ES LA HORA
Subidme a la sierra
en una de esas noches tercamente estrelladas. Allí donde delimita la frontera
de lo invisible. Allí, en lo más alto, donde el silencio apague voces, gritos y
semanas blancas.
Subidme, que quiero
lanzarme por la cumbre en una silla vacía y con las nalgas al viento. Trotar en
el aire. Que no haya más huellas, solo mis pisadas en los caminos abiertos de
esas montañas.
Subidme, pero
hacedlo cuándo las nieves ya no resbalen, y las lagunas comiencen a ausentarse.
Que entre la nieve y la piedra hay establecida una perpetua alianza. Se derrite
la una y la otra se resquebraja.
Subidme donde la
refracción sea solo la de la propia pizarra. Allí, seré capaz de tasar las
joyas de vida más diminutas y admirar sus detalles. Allí, donde la
perfección se afana tozuda en sacar fuera la verdadera primavera.
Subidme que ya se
acerca la hora. Que quiero ver como la intimidad pétrea guarda celosa sus
Arenarias. En los rastros del agua veré brillar las Estrellas. Que quiero mirar
las Siemprevivas en los resquicios de esas aristas. Y con el azul del cielo, ver
mimetizadas las Gencianas.
Subidme
donde ya no pueda oponerme a nada. Y dejadme allí, para tantear cada
uno de esos espacios infinitos. Donde los dominios no sean fronteras. Donde la
cumbre se afile por el lado bueno de su cara. Habrá veces que todo me parezca
incierto. Y es que no hay frontera más invisible, ni barrera más vulnerable que
la de esas montañas.
Subidme. Me
esconderé en ese lugar de culto que queda en mitad del rastro que deja el
sendero de piedras y lajas. Me ocultaré en su pórtico. El templo invisible donde
solo una imagen se alza. La de la señora de las nieves, la que visita el
zorrillo con las primeras luces de la madrugada.
Subidme, para que me
envuelva la noche con la desidia de las sombras. Donde la tarde al sol sonroje,
aclarando unas sombras y oscureciendo otras. Sin miedo a que se despierten
sonidos donde solo haya luces apagadas. Allí esperaré la hora, bajo el manto de
esa figura blanca, hasta que asome, la más bella Vía Láctea.
Se hizo verbo y los
sueños azules observaron ese carrusel de estrellas y sentimientos.
A mi madre.
Espero que te haya gustado. Mi madre falleció hace cinco años. Como todas las semanas, subiré el vídeo de esta historia a mi canal. Así que si quieres verlo, estaré encantada de tenerte por allí. Te paso el enlace por si te animas a suscribirte, es muy fácil y rápido, pinchar, (campanita-todas) y likes, así yo se que te gusta el contenido y seguiré narrando estas historias. Gracias.
Qué belleza de petición, subidme, sí, hasta llegar a tocar el cielo con los dedos. Lindos renglones, cargados de esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Albaida, es un gusto tenerte dejando tus impresiones. En este caso,comparto mucho sentimiento. Son palabras que van más allá. Un abrazo compañera!!! Feliz tarde!!! 😄😃😍😍
EliminarAlbada, el corrector cambia todos los nombres 🙃🙂
EliminarMi madre algo menos que se murió por estas fechas y me ha llegado al alma tu entrada dedicada a tu madre. Ellas están en el cielo, son estrellas alumbrándonos cada día, yo así la siento a la mía, como un verdadero ángel que sigue cuidándome como yo la cuidé a ella en sus últimos días hasta su muerte.
ResponderEliminarMucho ánimo, preciosa, que aunque no están, las llevamos en el corazón.
Besos enormes.
Gracias María por compartir tu sentimiento y recuerdo. Yo también tuve que cuidarla sus últimos años. Se fue herida de una enfermedad terminal. Siempre, claro que si. Un abrazo 👐😄
EliminarEs un precioso homenaje a tu madre.
ResponderEliminarNunca estará ausente mientras la lleves en el corazón.
Y las fotos son preciosas.
Un abrazo.
Gracias Tere, me alegro tenerte por aquí compañera. Un abrazo y feliz semana.
EliminarPor cómo lo ibas describiendo me parecía que allí tenías que encontrarte muy bien. Claro, son tu madre. ¿Con quién mejor?
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Chema, siii, un escrito que he recuperado, ahora después de cinco años de su fallecimiento. Y ha costado, todavía el nudo está en la garganta. Gracias compañero. Un abrazo
EliminarQue preciosidad lo que has escrito y que emotivo homenaje a tu madre.
ResponderEliminarMaravilloso!
Me quedo a seguir leyéndote.
Besicos.
Holaaa, gracias Galilea por venir y acompañar estas letras. Bienvenida. Un abrazo y feliz noche!!
EliminarQué historia más bonita. Una preciosa dedicatoria a tu madre.
ResponderEliminarMe ha recordado mis veinte años, cuando yo subía a las cumbres de Picos de Europa en verano y aún había nieve resquebrajando la roca y siemprevivas y gencianas y lagos helados y chovas piquigualdas...
Un beso.
Hola amiga Rosa, siiii,de hecho esas fotos son en verano en Sierra Nevada. Unos días para desconectar de la muerte de mi madre precisamente, allí me inspiré y escribí esta despedida. Un abrazo linda
EliminarPrecioso todo para ese homenaje a tu madre. Y a todas las madres que seguramente están cada una en una estrella velando por nosotros. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mamen querida, ya sabía que te iba a gustar, es una historia muy triste y emotiva, una despedida que aunque nos cueste hay que hacerla. Un abrazo grande.
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