PUNTO FINAL Y CINCO ACTOS
¿Qué
podría llevar consigo la nota? ¿Quizá sea un aviso? o ¿tal vez es un comunicado de
despedida? La respuesta en esta historia puede que entre en un círculo vicioso.
La desesperación no tiene lugar aquí y a riesgo de que ocurra, se podría
iniciar un tratado de suposiciones. Lo cierto es que alguien está a punto de
leer la nota y quién la ha dejado escrita la convierte en un mal presagio.
* * * * *
Sobre
el tablero de la mesa redonda, cerca del borde quemado por la plancha y junto a
un plato con restos de huevo frito, ahí queda el trozo de papel rasgado a un
cuarto de folio con forma de hacha dentada. Una nota escrita y un bolígrafo
roto sobre ella. La presión de los dedos ha partido el tubo de plástico; la
bola de tungsteno de esa punta se ha disparado hacia la estantería chocando con
una estatuilla de gato chino para terminar ahogada en el desagüe del fregadero,
un fregadero colmado de sartenes y platos mugrientos. Rastros de tinta quedan
desparramados en ese trozo de hoja con manchas de fuel; configuran un grabado de
marcas digitales. Hay una letra zurda impresa en transparencias de aceite frito
y sólo, únicamente, pueden ser de ella.
Un individuo
en estos momentos sale iracundo de esa vivienda; su prisa da un portazo y una
ráfaga de aire empuja la nota al suelo. La última frase escrita en ella se
vuelca por gravidez y el punto final reventado, aplastado en rabia, quiere
escaparse de ahí como sea. El punto se despega, disparado sale de ese papel, va
a rodar por el suelo dejando atrás esa frase final: Ne vedem în iad «Te
veré en el infierno»
* *
* *
Un
suelo de baldosas grises que apenas reconocen la cara del agua; una superficie llena
de migas de pan, polvo, pelos ensortijados, cascarillas de cacahuetes,
colillas, virutas de metal y cerillas carbonizadas. El punto, ese punto
degollado de la nota, sortea al caer todos estos obstáculos; pero tropieza,
choca en ese suelo sombrío con la pantalla partida de un móvil. Brillantes
líneas de plástico deslumbran en esa oscuridad. El teléfono se ha quedado
encendido; se visualizan detalles quebrados del fondo de pantalla: una moto “Jarli
Davison” de metal impecable y posado junto a ella, un hombre en camiseta blanca de
tirantes con manchas en el pecho y brazos, tatuajes tal vez. El hombre creído doncel es fofo de tórax, va embutido
en un pantalón de cuero escay; lleva colgada a su hombro una mujer morena afro
con grandes globos oculares y una nariz en posición de sacamuelas. Un posado de
dimensiones indefinidas, entre llevar un trofeo o portar una carabina de caza
colgada a la espalda. En cierto modo una dudosa omnipotencia que se insinúa en
ese suelo de baldosas grises; baldosas grises que corresponden con la misma
cara de esa ambigüedad simplona con tendencia obsesiva capaz de provocar el
hecho más vil.
* * *
No
queda apenas aire respirable en ese lugar. Un tercer piso de vecinos en un
bloque de viviendas sociales de los años cincuenta. Una vivienda realquilada con
un solo hilo de aire estrangulado que entra como ventilación por la rejilla del
gas; tampoco le resta luz natural, apenas unos tenues rayos de polvo trazados por
las rendijas de la ventana. Una lámpara se ha quedado encendida balanceándose del
techo.
Fuera,
en la calle, tropeles de pisadas y golpes se escuchan; gente corre, va y viene;
se cruzan creando un logaritmo viandante sobre la calzada y en el centro de la
misma, los círculos dilatados de una tapadera de alcantarilla son víctimas de
un atropello continuo «clin,
clon, clin, clon». Un
barrio obrero considerado pacífico parece que acaba de despertar de un mal
sueño.
