STORYTIME. ENTRE AMOR Y AMOR
« Te he querido siempre » , aquello fue lo último que me dijo y que puso fin a nuestra relación. Frente a lo más bello de Lisboa, la torre de Belén, en un viaje de estudios de bachiller que hicimos en el instituto. Según él, se declaró valiente, según yo, se expresó como un cobarde. Era prisionero de la fantasía prodiga de nuestra edad quinceañera, y había demasiados mandamientos consentidos por los padres de antaño. Él, para quitarle hierro al asunto, me dijo que se dedicaría a ser un aventurero, un viajero; decía que el viento lo arrancaría de nuestro pueblo e iría a parar bien lejos. Luego me enteré de que una codicia bien grande se apoderó de él. Y estas cosas, cuanto más se bebe, más sed tienes; tal es asi, que por lo visto, se ha hecho de una gran empresa y ahora es director de banco. Al final, resulté yo ser más aventurera que él. Un día lo encontré por casualidad, con la cabeza canosa y monda. E n segundos me dio a entender que se había labrado a sí mismo en un lugar donde