DE CAMINO AL CIELO
¡Vamos al cónclave de las estrellas! Será a partir de las doce de la noche. Tomaremos el camino que se deja ver en el horizonte y luego se dirige hacia el norte. El inicio de nuestro periplo
estelar será frente al mar y luego terminaremos en la cima de la montaña, allí en
Sierra Nevada, junto a los últimos neveros del Veleta. Es un camino que pertenece a la
noche, así pues, enciende tus luces de verano pero, ¿cómo que olvidaste solicitar la
entrada?
Os cuento que esta senda tiene una entrada universal, es un sendero de gran recorrido
y no habrá preferencias entre los caminantes. Solo una exigencia, si cabe, y que por nada del mundo se nos puede olvidar: hay
que apagar la luna y enchufar la imaginación. Nuestro recorrido durará
el tiempo que quieras, pero bastará solo dos horas para dar un giro
en el camino. Aunque es noche cerrada lo veremos siempre, porque está marcado con polvo estelar. Y no
te preocupes que no nos perderemos, es un camino con trayecto de color blanco
brillante, y en la cara sombría de la luna su halo se vuelve de un morado espiritual
(como no podría ser otro) un color que se funde en la oscuridad total, el
color de la magia, de lo oculto, de la fantasía,... allí donde se produce la transmigración de las
almas, esas vidas que han fallecido y se han transmutado. Esas almas sabias y
benevolentes, las que van marcando el camino, limitando lo visible de lo
invisible.
Hoy tengo como objetivo, además, encontrarme con una de estas almas, la busco año tras otro y no me cansaré nunca de hacerlo. Ella es nuestra mejor guía, ya tenía ganado el cielo antes de irse. Es un asteroide que desde hace tiempo vaga sola, pero todos los 17 de Julio se reúne con las demás estrellas, y nosotros estaremos ahí, con ella. Es un gran momento,
su momento estelar, se habrá puesto (con toda seguridad) su traje galáctico de delicada tela batista azul cielo cosida con hilo de fantasía.
Mientras tanto, mira allá arriba y no tengas miedo a
la fuerza de la gravedad. Ves, esas son todas las demás ánimas que van en
tropel dejando a su paso polvo, cenizas y gases de hidrógeno y helio. En su encuentro danzan entre sí y crean un espiral hacia el centro del infinito, allí es donde más brillan. Observa cómo se arremolinan alrededor
de ese agujero negro ¿cómo? ¿no las ves? Claro, a simple vista parecen invisibles.
En esto reside la magia del camino, muchas de las galaxias son ajenas a la sensibilidad
visual del humano.
Este camino es más viejo que el
propio universo, es la órbita del Big Bang, y las estrellas son libres de decidir
cuándo y dónde deben tomarlo. Ese color lácteo, son los restos estelares blanquecinos de la incineración de las almas. Estos restos son recogidos cuidadosamente en la Vía, se unirán a las demás estrellas para formar otros astros que orbitaran en esta senda. La Vía Láctea crece con todas las estrellas que va encontrando, las traga, las envuelve, las hechiza, como un río que confluye con otro y se unen en un encuentro.
Nuestro camino es una vía con cuarenta galaxias envueltas y arrastradas
por el brazo de Orión; un escenario único donde la constelación de Sagitario
persigue con su arco a la Osa mayor e impasible en el centro se les queda mirando la polar. Los
ocho brazos espirales abrazan el infinito, donde los gigantes azules dejan sus
huellas marcadas. Prepárate porque también habrá fuegos artificiales, los de
las Pléyades, sí, las siete cabrillas, esas siete hermanas que lanzan sus luces
con la esperanza de encontrar a los siete hermanos. Puede que nos visite algún
planetésimo, sí, un cometa escapado de la región más allá de la órbita del
lejano Plutón.
Pero, escucha ¡es música! qué
extraño, aquí en el cielo, y ahí se deja entrever algo en la nebulosa. Las notas
fluyen, caen de la bóveda celeste. Hay unas manos que acarician cada tecla y dedos que se deslizan con un
sonido callado. Llega el recuerdo en un corto lapsus de tiempo y un revuelo de
dedos en el aire. Silencio. Una inhalación larga y serena, un instante, y se
acompasan los sonidos. La música comienza de nuevo, se apaga la pesadumbre, ese
padecimiento perenne que aflige y a veces ahoga. Calla. Las manos se paralizan
y la mirada se queda.
¡Ya nos están guiñando las estrellas! subamos entonces a la Vía Láctea, ya llega nuestra guía. Llega en silencio y por su expresión creo que tiene algo íntimo que contarnos. Parece deslumbrada por el Sol. Habrá dejado la oscura nebulosa y esta luz tan cercana a nosotros la ciega. Esos ojos azules suyos siempre han sido muy delicados.
Una mano me toca, me roza la piel,
es suave, y se escucha, como en un despertar lejano, una voz cálida con
sonoridad grave
—¡despierta, te has quedado dormida! ¿Dónde estabas?— es Jose el que me habla.
