FUEGO Y ARTE
Hola a todos, esta vez traigo un
homenaje a las fiestas por excelencia de Valencia: las Fallas. Un arte que tarda en realizarse un año, después se expone al aire libre durante una semana para luego desaparecer en cuestión de minutos por el fuego.
El año pasado tuve la suerte de vivir esta fiesta y contemplar estas maravillas. Centenares de fallas por las calles de esta ciudad expuestas con esa virtuosidad de sus artistas y creadores. El último día pude ver como una de ellas desaparecía en una gran hoguera. Difícil de describir estos últimos momentos, ver como una obra de arte de estas dimensiones desaparece devorada por las llamas; se vive una tristeza grande. Ahora que os cuento esto, y después de conocer la historia de las fallas, comprendo como en los falleros esa pena da paso al sueño y a la ilusión; en ese instante que desaparece la falla, un nuevo proyecto comienza para el próximo año.
El año pasado tuve la suerte de vivir esta fiesta y contemplar estas maravillas. Centenares de fallas por las calles de esta ciudad expuestas con esa virtuosidad de sus artistas y creadores. El último día pude ver como una de ellas desaparecía en una gran hoguera. Difícil de describir estos últimos momentos, ver como una obra de arte de estas dimensiones desaparece devorada por las llamas; se vive una tristeza grande. Ahora que os cuento esto, y después de conocer la historia de las fallas, comprendo como en los falleros esa pena da paso al sueño y a la ilusión; en ese instante que desaparece la falla, un nuevo proyecto comienza para el próximo año.
¿Os imagináis? Esas figuras están hechas con poliespam (corcho blanco), vamos poliestireno expandido para ser más precisa, y luego ese corcho va colocado en láminas montadas como piezas de puzzle en tres dimensiones para darle movilidad, después van modeladas y luego primorosamente pintadas. Son verdadera obras de arte en su conjunto consiguiendo unas magnitudes colosales. Cada falla es un ensamblaje de multitud de figuras hechas con esa técnica; las hay mas grandes, gigantescas, y otras más pequeñas adheridas a escala de pequeñas miniaturas, tan delicadas y detalladas como las grandes. Algunas de estas figuras tienen llamativas expresiones, parece salir de ellas sentimientos; en general, las actitudes están muy conseguidas, por no hablar ya de esa sensación de movimiento de las que os hablaba antes.
Estos monumentos falleros tienes su historia y su
reconocimiento mundial: son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco
por la creatividad derrochada en este arte y la incidencia de oficios que intervienen para llevar a cabo esta fiesta
valenciana.
Cuando las ves expuestas por los diferentes rincones de la ciudad
piensas ¿y esta maravilla va a ser quemada? pero es así, es ésta la tradición,
con ese fin se hacen: para consagrarlas al fuego en la “cremá”. Quien haya vivido esta experiencia, como yo, nunca la va a
olvidar. Por esta razón la comparto con vosotros.
Si visitas Valencia fuera de estas fechas, puedes ver algunas de estas figuras, “ninots”, que se han indultado del fuego y se exponen en el Museo fallero. Son figuras que pertenecen a fallas y se han rescatado por votación del público y vecinos para que no sean quemadas. Este año ha sido una escena que representa una entrañable escena de una madre con su hijo vendiendo pescado en un puesto del Mercado Central de Valencia, por cierto, dicen que el más grande de Europa de productos frescos y que además este año pasado cumplió 100 años.
Mercado de Valencia |
Como fiesta, las Fallas tienen la otra cara: más de 900.000
turistas que han visitado la ciudad por estas fechas en una semana de víspera de
San José, marzo del 14 al 19. Una aglomeración que tapona calles; todos juntitos como hormigas en
carriles, llevados por la inercia de la muchedumbre y colapsando esas calles y
los barrios en dirección a cada falla. Algunos momentos son agobiantes para
llegar a las fallas, sobre todo los últimos días, porque a lo mejor las fallas nominadas a premios están en pequeñas plazas y con tanta gente es complicado acceder.
De todas formas son espectaculares estas “esculturas falleras”, unos trabajos que ocupan todo el espacio
entre los edificios. Cuando consigues ver la obra, es impresionante la cantidad
de detalles que puedes disfrutar en ella, entonces se acaba la tensión, la contemplas y luego
piensas ¿Cómo consiguen montar esto? Miras donde las han ubicado y te preguntas ¿cómo consiguen que no ardan las casas de alrededor? y ahí radica este arte y el trabajo
de los profesionales para que la noche de la cremá sea mágica en la ciudad. La última noche es apoteósica, una oda
al fuego con palabras mayúsculas.