Hay
un torno de alfarero que gira en el hueco oscuro de un foso a ras de acera. Unas
manos dan vueltas sobre la arcilla y una cruz tau se balancea sobre ella. En
estos momentos se va a producir una inesperada llamada. La arcilla queda dando
vueltas en el plato y termina deformándose como una correosa moñiga. Otra
puerta que se cierra precipitada; hay un cambio de luces, un semáforo
imprevisto. Llamada y semáforo han roto el escenario de ese mísero taller donde
una mujer evade sus horas. El pensamiento que le giraba acaba de chocar con un
autobús. Media cara de su cabeza afro le sale despedida y uno de los
prominentes globos oculares salta a la vía como pelota de golf. El resto del
cuerpo cae al asfalto. No hay señales de tráfico para alguien que cree en un
microcosmos redondo y no hay tiempo de espera para un autobús de línea que está
a punto de finalizar su servicio. Allí se quedan todos: los que comienzan y el
que va a finalizar; los que se suman y ella; ella, quién se divide.
* *
Un
incendio en esa misma calle ha paralizado la circulación. Un hombre sale
prendido en llamas; arde su ropa, restos de escay quedan impresos junto a sus tatuajes; al correr
va dejando jirones de fuego; cae y se levanta, otra vez al suelo; abrasado despide
pavesas encendidas en el asfalto. Le hierve su sangre por dentro. La presión de la
manguera de agua revienta ahora sobre él y sobre la fachada de ese edificio en
llamas. Una ambulancia arranca y el olor a carne chamuscada inunda ese interior
blanco impoluto. Ya no le queda nada por cauterizar; sus venas apenas pueden
enfriar sus entrañas y el oxígeno solo ayuda a apagar el poco aliento que le
queda. Un frenazo brusco despierta esa línea quebrada de la conciencia,
quebrada como aquel móvil, como esa arcilla sobre el torno.
Nada
queda de él, solo una moto “Jarli”. En su carrocería se reflejan esas llamas de
lo que podría haber sido un garaje subterráneo.
*
Una
mujer rubia con ojeras y huellas dactilares zurdas en el aumento de sus gafas esperan en la
puerta de embarque. Una mirada azul que ensombrecen ese rostro nacarado; un
cutis encerado al arco de la sonrisa de veinte tres años. Meses sobre la barra
en un local lúgubre, camuflado a la vista de ese barrio obrero. Ella ha vivido
en el segundo nivel.
Una
rampa que baja a varios garajes y junto a uno de ellos, un club donde un hombre
de camiseta blanca y tatuajes coloca billetes al hilo de su braguita. De cuatro
a ocho clientes diarios en el reservado del taller mecánico; apenas doscientos
euros para esa hija que ha dejado en su país.
Anca,
camarera, nacida en Braila, al este de Rumanía, está a punto de ser deportada.
Sentada espera. Lleva una blusa rosada de nylon con botones dorados y sobre
ella una cadena con algo que no suelta de su mano. En el suelo, una maleta
repleta de ropa revuelta y un fajo de billetes escondido en el medallón del
filtro de una moto. En su mano, un bolso con remaches y hebilla esconden unas
llaves y una libreta con anotaciones en español y rumano. Esos párrafos
ilegibles en una página rota sin el punto final la culpabilizan.
Me ha encantado, Eme. El contenido contado de una forma tan original, pero sobre todo la forma: hay frases que son para enmarcar. Hay montones, pero resalto esta porque me ha parecido muy ilustrativa: "Un suelo de baldosas grises que apenas reconocen la cara del agua".
ResponderEliminarMuy bueno. Si lo presentas al tintero, espero que esta vez te lo lleves, que hace tiempo que te ronda y no acaba de irse contigo.
Un beso y feliz semana.
Gracias Rosa y yo que me alegro muchísimo. Esas frases de las que me hablas es interesante, cuando escribes no tomas conciencia de ellas, solo salen. Tendré en cuenta tu apreciación jeje. Un abrazote y feliz semana
EliminarComo dice Rosa hay frases de esas que "golpean" y te dejan ko, ese ambiente opresivo, ese torno de alfarero que gira y gira mientras se desmonta, ese aire opresivo...todo eso se visualiza perfectamente, se masca la tragedia, de esas vidas duras llevadas al límite.
ResponderEliminarFelicitarte por la variedad de registros que logras con tus letras.