—¡despierta, te has quedado dormida! ¿Dónde estabas?— es Jose el que me habla.
—Lo último que recuerdo es... que miraba la vía láctea y....un asteroide con una corte de estrellas atravesaba el cielo.
Me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarGracias Sol
EliminarBueno Emerencia ya observo que tu viaje al cielo está concluido y documentado.
ResponderEliminarSensibilidad, caricias y perfumes hacia el universo.
Yo mismo en mi rincón, hago una referencia a aquellos que ya no están y que seguro desde algún lugar de ese bello cielo metafórico nos acompañan y nos guían con su recuerdo.
Bonito y sentido homenaje.
Un gran abrazo amiga.
Gracias Miguel, si es un viaje diferente. Mi último adiós... con un fuerte abrazo en el camino. Un abrazo infinito a aquella madre que hace un año se fue. Gracias por acompañarme. Un gran abrazo
EliminarUn maravilloso sueño y unas fotografías alucinantes. Enhorabuena a los dos.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Rosa por la parte que me toca. Esta vez el mérito fotográfico es de Jose, mi pareja. Gracias por acompañarme en este sueño y dejar tu recuerdo. Un abrazo
EliminarUn camino lleno de pequeñas luces. Muy bonito. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGracias a ti Robert por dejar el comentario, bienvenido.
EliminarEncantada de leerlo.
ResponderEliminarGracias por este "viaje" .
Te sonrío con el Alma.
Gracias por acompañarme, siempre es un gusto compartirlo. Un abrazo Desde mi Ventana
EliminarMaravillosas palabras, indescriptible lienzo de estrellas. Alimento para el alma.
ResponderEliminarBienvenido David, gracias por dejar tu comentario. Saludos
EliminarQué bonito. Has relatado a la perfección las sensaciones de una caminata nocturna. Las pocas veces que yo he hecho alguna, la sensación de paz es increíble. Además, poder disfrutar de un cielo estrellado es una de las cosas que más me gustan de la Naturaleza.
ResponderEliminarFenomenal, Eme.
Un beso.
Hola Kirke, mi paloma, acabo de ver tu comentario que se me había pasado, ay, ya, ya, ay, despistada con estos calores que ando. Gracias, siempre son un regalo poder estar bajo esa cúpula celeste donde la contaminación se amilana y se ve la brillantez donde el camino parece que no acaba. Un beso
EliminarHe realizado el viaje contigo, que bonito debe ser inspirar todos estos sentimientos, yo me sentiría inmensamente feliz, un abrazo
ResponderEliminarGracias Encinarosa, ainss, me tocas mucho tus palabras, si, era una mujer maravillosa, este recuerdo es una leve estela de lo que podría haber escrito, pero me ha sido imposible llegar. Un abrazo grande
EliminarBellísimo. Me he sentido transportado en ese viaje cósmico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Josep Mª por pasarte y compartir el viaje. Un abrazo
ResponderEliminarHermoso viaje, y hermosa la manera en que nos lo has compartido, Eme.
ResponderEliminarMuchos besos!
Fer
Gracias Fer por visitarme y dejar tus palabras. Muchos besos
EliminarUn precioso viaje ensoñado, lleno de detalles contado con una prosa preciosa.
ResponderEliminarTe ha lucido amiga.Me ha encantado.
Besos
Gracias Francisco, en este caso he hecho trampa, la inspiración viene de allá, de un poco más arriba, donde la mirada se funde con el infinito y a pesar de la oscuridad ves más allá, sí, es donde la esperanza de los sueños te dan la paz que necesitas en el alma. Un abrazo
EliminarHermoso viaje Emerencia,... has despertado en mi el deseo de volver a disfrutar del lienzo que cada noche nos depara la bóveda celeste. Feliz domingo!
ResponderEliminarHola Norte, pues entonces te aconsejo el día 1 de agosto, esos primeros días de mes cuando la luna es nueva o menguante, la vía se verá espectacular. Gracias por visitarme en el cielo, un beso y feliz domingo
EliminarHola!!!! Ya te dije que quería leer el post, pero necesitaba encontrar el momento porque estas cosas me hacen sufrir.
ResponderEliminarUn relato buenísimo, sin tristeza, dejando lo bueno. Me ha encantado, transmite paz.
Besos.
Gracias Gema, no por favor, dejemos las lágrimas que ya se fueron por otro camino, vamos solo a acunar el alma. Besos compañera
EliminarQué precioso viaje, tienes una forma de describir las imágenes que seducen al lector y le haces que vea más allá de lo sólido y físico, un viaje entre lo emocional y su realidad.
ResponderEliminarUna entrada que emociona.
Besos.
Gracias por tus comentarios Irene, como me alegra verte por estas fechas por el blog y además con entradas muy especiales para mí. Realmente hay mucho de sentimiento personal en ellas, sobre todo, esta dedicada a mi madre, cada 17 de julio. Un abrazo
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