Primero arden las
fallas infantiles y a medianoche las fallas grandes. El primer premio del
jurado y la falla de la Plaza del Ayuntamiento se quemarán más tarde. Nosotros
elegimos una que nos encantó, ubicada en una pequeña plaza cerca del río desde
donde veíamos también los fuegos artificiales iluminando el cielo.
El rojo y los destellos de luces de colores y el humo, todo en apenas unos minutos. Es algo indescriptible, el crepitar del fuego, las cenizas y, sobre todo, ese color rojo ¡Qué experiencia!
Todos los días, a mediodía en la plaza del
Ayuntamiento, se lleva a cabo “la
mascletá”, pólvora y ruido para que te salte el corazón. Las calles ahuecan
el sonido y es impresionante escucharlo a la vez que ensordecedor.
Y los días 17 y 18 las comisiones
falleras rinden homenaje en la Plaza de la Virgen a la patrona de la ciudad: la
Virgen de los Desamparados. Otro motivo para disfrutar esta fiesta. Ver ese
derroche de colorido en los preciosos trajes típicos valencianos llenos de
brocados y detalles, y esas ofrendas florales, parte de ellas para rellenar el manto
de la virgen, claveles blancos y rojos.
Hay un gremio fallero, maestros de este arte, un arte que va
pasando de generación en generación, al igual que el lucimiento de los trajes,
de madres a hijas. Se calcula que puede haber en Valencia más de 200 talleres
que emplean a más de 700 personas. Los encargos se realizan con muchísimo tiempo y el precio puede
rondar entre, 2.000, las más sencillas, a 15.000 y hasta 300.000 euros cuando son muy,
muy especiales.
Esta fiesta simboliza la llegada de la primavera, la
purificación y el rejuvenecimiento de la actividad social de la comunidad. El
origen de las fiestas de las Fallas al parecer, se remonta a 1700 en una
tradición de los carpinteros de la ciudad; en vísperas de su patrón, San José,
se quemaban frente a sus talleres, en plazas y calles públicas, los trastos
inservibles con artilugios de madera que empleaban para elevar los candiles y
prenderles fuego.
1906. Falla ganadora |
Con el tiempo se transformaron las fallas, evolucionaron a figuras con sentido crítico e irónico, mostrando escenas que reproducían hechos sociales censurables, como si fuera una escena teatral. Figuras a las que le ponían ropa real e iban con máscaras de cartón y todo el conjunto sobre tarimas de madera.
En 1870 estos festejos populares, junto con el
carnaval, fueron perseguidos; pero los movimientos en defensa de estas
tradiciones típicas hicieron que se reconocieran y además, concursaran
otorgándoles premios. Los vecinos de los barrios competían y fue entonces cuando se dio lugar al nacimiento de la
falla artística, donde no desaparece la crítica en su totalidad, pero si se destaca mucho la
estética. Obras de arte maravillosas como podéis ver.
En 1901 fue el propio
ayuntamiento quién otorgó los primeros premios municipales a las mejores
fallas. A partir de entonces, las fallas son consideradas la fiesta mayor de la
Comunitat valenciana. Hoy día la
organización, el número de fallas, la fiesta, el derroche de vistosidad en
trajes y flores, todo, todo, es digno de admiración por todo el trabajo que lleva
detrás los talleres de las diferentes artes falleras: pintores, escultores,
carpinteros; y modistas y sastres, con esos vistosos trajes.
Os cuento como otra curiosidad que el ritual del fuego viene de tiempos inmemorables. En muchos lugares de Europa, Asia y África se celebra el equinoccio y el solsticio, la llegada de las estaciones del año, encendiendo hogueras. Una tradición que bien puede venir de los celtas, pero que la iglesia ante la posibilidad de suprimir estas populares tradiciones en muchos lugares de España, ella decidió absorberlas y dedicarlas a los santos; como el solsticio de verano que se relaciona con San Juan y el equinoccio de primavera con la festividad de San José.
Puede estar también relacionado con las fallas otra vieja tradición europea anterior al
cristianismo que construye monigotes representando personajes no gratos,
peleles satíricos que se cuelgan con cuerdas y se queman entre el tercer día de
Cuaresma y el sábado de Gloria. La finalidad era censurar claro.
