar o amigo cercano se haya visto en esa situación.
ResponderEliminarHemos visto muchas películas donde esta trama se podría batir, pero esos detalles interiores del reo, de su posible inocencia, de saberse en manos de otros que desconocen sus interioridades y sus posibles motivaciones para hacer lo incorrecto o al menos parecer que lo hizo...
Ese detalle del dibujante ha sido genial, hay muchas emociones puestas en ese segundo acto, desesperación, miedo, agonía, esperanza...
Te has esmerado en esta historia Emerencia, cuantas imágenes literarias interesantes nos muestras en un simple monologo.
Ay muchas gracias Idalia por tener en cuenta todos esos detalles del relato y como han trascendido para ti, como lo has visualizado, qué interesante aportación, de veras, gracias. Un abrazo
EliminarHola, Emerencia
ResponderEliminarMe ha encantado la originalidad de la ambientación para elaborar tu relato.
Esas ilustraciones representaron con honestidad y exactitud lo que estaba pasando por la mente del enjuiciado.Magnifica narración. Suerte en el concurso!
Saludito!
Muchas gracias Yessy, no se si has participado, si es así pasaré a leerte. Un abrazo
EliminarEmerencia, un relato con un tema muy actual, narrado desde el punto de vista del acusado. Muy real el ambiente y los personajes. El monólogo del acusado y sus mínimos gestos plasmados por el dibujante. Me gusta mucho la fuerza que le imprimes. El último párrafo lo condensa todo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mirta por dejar tus apreciaciones, interesante de veras, también tú has sabido resumir la percepción del relato en tu lectura. Un abrazo compañera
EliminarComo siempre, Emerencia, expones el ángulo especial para contar una historia, a veces, hasta en escorzo, pues mirar la vida (y escribir sobre ella), de manera lineal me parece que te aburre.
ResponderEliminarUn observado observador, y desde su posición privilegiada ve y escucha “la voz mortecina de uno”, “los sonidos guturales y ansiosos del otro”, el del “discurso fiel”, el del “rostro hiératico”…
Quizás me sobrarían las últimas estrofas sobreexplicativas que comienza con el “Hay verdades que…”, ya se ha expresado el "reo" con absoluta claridad, una graduación de emociones, en ocasiones tan alteradas que rezuman gritos y desesperación; una gradación de negros y grises en un papel.
Me admira también, compañera, el léxico tan rico y fluído, las múltiples maneras que tienes de nombrar un gesto, una emoción, una voz, con diversidad; juegas con las palabras de mil modos y haces lo que te da la gana con ella. El ejercicio que has hecho es buena prueba de ello. Pero además, no es un simple trabajo de técnica (esto lo podrá hacer casi cualquiera con conocimiento), hay emociones (impotencia, rabia, odio, miedo, y reproches hacia quien pretende plasmarlo)
Eres una crack, que lo sepas.
Hola Isabel. Las emociones siempre están presentes, sí, es verdad, porque la autora tiene mucho que contar de ellos me creo; también veo que la autora siente que es capaz de "empatizar" con sus protagonistas y se aventura a narrar sus alegrías y sus temores con la libertad de expresión que los lectores le dejan, a riesgo de no ser comprendidos. Al fin y al cabo escribe para que sus protagonistas sean escuchados. Esos lectores que a bien sintonizan con ella, también son capaces de comprender y a la vez dejarse llevar por esos sentimientos y esa experiencia de vida del protagonista y aquí está lo maravilloso. Sin esa "simpatía gloriosa" estos sentimientos apresados escaparían de la celda y el preso no sería creído ni escuchado. Afirmativo de nuevo Isabel, tienes toda la razón, he visto que está presente la mirada oblicua de las cosas sobre el plano de papel, también te digo que esa forma de escribir hace descubrir a esta autora que hay otras perspectivas para que palpite la vida, amañar la historia o desenmascarar la trama, eso sí, en confianza, también creo que va en detrimento de que esta autora no desarrolle un estilo personal. Gracias compañera me alegra que nuevamente te haya gustado, como siempre tus comentarios son interesantes porque expresas lo que piensas con esa sinceridad clara. Las frases del final, si puedes que tengas razón, pueden sobrar, las tendré en cuenta. Es un error pensar que los sentimientos de los protagonistas pueden confundir y no quedar claros; como diría algún compañero que conocemos, se confunde el protagonista narrador con la autora, puede que este sea un ejemplo muy claro. Siempre se aprende mucho de todo lo aportado y queda, digo si queda. Ya ves tu comentario ha sido inspirador, casi no me concluyo y no me conozco jeje. Fin. Un abrazo y gracias de nuevo.
EliminarMe encantan tus comentarios y contestaciones. ¿Qué no desarrollas un estilo personal dices? Reconocería, sin ninguna duda, entre un montón de escrito tus letras, tu impronta, tu sello, tus formas...
EliminarGracias Isabel, motivador tu comentario, pues a seguir escribiendo. Un beso
EliminarMaria Joao26/1/18
ResponderEliminarEl relato es impresionante! Describe el pensamiento de un reo, sabe de antemano que ha sido juzgado antes de entrar al tribunal. Todo está orquestado de manera que parezca legal.
Así lo interpreté.
Gracias Emerencia, y suerte!
M.J.D
Gracias y bienvenida Maria Joao, si es algo así como lo has percibido, puede llegar a ser declarado inocente o volverle a juzgar como presunto inocente. Un abrazo
EliminarGracias, Eme, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarEncantada David, ya lo sabes que participo con mucha ilusión. Un abrazo y gracias a ti.