Besos
Guau que bien "se masca" la escena, esas sensaciones, pues te cuento Conxita que es algo que intento trabajar en los relatos; que la narradora sea capaz de "sumergiros" en la escena, esa escena que la autora ver y que a veces no siempre es fácil de encontrar palabras y sobre todo configurar el contexto de la historia. He disfrutado mucho con este punto final. Gracias Conxita, besos
EliminarMuy original Eme y eso ya en sí mismo empieza a marcar una distinción en tus relatos. Desde luego se puede decir que tienen tu sello personal y eso es algo que no es fácil de conseguir. Vidas cruzadas y al limite y un reflejo en la vida de Anca que es la vida de muchas que vinieron en busca de ilusiones (o las obligaron) y se encontraron con sórdidos mundos.
ResponderEliminarBesos artista.
Hola Miguel, gracias. Yo todavía no me encuentro el sello, eso sí el medallón de la Jarli si, jeje, es broma. Me queda mucho aún, pero si tú lo dices. Creo que como a todos los que no asomamos con nuestras historias a este mundo virtual, me gustaría saber en que se nota jeje esa estampa propia... Bueno ya me lo iréis descubriendo. Gracias por pasarte. Un beso grande
EliminarMe encanta la imaginación que tienes, y estoy con Rosa en que a ver si te cae ya el tintero (no encima, claro), sino el premio, ¡te lo mereces yaaaa!
ResponderEliminarUn beso, apreciada Eme.
Hola Chelo, jaja espero que sea pequeño y liviano jaja gracias por tu buenos deseos. Un beso
EliminarCinco actos trepidantes, con algunos toques casi surrealistas, y muy vívidos. Un principio y un final redondos. Me da la impresión que vas subiendo de nivel y el resultado es este tipo de historias difíciles, si no imposible, de igualar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, bueno Josep Mª mi musa que a veces me hace jugar con los párrafos, algún día se irá a jugar a otra parte y me dejará con la palabra en la boca jeje o el punto que se caerá rodando y no me dejara terminar la historia. Ay compañero, palabras dices y palabras te arrepentirás jeje todo se puede hacer es cuestión del momento y la inquietud, yo por naturaleza salgo de la zona de confort literario ¿eso existe? uhm, pues que una no puede hacer dos cosas iguales, creo que es mi vena de investigadora que me deja hacer cosas nuevas siempre (acompañada de la inspiración, claro). Un abrazo
EliminarImpresionante relato Eme. Desde luego describes una realidad marginal con unas frases impactantes, parece que hubieran salido "de forma mágica" de tu cerebro, y que denotan una forma muy especial de escribir y un mundo propio. Y como dice Josep, un inicio y final inigualables.
ResponderEliminarUn besazo artista.
Hola, uy Ziortza pues si todos lo decís voy a guardar este relato como oro en paño, a ver si me saco unos euros por ahí, jiji, fuera de bromas, agradezco tu apreciación sincera. Me alegra esas frases de las que hablas, ya lo han comentado también otras compañeras, la verdad es que es un relato al que he dedicado mucho tiempo, y si han impactado o sorprendido su objetivo está conseguido. El inicio y el final al principio sabía desde el principio que los ligaba el punto, ahora buscar el cómo ha sido lo complicado, pero estoy muy contenta con el resultado. Gracias de nuevo. Un besazo
EliminarCuanto principio he escrito jaja esa son los borradores que he usado jaja, unos cuantos, unos cuantos.
EliminarMagnífico uso del narrador cámara, Eme. Un relato en el que la historia permanece latente, contada a través de las consecuencias físicas que los actos humanos provocan. Una manera de narrar que relato a relato va adquiriendo solidez y una voz propia. Algo muy pero que muy difícil. Un abrazo!!
ResponderEliminarGuau, el "narrador cámara", me encanta este término, no sabía que existía, pero sí es así, buena apreciación; es como he ido viendo el principio de la historia con esos detalles, detalles que eran fundamentales para describir el "modus vivendis"de ese personaje masculino. Bueno, bueno maestro del arte literario eso es algo que también me guardo, lo malo es que no me salen dos relatos iguales por mucho que quiera imitar la estructura, me falta práctica (me ha venido a la mente, no sé porqué, de esos pintores capaz de repetir obras una y otra vez cambiando detalles o películas que ya vas por delante o música que suenan igual) lo tendré en cuenta de todas formas para próximas historias, no sabía de este resultado. Gracias. Abrazos
Eliminar¡Madre mía madre mía Emerencia! Lo acabo de leer.
ResponderEliminarEn shoc o como se diga el choc...ya volveré y te digo con más tranquilidad.
Ya estoy aquí.