La indumentaria tradicional valenciana es digna también de elogio, como ya os he contado y podéis ver. En 1920 la mujer empieza
a tener protagonismo visible en las fallas y comienza a representar a estas
fiestas, se convierte en otro bello ornamento festivo.
El primer traje que se lució fue copiado del traje de labradora valenciana (trabajadora de la huerta valenciana). Éste fue la base de muchos otros que utilizaron después las falleras más condicionados por estereotipos y modas. Los cargos honoríficos festivos de reinas falleras, bellezas falleras y falleras mayores supusieron implantar una indumentaria específica para cada una de ellas.
Los trajes, por tanto, se pueden ver con más elegancia o los que son más contemporáneos en función del acto: exaltación de la fallera mayor, la ofrenda floral, la crida (el pregón). En el caso de los hombres la historia ha evolucionado de forma diferente.
Los hombres comenzaron con ropa de calle normal, traje de chaqueta y corbata y es en 1954 cuando aparece el traje de fallero inventado por la Junta Central
Fallera. Un uniforme negro, llamado de labrador de gala,(que apenas se usa ya) y que después empezó a
cambiar por otros con más colorido.
Y hasta aquí este homenaje a las fallas de Valencia y un cariñoso recuerdo a esas compañeras y compañeros de esta red virtual que viven en esta Comunitat valenciana. Un abrazo a todos, espero que os haya gustado.
"Este post està fet amb molt d'afecte, un abraç"
Maravillosa esta fiesta. Todavía no he ido, si te digo por qué ? pues por las tracas y el humo de los fuegos. Pero me encantaria ver esos preciosos monumentos artísticos. Si que estuvimos un fin de semana en Valencia y visitamos el museo de los ninots. Precioso. Yn abrazo
ResponderEliminarSí que es espectacular, pues ya viste ese museo fallero, que bien; pero las fallas en su conjunto son increíbles. Gracias Mamen por dejar tu comentario. Un beso
EliminarCaramba, Emerencia, me han encantado tus fotografías, la historia que compartes también, por supuesto, pero las imágenes son espectaculares. He visitado Valencia hace algunos años (bastantes, a decir verdad), y lo cierto es que me encanta, tanto la ciudad como los alrededores, porque aproveché para visitar la zona una vez de estar allí. Siempre me quedó el gusanillo de ir a las Fallas, aunque tanta aglomeración de gente en las fiestas más importantes es lo que menos me atrae de este tipo de celebraciones, pero desde luego que merece muchísimo la pena, a juzgar por lo que cuentas. Muchas gracias por compartirlo. Un beso
ResponderEliminarHola, bienvenida Eva, me alegra encontrarte por aquí y que además te haya servido para recordar tu viaje a Valencia. Si que es bonita Valencia, por supuesto, nada que ver con y sin fallas, cada momento es diferente, también hay otros ojos para ver lo que ofrece la ciudad, y es mucho, ya lo creo, esto es lo maravilloso de la cultura y las tradiciones. Un beso y espero verte de nuevo por aquí.
EliminarLas fiestas multitudinarias me agobian mucho. Por eso nunca iré a los Sanfermines, ni a las Fallas o al Rocío. Si además van acompañadas de ruido, entonces ya se me hacen insoportables. Sé que es una limitación mía que hace que me pierda muchas cosas interesantes, pero no puedo superarlo, es superior a mis fuerzas. No obstante, he disfrutado de tu relato acerca de cómo se montan las fallas y las historias que nos cuentas y, como no, de las fotografías tan preciosos que nos ofreces.
ResponderEliminarUn beso.
En eso coincidimos Rosa, pero es que tenía muchas ganas de ir y ver estas esculturas, son sorprendentes y la cremá es para vivirla, qué maravilla, toda una ciudad ardiendo en colores. Me alegra que lo hayas disfrutado. Un beso
EliminarAnte todo, agradecerte esta interesante y detallada crónica de unas fiestas tan populares como son las fallas de Valencia.
ResponderEliminarDebo reconocer que el folclore no es lo mío, pero en cuanto al tema concreto de las fallas, además de su carácter satírico en muchos casos, lo cual les otorga un plus especial, son una verdadera obra de arte y yo mismo he sentido pena de que el fuego las consuma, salvo la que resulta indultada. El artesano, que ha trabajado duro todo un año para realizar esa maravilla, debe pasar del orgullo por la obra bien hecha y alabada por la gente a la pena de verla desaparecer. Pero a fin de cuentas es una cadena que hay que seguir montando y superando año tras año.