EliminarExcelente y estremecedor relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias compañera Ana, un abrazo
EliminarHola Emerencia
ResponderEliminarUn relato potente. Me ha gustado mucho. En esas situaciones se debe de pensar, seguramente, algo parecido. Debe de ser terrible.
Suerte en el concurso.
Hola Paola, gracias. Me imagino que cada reo debe pasar situaciones diferentes, pero ese dibujo queda como evidencia del juicio, es como una fotografía, solo que en este caso el dibujante lo observa durante todo el juicio y con sus trazos a su manera también esta juzgándolo. Hay casos que a los presos le han dado la oportunidad de volver a ser juzgados "In dubio pro reo" presunción de inocencia. Un abrazo
EliminarIntimista este relato Emerencia, la visión de unos contrasta con los pensamientos del otro, no es fácil juzgar tanto desde un escenario como desde el otro.
ResponderEliminarUn teme atrayente por lo profundo e impactante.
Un abrazo y suerte en el concurso Emerencia.
Puri
Gracias Puri por tu comentario, un abrazo
EliminarQué profundidad en ese diálogo interior, en ese segundo o tercer o último juicio. Si prevalece la mentira, por lo menos que el reo tenga derecho a decir lo que piensa y dictamine también él. Será otra parte de la verdad. Excelente escenario y escenificación. Muy buen elección de imagenes para ilustrar el relato. Buena suerte y un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola Vivian, gracias por tu comentario, el derecho del silencio y de la presunta inocencia...Un abrazo
EliminarExcelente texto, amiga Emerencia, con esas magníficas descripciones de las reflexiones del protagonista por partida doble. Un ejercicio literario magistral al plasmarnos en el texto todos esos matices psicológicos. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el "Tintero".
Un abrazo.
Hola Patxi, muchas gracias, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
EliminarPuede ser o puede que no, cuando alguien nos observa parece estar delineando el boceto de nuestra personalidad, intentando captar en pinceladas nuestras emociones y nuestro sentir verdadero. En todo caso me viene a la mente el retrato de Dorian Gray.
ResponderEliminarSuerte, un abrazo.
Hola Francisco, es como una radiografía ¿verdad? el artista ve más allá; algunos artistas son como una cámara fotográfica captan el instante, esa expresión que dice mucho de ti, eres más autentico. Gracias por dejar aquí tus impresiones. Un abrazo
EliminarUn relato muy interesante, Eme. Quien dibuja pretende siempre captar más allá de la evidencia y, si es bueno, lo consigue. Tratar de plasmar los rasgos de la angustia y la desesperación ha de ser una ardua tarea para modelo y dibujante...
ResponderEliminar¡Un abrazo y mucha suerte en el concurso!
Hola Julia, en las manos del dibujante también hay justicia, una justicia para esa angustia y desesperación; una ilustración puede decir mucho. Un abrazo
EliminarInteresante relato, Eme.
ResponderEliminarUn punto de vista muy original. Menudo monólogo te has marcado.
Suerte en el Tintero.
Un abrazo.
Gracias Jean Ives, un abrazo
EliminarHe leído con atención el relato. Me ha parecido un gran relato la primera parte. Narrador/personaje en primera persona es una buena estrategia para disparar imágenes emocionales desde una autora con un buen dominio del lenguaje y una apreciable elegancia en el manejo de la sintaxis.
ResponderEliminarLa segunda parte del relato, me parece prescindible, más que aportar quita la fuerza emocional e introduce un elemento a modo de segundo acto (queda dicho de forma explícita) que no descubre nada nuevo y más bien enfría una frase tan potente como la final del primer párrafo : …si consiguiera traspasar el infinito y ahogarme en una petaca de sedación terminal....
Naturalmente todo lo anterior EMDO, faltaría más.
Gracias, que "la puntuación te acompañe" ;-)
Hola Don, ¡qué bueno tenerte de nuevo! (por cierto, el último comentario, el que dejaste en el último encuentro del Tintero, lo recuperé; había quedado, junto con otros, en spam, ni sabía que esto existía por aquí). Qué bueno que concurses esta vez. Sobra decirte que me gustan tus relatos, y como no, tus comentarios. Gracias.
EliminarEn cuanto a lo que me dices de las dos partes, me parece muy interesante, de hecho es así, son dos momentos diferentes del juicio de este reo y él se expresa con sus emociones todo lo que le está ocurriendo, sobre todo observando a los que le observan a él. La primera sesión del juicio la siente toda perdida, solo se tiene a si mismo y acaba en la desesperanza total, quisiera morir ahí, que acabara su vida. Hay un receso del juicio, hay un tiempo y después el reo vuelve, y en ese momento descubre al ilustrador, él presiente que esta variante en su juicio (el dibujo que empieza a hacer de él) puede darle algún sentido a su vida, puede crear la duda en el jurado: tal vez las pruebas no sean suficientes, puede haber una presunción de inocencia y ¡solo con ese dibujo! con ese observador que lo está trazando. Sí, tienes razón son dos momentos diferentes en el juicio de este reo, la carga emotiva, también lo es. El ilustrador es clave. Hoy en día ya existen imágenes, pero hubo un tiempo que solo los dibujos eran el único testimonio que demostraba que se había celebrado un juicio, y muchos de los dibujos realizados fueron tenidos muy en cuenta a la hora del veredicto. Un buen dibujante puede llegar a captar el alma del reo, trazar rasgos, sentimientos y reflejar emociones.
Y la fuerza me acompaña si que sí, con estos comentarios, son como una espada láser que ilumina el encuentro de la autora con el protagonista, un encuentro en un escenario con un público crítico, lo mejor que le puede ocurrir a un relato. Gracias de nuevo, un abrazo Don.