ResponderEliminarSi es que, mi niña, siempre logras sorprendernos, esta vez “fotografiando” los diferentes utensilios que aparecen en escena, casi nos obligas a mirarlos... ahí el trozo de papel... allá la nota escrita... y guiada por tu cámara hacemos, obedientes, la ruta que nos indicas.
EL TONO que empleas, alejado, frío, no parece, a priori que se implique el narrador, contando casi numerando, desde fuera las marcas y señales de una habitación abandonada, de una calle transitada, los paisajes decadentes, pues paisaje humano es, al fin, una camiseta de tirantes manchada, un tórax fofo, o una baldosa gris, que no solo son paisajes las puestas de sol ¿eh?
Lo único que no entendí es “la nariz en posición de sacamuelas? ¿...?, ¿me lo explica?, y las huellas dactilares “surdas” ¿has querido decir zurdas o hay otra acepción con s?
Me asombra tu capacidad, Emerencia, para no ser nada común en la forma de contarnos una historia, no solo eres original, eres efectista, y empirista, o sea, pruebas un método, y si funciona lo aplicas ¡y vaya que si funciona chica!, dominas las palabras y las imágenes en una simbiosis perfecta.
Tienes que presentarlo a Tintero ¿eh?, que pena que no pueda votar esta vez porque, sin duda, merece una matrícula de honor, que lo sepas.
Hola Isabel,
EliminarGracias por tu comentario, por tomarte el tiempo de sacar como lectora lo que la escritora ha querido contar y la narradora desde la distancia aplica la letra intuitiva; esta vez una narradora distante, distante e intuitiva como un robot de primera generación programada para funcionar correctamente, sin alma.
La nariz en posición de sacamuelas, es la nariz prominente tipo pico de loro, si te fijas en los sacamuelas antiguos tienen esta forma, es una nariz exagerada que se le insinúa a la boca, como si quisiera meterse dentro...la nariz, la nariz jaja. Las huellas dactilares son zurdas, compañeras, zurdas, a veces peco de mi seseo y se me cuelan más de una errata, ésta es una de ellas, la corrijo ahora que nadie se ha dado cuenta jeje ;))
Por otro lado no soy consciente de si es una estructura fácil o difícil, solo cuento la historia de una manera; por eso agradezco todas las observaciones literarias y gramaticales, de esta forma aprendo tomando consciencia.
De nuevo te agradezco todas las observaciones e insinuaciones jeje; el relato ya tiene una temática de suspense para ir más acorde con "Bates hotel" jeje, se lo paso a David entonces.
Por cierto estoy preparando una historia que está ubicada en las islas Canarias, si sale bien te va a gustar, ya verás, sí que sí, pero lleva cierto "trabajo de investigación" jajaja, Ya me contarás cuando la leas
Un abrazo compañera
¡Anda! en las Canarias... no me la pienso perder.
EliminarLeyendo los comentarios de los compañeros, tiene razón David, cuando dice que es muy difícil narrar tal como lo has hecho. Estoy de acuerdo.
ResponderEliminarUn relato magnífico, Emerencia. Muy original y muy bien narrado como te dicen en otros comentarios. Totalmente de acuerdo con todos ellos. Felicidades.
ResponderEliminarGracias Marta por dejar tus impresiones. Ya leí también el tuyo, nos vemos en ese motel o no, bueno yo me pensaré si entro, prefiero antes "perder la cabeza" jeje. Un abrazo compañera.
EliminarUn relato muy original e imaginativo, Tara. Me han encantado muchas frases, pero sobre todo la del final: "Esos párrafos ilegibles en una página rota sin el punto final la culpabilizan". Mucha suerte en el concurso!!! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Pilar, me cambiaste el nombre, pero no importa es que nuestra Isabel llena mucho en el tíntero jejeje, no importa, yo también cambio Migueles por Daviles. Bueno, bueno, esa frase final... me alegra que me la subrayes es clave en la historia, pero de eso ya te has dado cuenta, gracias, gracias. Ya leí tu relato, también tiene un final redondo con el principio, en eso coincidimos. Un abrazo Pilar.
EliminarMe encanta Eme!! Un relato muy original, consigue retratar, a retazos, un ambiente asfixiante, donde se respira la tragedia, donde el ritmo de las frases consiguen imágenes que hablan por sí mismas.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo muy grande amiga.