Nunca he asistido en directo al acto, solo lo he visto por televisión. De todo el espectáculo, el que me da más reparo me daría "en vivo" es la mascletá. No soporto los petardos, jeje
Durante la noche de San Juan (la verbena de Sant Joan), en Cataluña, y creo que en otras muchas localidades españolas, al menos del Levante, se montan grandes hogueras hechas con todo tipo de materiales, que se encienden por la noche. Cuando era niño, incluso se montaban y se encendían en las calles de prácticamente todos los barros de Barcelona, hasta que lo prohibieron por razones de seguridad. Ahora solo se mantiene esa costumbre en los pueblos. Pues bien, lo único que aborrezco de esa noche son los continuos lanzamientos indiscriminados de cohetes y petardos de gran calibre, que más de un disgusto han provocado. Claro que en las fallas supongo que ello está muy controlado y en un área específica y acordonada como se suele hacer cuando se lanzan fuegos de artificio.
Ya he soltado otro de mis "rollos", jajaja
Un abrazo.
Hola Josep Mª ¡qué bien, de nuevo por aquí! ya te veo recuperado, estupendo. Te cuento que las hogueras de San Juan se celebran en toda esta costa también. Es una noche popular donde todo el mundo se va a la playa a dormir a festejarlo, últimamente el botellón ha pasado factura y no va tanta gente mayor como antes. A las doce de medianoche hala, a lavarse la cara, para estar más guapo, una tradición divertida. Lo de los petardos depende cuando es de forma descontrolada, para joder a los demás, esto me puede y cogería a más de uno y se lo tiraría cuando estuviese durmiendo haber si le gusta (es lo que ha pasado esta navidad en mi barrio) pero la mascletá escondida en una de las calles cercanas y no cara a ella, es sorprendente, ensordecedor, hueco, porque son todos a la vez. Me encanta leer tus rollos, ya lo sabes compañero. Un abrazo
EliminarPues que envidia Emerencia, porque conocer estas costumbres tan típicas siempre es bonito, a pesar de las aglomeraciones que es cierto a mí tampoco me gustan. Muy interesante el recorrido histórico que has hecho de la fiesta, así como la descripción de ellas en el momento actual. Me ha llamado la atención en las fotos el gran colorido de los Ninots. No conozco Valencia así que siempre será buen momento para visitarla. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jorge, bueno qué bien, entonces te las he descubierto o al menos ya conoces un poquito más de ellas. El colorido es sorprendente y la imaginación desbordante en cada una de ellas ¡una maravilla!. Un abrazo
EliminarQué bonito este recorrido de las fallas que nos has traído. He visitado en más de una ocasión Valencia, pero nunca en fallas, nunca me coinciden las fechas. Una pena porque después de ver tu entrada con esas estupendas fotos a una le entran unas ganas enormes de no perdérmelas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay como me alegro que las hayas disfrutado. Yo llevaba mucho tiempo para verlas hasta que llego la ocasión y ya ves como las disfruté, son apasionantes. Un abrazo
EliminarEn la fecha exacta Eme, para que la gente se empiece a animar y concrete las reservas en esa espectacular y festiva Valencia en su semana fallera. Es paradójico y a la vez de mucha pureza, como a través del fuego, desaparacen verdaderas obras de arte, pero quizás esa sea la singularidad que le de una belleza y un interés especial a estas fiestas. Con el recorrido fotográfico nos has hecho volar hasta esa tierra y me paro en la foto de la pescadería, que es una obra de arte que me alegro haya sido indultada. Por otro lado los trajes regionales de las falleras son de autentico Oscar a diseño de vestuario, una verdadera preciosidad.
ResponderEliminarUn gran abrazo y gracias por el viaje, ¿pasaste después por Calpe verdad?, ja,ja,ja.
Sí Miguel ese detalle que destacas de los Ninots indultados, es muy interesante. En cada falla hay una figura que opta para que no se queme, el público la vota y los vecinos y después para los falleros el que permanezca la elegida suele ser algo muy especial para ellos. Por lo general son creaciones de verdaderos artesanos en estas creaciones y suelen tener algo especial, en este caso el homenaje a ese mercado centenario, que por cierto es muy bonito. Y siií, claro, que pasé por Calpe, pero eso ya lo sabías, jajaja. Un abrazo
Eliminar¡Hola Eme!