Gracias María Jesús, he procurado que cada párrafo no perdiera ritmo, era muy importante en esta historia; al igual que mantener cierto suspense hasta el final. Me alegro que te haya gustado, un abrazo.
EliminarEme te has sobrepasado a escribir más y mejor de lo que te he leído. Plasmas es estas estrofas la vida en decadencia de tus protagonistas. Las frases muy buenas. No te deseo suerte en el Tintero porque ya la tienes. Cuenta con una buena nota. Un abrazo.
ResponderEliminarAy linda, tú que me llevas leyendo mucho tiempo, tengo muy en cuenta por eso todo lo que me dices. Uf, entonces me estoy marcando metas cada vez más elevadas, espero no saltar y caerme de la moto jeje. Gracias. Esto es resultado del momento, espero que siga sorprendiéndote con los siguientes Mamen. Ya leí tu vestido fucsia, fucsia como esas flores que tanto te gustan, las peonías. Un abrazo
EliminarDesde luego te ha debido de tomar mucho tiempo y esfuerzo escribir este relato, Eme, donde cada frase está pensada y repensada al milímetro y estoy seguro que corregida otras tantas veces. Estoy de acuerdo con esa idea del narrador cámara, describes los escenarios con minuciosidad, regalándonos símiles y piruetas literarias de altos vuelos. Te deseo mucha suerte en el Tintero de Oro, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Jorge, sí, es un relato en el que me he sentido feliz (cuando conseguí ponerle punto final claro) tenía la historia pero no la estructura, y después de unas cuantas vueltas con la moto, salió. Los detalles de las escenas son fundamentales para contar sin decir. Tengo muy en cuenta tu apreciaciones, gracias. Un abrazo compañero.
EliminarQué magnífico relato, Emerencia. Me he dejado llevar por ese narrador o narradora, que nos cuenta en forma de torbellino verbal, entrando y saliendo de la historia, con frases magníficas que alcanzan figuras retóricas realmente maravillosas. A partir de esa nota, y de modo más específico del punto, enhebras una trama de una creatividad de excelencia. Es de suponer que te ha llevado mucho trabajo no solo escribir sino corregir, este texto que hace uso de la fantasía, porque tiene una estructura realmente compleja, y porque a pesar de eso tiene una textura que hace que la lectura no tenga tropiezos. Las descripciones son una de las características más logradas, según mi humilde entender, y provocan en el lector un efecto de unidad que lo eleva, y que lo conduce a un estado de excelsa libertad de interpretación. Este escrito habla de la medida de tu talento, Emerencia. Te mando mis mejores deseos para el concurso del tintero.
ResponderEliminarAriel
Oh, bueno, bueno, este comentario tiene premio. Es un regalo tenerte en el tintero y como lector, por ese tiempo que te tomas en "digerir", en este caso, mis escritos (también soy consciente que lo haces con todos los compañeros) no tengo la experiencia que tienes tú Ariel, humildemente ahora soy incapaz de corresponder a tu comentario, que puedo decir, como le he dicho a la mayoría de los compañeros, no soy consciente cuando escribo una historia de los recursos literarios que uso, puesto que nunca he recibido un curso de escritura, escribo por inercia y pruebo formas diferentes de trasmitir la historia que quiero contar, por eso cuando destacas todos esos elementos que te han trasmitido sensaciones llegando a impresionarte, pues compañero, no quepo en mi. Gracias y destaco algo, bueno enmarcaría el comentario entero, me quedo con: esa textura que hace que la lectura no tenga tropiezos, la excelsa libertad de interpretación, ¿por qué? por que has destacado dos cosas que he tenido muy muy en cuenta, y por supuesto, lo intento según que relato, describir sin contar y que cada uno crea lo que quiera. Bueno, bueno, gracias compañero. Un abrazo
EliminarEmerencia, un relato trepidante, que no da tregua al lector. Las imágenes se suceden una tras otra y logras sorprender por la forma en que narras esta historia, y a su vez las ensamblas una dentro de la otra con maestría. Lo de "surdas" imaginé que se escapó, como se puede escapar a cualquiera..Muy bueno tu relato querida compañera. Un ejercicio de vital imaginación. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola Miry, ya ves aquí no hay rosas rojas, pero de odio y desamor va la cosa con un final trágico. El ensamblaje era fundamental porque es un solo relato, aunque pueda parecer diferentes, pero uno no puede ir sin el otro, de ahí las precisión de las descripciones. No he escrito muchos relatos de suspense y tal vez por ellos me he esmerado más en los detalles tanto de los protagonistas como del ambiente para llegar al desenlace final. Las surdas ya están corregidas, y eso que la primeras se escribieron bien, pero las segunda será por el aceite frito se resbalaron haciendo eses por los cristales de aumento de la chica rumana jeje, es que por mucho que corriges llega un momento que ya no ves las fallas, faltas, faltas. Gracias compañera.
EliminarUna historia singular narrada como una crónica de sucesos trágicos con frases cortas y contundentes de notable calidad literaria, y ese punto perdido como original recurso para abrir y cerrar el relato.
ResponderEliminarSuerte en el concurso de El Tintero. Un abrazo, Emerencia.
Gracias Paco por dejar tu comentario, nos vemos en el motel ;)) Un abrazo
EliminarQué relato increíble!!qué calidad de imaginación de imágenes!Admiro tu forma de escribir.Realmente me dejas sin palabras.Felicitaciones...y toda la suerte para el concurso!
ResponderEliminarBienvenida Graciela, bueno, bueno no se que decir tampoco. Gracias, me alegra que te haya gustado, sorprendido o impactado, eso es ya un premio compañera del tintero. Saludos
EliminarUn texto con una estructura poco corriente con figuras simbólicas y con un final de película.
ResponderEliminarLa construcción de algunas frases es muy elaborada y llena de retórica.
Suerte en el concurso.
Un beso.
Hola Paloma, madre mía, vaya comentario literario, como se nota ya tu soltura en estas apreciaciones. Gracias. Por cierto, pasaré a leerte. Un beso
EliminarHola, Emerencia: Quedé impactada con tu relato, tan dinámico como una centella, y tan generador de angustia y muerte. Me sorprendió ese narrador omnisciente y múltiple que percibe las escenas y ños presagios, y va enredando vidas deshechas. Ese punto escapado del texto, personificado, es un verdadero hallazgo. Muchísima suerte para vos.
ResponderEliminarHola Beba, gracias. Me alegro que hayas destacado el ritmo y el narrador porque ambos son muy importante aquí, sobre todo para ir creando ese clima de suspense y claro, ese punto toma un protagonismo en el comienzo y en el final de la historia. Te diré que el punto ha sido crucial para crear la historia. Un abrazo
EliminarMuy original e imaginativo, muy bien descrito todo el entramado y con mucha fuerza te deslizas haciendo como un barrido por toda escena.
ResponderEliminarFantástico Emerencia.
Suerte en el concurso el T, de Oro.
Un abrazo
Puri
Hola Puri, ay y yo que me alegro compañera que te haya gustado, ya leí "Nadie la entendió" nos vemos en el tintero y fuera de ese Motel, por dios. Un abrazo
EliminarBueno, bueno... no me queda mucho que decir ya después de los comentarios anteriores. Salvo, por supuesto, que es un relato estupendo. Confieso (y no creo que sea el único) que tuve que leerlo varias veces para sustraerme de las imágenes surrealistas y los juegos narrativos con el ambiente y el entorno antes de entender del todo la trama... vale, es posible que sea un poco cortito. Pero en cualquier caso disfruté mucho de que me lo pusieras difícil 😉
ResponderEliminarCoincido con David en lo del “narrador cámara”, es como si el plano se fuera ampliado con cada acto... del detalle de la nota pasamos al plano del suelo, de ahí al general de la calle, luego abrimos aún más hasta abarcar el barrio y acabamos cambiando de localización a un plano fijo de lo que pasa en otro sitio. Muy bueno.
Si como dices escribes por intuición te diría que vayas tomando nota de estas cosas que tienen tan buen resultado para que les saques partido.