ResponderEliminarLo de las Fallas se ha convertido en una auténtica catarsis. Siempre quise ir a las cuando era estudiante -lo mismo me ocurría con el Pilar- pero avatares del destino, lo impidieron cuando hubo ocasión y me quedé sin conocerlas. Ahora, ya, sería incapaz de visitar un lugar con tanto ruido y tanta aglomeración de gente.
Pero me sigue llamando la atención esa forma de arte efímero que termina en la hoguera. Y es que esto produce en mí una mezcla de lamento y orgullo. ¿Todo un año para crear y sólo unos minutos para arder?
Por otra parte, el orgullo de las falleras es otra de las cosas que siempre me ha llamado la atención: tanto dinero invertido, tantas horas de preparación, tantas lágrimas,...
Me gusta. Ahora ya, desde la barrera.
Muchos besos.
Hola Macarena, hija es que ya la edad no pasa en balde jiji, según qué cosas ya no nos hace tanta gracia. La gente, y tengo que reconocerlo, es agobiante, pero nosotros también formábamos parte de ese enjambre. Demasiado también para mi gusto, después más colas para tomar los trenes de salida de la ciudad; porque de coches no puedes ni hablar ¿donde vas a dejarlo si media ciudad está cortada?. Nosotros alquilamos un apartamento en un pueblo, Cullera, para luego irnos en tren. Es lo que hay, "para un gustazo, un trancazo", jeje. Lo del gremio de los falleros, es una tradición que viene de mucho tiempo, arraigado a la pasión, como en todas las fiestas, los trajes en muchas comunidades y ciudades son espectaculares; y ya puestos, en la misma comunidad, los de moros y cristianos de Alcoy. Gracias por dejar tus impresiones. Muchos besos.
Eliminar¡Impresionante post, Eme! No solo nos acerca la historia de esta tradición, sino que nos regalas un álbum de fotos maravilloso. El fuego y el Mediterraneo siempre han estado muy unidos. Como menciona Josep, es tradicional la Verbena de Sant Joan en Catalunya, aunque en los últimos años ha perdido todo su encanto y solo consiste en lanzar petardos y alcohol. En Badalona, se quema una figura, la cremá del dimoni, en la playa. Me quito el sombrero por cómo has montado esta entrada compaginando las fotos con la historia que se esconde tras ella.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Ay gracias David, me alegro mucho que te haya gustado, "el fuego y el mediterráneo" uhm sugerente, si que hay fiestas de llama en alza en esta costa tanto levantina como catalana. Un abrazo
EliminarEme si quieres vivir algo parecido, y aunque no tiene nada que ver con las fallas, pero que no tienen nada que desmerecer a ellas, te invito a que visites mi ciudad Alicante, durante la semana del 20 al 24 de Junio donde celebramos las Hogueras de San Juan. Se plantan unos monumentos también preciosos y ya veo que has visto como van las Alicantinas con sus trajes, ya que la última foto que has puesto son esos las Bellezas del fuego, de modo que si quieres repetir te invito a que alguna vez conozcas también las Hogueras de San Juan, estoy segura que te gustarán de igual modo o no porque sé que Valencia y sus fallas no tiene color aún así para mi las mejores mis Hogueras.
ResponderEliminarYo quisiera ir alguna vez a Valencia en Fallas, pero con mi implante cochlear tengo que tener mucho cuidado con las aglomeraciones y los bullicios, de modo que me parece que me voy a quedar con las ganas y me conformaré con vivir aunque sea un día, ya que ahora vivo fuera, vivo en Elche, las hogueras, ya que en Alicante no hay tanta aglomeración como en Valencia. Un beso.
No conozco Alicante, pero Teresa ahora que me lo cuentas así lo mismo me animo a vivir esa noche de hogueras de San Juan por tu tierra, gracias por la invitación. Un beso
EliminarMe doy por aludida en esa dedicatoria que pones al final como valenciana que soy (-aún recuerdo cuándo contactaste conmigo para preguntarme antes de que fueras a ver las Fallas-).
ResponderEliminarChapeau, Eme! No te has dejado nada en el tintero. Yo, que he vivido todo y muchas veces, por no decir todos los años (montà, cridà, cremà, mascletà....) te he decir que lo has contado fenomenal. Sólo te ha faltado decir que las falleras lloran muchíiiiiiisimo cuando queman los monumentos de su respectiva falla.