Un saludo, nos leemos en la ceremonia ;)
Hola Sergio. Bienvenido. Bueno, bueno gracias. Lo de leer varias veces un relato no es porque seas cortito, jeje yo también lo hago, sobre todo con los relatos que me enganchan. Disfruto mucho con los detalles de descripciones, personajes. Me alegro que en este caso haya sido con este relato. Lo del narrador cámara también ha sido para mi un descubrimiento, aunque lo haya hecho así, no he sido consciente, sí sabía de esos planos, porque era como si estuviera allí, sabía bien como quería llevar la historia con ese comienzo y final, aunque me haya llevado unos cuantos "repetir planos" jeje. Pues me tomo nota para tenerlo en cuenta, ya que veo que ha gustado bastante. Ya leí tu relato, me ha gustado ese san pedro, bueno a los malotes hay que llevarlos al infierno tú con caída libre desde el cielo y yo metiéndole fuego y llevándome parte de la moto, es un decir claro. De nuevo gracias, espero seguir leyéndote. Un abrazo
EliminarUn ambiente asfixiante el descrito por el narrador que nos va dejando retazos de vidas rotas o a punto de romperse. Toque surrealista con color de fuego, con olor a gasolina, con sensación de abandono y miseria. Y un poquito de luz , de esa que nos trae la esperanza al sentirnos liberados de tanto abandono y soledad.
ResponderEliminarLo demás lo dijeron los compañeros bastante mejor.
Un abrazo y mucha suerte.
Hola compañero, gracias por esas sensaciones, un buen resumen de la historia. Un abrazo
EliminarHola, Eme. No recordaba tu forma de escribir. Es en verdad sorprendente. He leído por David que se llama narrador "cámara" y me ha encantado.
ResponderEliminarLa historia impresionante. La atmósfera opresiva se siente hasta el final. El torno... excelente.
Un abrazo
Hola Mirna, ay gracias, bueno tener una forma de escribir es un verdadero halago. Sï muchos, incluída yo misma hemos descubierto ese narrador cámara, abriendo y cerrando planos. Me gusta que hayas destacado ese torno, porque era importante todos los elementos que son redondos en la historia, hay un propósito con todos ellos: el punto, la tapadera de la alcantarilla, el torno, el medallón del filtro de la moto. Un abrazo
EliminarBuen relato.
ResponderEliminarSuerte en EL TINTERO.
Gracias Chema, saludos, nos vemos en ese encuentro en el moteeeeel.
EliminarTotalmente de acuerdo con los comentarios de los compañeros. Fantástico relato y con un ramillete de frases que brillan por sí mismas.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte.
Hola Ana, gracias compañera, un abrazo
EliminarTienes un innato don para sumergir al lector en tus textos. Esté, por ejemplo es magnifico, me han encantado las escenas, circunstancias de cada uno, son muy originales y sorprendentes. Suerte en el tintero!
ResponderEliminarAbrazo
Hola Yessy, gracias. Este relato ha resultado un desafío y una traición a mi integridad de escribidora jeje me ha subido el listón (creo que me lo ha hecho adrede). Ha salido tan airoso que ahora ya no sé como contar la próxima historia y esto es serio, muy serio jeje. Un abrazo
EliminarAdmiro tu capacidad para encontrar el adjetivo que dota a los objetos de fuerza visual. Tu texto está plagado de ellos y es por ello que es rico, y transmite una gran cantidad de información del escenario y los personajes. Resulta inspirador. El dominio que tienes sobre el narrador cámara es magistral. Enhorabuena. No necesitas que te diga "suerte" porque de seguro la tendrás. Un saludo.
ResponderEliminarAraceli
Hola Araceli, bienvenida. Uf, es buscar y buscar hasta encontrar el adjetivo que realmente describa lo que quiere contar la narradora, en este caso con cámara y todo al hombro. Tiro de muchos sinónimos y busco el que más se aproxima. Me alegra que me hayas destacado ese detalle, porque es verdad que le dedico bastante tiempo. Lo del narrador cámara, no he tenido conciencia de ello, quiero decir que existía ese término en la construcción de los relatos, ha sido para mí también un descubrimiento. Por cierto, tu relato futurista me ha gustado también mucho, ya te dejé el comentario, me ha parecido también muy original y muy currado. Espero seguir leyéndote. Un saludo.
EliminarHola Emerancia.
ResponderEliminarMuy original tu manera de contar una historia. Me ha parecido de lo más interesante la forma, aquí hay tablas y las luces con orgullo.
Muchas felicidades y suerte en el Tintero.
José Torma
www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com
Gracias Jose Luis, bienvenido. Leí tu relato me apunto a esos buenos deseos antes de morir o mejor sin saber que vas a emprender ese viaje. Un saludo
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