Viven unos días tan intensos, vistiéndose a todas horas (los trajes cuestan un dineral) y poniéndose los llamados "topos" (los moños) que, cuando llega el momento de quemar los "ninots", les puede la emoción.
Permítete que te añada que se queman por orden inverso a los premios que se les otorgan, o sea, la última en quemarse es la ganadora del primer premio, y a veces es tardísimo porque los bomberos no dan abasto para desplazarse de una falla a otra. La quema es el día 19, día de San José, y al día siguiente se trabaja, con lo cual, no siempre puedes quedarte a ver quemar la del 1r premio.
¡Ya casi están ahí! Las presentaciones de las falleras ya se hicieron hace meses y, en nada, empiezan ya con actos falleros.
Me ha encantado leerte, de verdad, a pesar de conocer todo.
Las fotos, una maravilla.
Gràcies, floreta, amb molt de carinyo (en tu frase falta un "de" apostrofado: "molt d'afecte") ;-)
Ay como no, Chelo, hablar de Valencia...Cómo tenía ganas que me dijeras que te parecía esta entrada porque quién mejor que tú, una valenciana, para que me contase más de esta fiesta. Lo de llorar no pude vivirlo tan de cerca, pero seguro, segurísimo, por esa devoción que mostraban todas. Gracias por todo lo que nos cuentas con tanto cariño. Un beso grande
Eliminar¡Xé Eme!! Gràcies per la teua despedida en valencià!!
ResponderEliminarUn reportaje precioso, con una fotos magníficas, y explicando el origen y la evolución de las Fallas. Se nota que lo has vivido intensamente y lo has disfrutado porque lo transmites a la perfección.
Si puedo, soy de las que no me lo pierdo ningún año, me emocionan la mascletà y el ambiente festivo (aunque parezca muy agobiante).
Viví durante cinco años en Valencia y lo recuerdo con mucho cariño, con mi hijo muy pequeñin, nos íbamos a ver la mascletà desde lejos todos los días.
Enhorabuena Eme por saber plasmar tan bien lo importante de las fiestas.
Un abrazo grande amiga.
Gracias a ti Xus, sabía que a las levantinas os iba a gustar particularmente. Ha sido un placer escribir sobre estas fiesta tan vuestra y tan espectacular. Un abrazo
EliminarMe ha gustado mucho tu reportaje Eme, me has hecho recordar todo lo que viví, hace ya años, en las fallas. Recuerdo que cuándo veía esas obras de arte me daba pena pensar que se quemarían y entiendo esa emoción de la que hablan Chelo y Xus porque es una preciosidad. Lo que ya no me gusta tanto son los petardos aunque el olor de la pólvora es fascinante y las aglomeraciones, pero ahora el problema es que hay en todas partes.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Conxita por dejar tus recuerdos. Pena, fascinación, emoción, arte, olor, color, ruido, fiesta y tradición ¿qué seriamos sin ellas? Un beso
Eliminar¡¡¡¡¡Hola!!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado este reportaje tan interesante. Me pasa como a Mamen, no he ido aún a la fiesta porque me aterra todo lo que explota(excepto los fuegos artificiales) pero me maravilla la creatividad de los ninots, que en el museo se pueden ver, y lo ingeniosos que son a veces con los temas de actualidad.
Besos y feliz día.
Hola Gemma, gracias, un beso de alegría.
EliminarSumamente novedoso e interesante todo este asunto de las fallas, instructivo y valioso, como siempre son tus reportajes y las fotografías ni hablar, excelentes, cuanta belleza artística poseen y que bien logradas.
ResponderEliminarGracias por hacernos participes de estas tradiciones tan pintorescas, lastima por el despilfarro de dinero y de horas de trabajo para tener que quemarlas tan pronto, menos mal que indultan algunas, y que al menos les queda la ilusión de volver a empezar a trabajar nuevas fallas.
Un grato placer leerte amiga, te envio un fuerte abrazo.
Hola Idalia, si, esa es la tradición un derroche de arte y después sometidas a la hoguera hasta desaparecer por completo de ahí que estén hechas con esos materiales que prenden muy rápido. Si vieras algunas están ubicadas en plazas pequeñas y no te puedes creer que allí no arda nada más. Es un arte en todos los sentidos. Gracias Harolina, un beso grande
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