EL HOMBRE DEL SOMBRERO AZUL


 

La misma rutina y los mismos movimientos desde hace cuatro días.

El hombre del sombrero azul se encuentra sentado en su silla. Se le ve con la cabeza baja y sus dos brazos, sobre la mesa. Parece una estatua, como esas vivientes que hay en las calles.

Sus dos manos, ahora se mueven, pareciera que dibujaran en un papel.

El hombre, ha transformado la pequeña mesa redonda de la terraza en una mesa de dibujante. Cuando llega, lo primero que hace es sacar sus lápices de un bolso que lleva cruzado. Saca algo pequeño, puede ser una goma de borrar, o tal vez, un sacapuntas. Después, pide una taza de café. La cafetería queda justo en la acera de enfrente. Frente a frente al portal de mi bloque. Yo, lo observo desde mi ventana. Aparece sobre las nueve de la mañana y se queda más o menos una hora. Luego, recoge todo y se marcha.

El hombre del sombrero azul es un poco gris. Su chaqueta, es gris, su pantalón, es gris. Tiene una expresión limitada, neutra, que no alcanzo a ver muy bien; debe de tratarse de un delineante. Tal vez un delineante bien formado, con gusto y vocación por su trabajo: un delineante proyectista, un artista de la geometría. Pero me entra ahora una duda: ¿Trabajará él sobre planos? Son dibujos con dimensiones que en esa mesa serían imposible de hacer, y además, utilizaría una escala, algo que… que no llego a apreciar sobre su mesa. Sin una escala no puede trabajar, entonces, entonces no es delineante… ¿Y si fuera un pintor? Un artista de esos que garabatean en cualquier sitio. Puede que esté haciendo el borrador de su próximo cuadro; quizás una pintura que dentro de un tiempo será famosa y lo consagrará, será un maravilloso artista. Ja, y todo gracias a estar sentado en la terraza de un bar ¡Qué cosas! Pero igualmente, la mesa es sumamente pequeña, no le da ni para el borrador de una escena, y además, no se le ve que se fije en nada cuando dibuja. Su sombrero no sale del papel. También mientras pinta no debe de sonreír y ahora… ¡ahora lo hace!, por un momento he visto su boca. Yo no me imagino a un pintor con el gesto de la sonrisa. Estos artistas, por lo general, están callados, pensativos, dejan que la obra de arte diga las cosas. Ya hoy me doy casi por vencida, a no ser que, Uhm… claro, solo podría ser ¡un ilustrador!

Hoy se me está dando bien la investigación. Mi madre siempre ha dicho que tuve una época que todo lo relacionaba con las historias de Agatha Chistie. Y ahora que cuento esto, también ¡el hombre del sombrero azul podría tratarse de un ladrón preparando un robo!, oh, pero esto es absurdo. Tal cosa se prepara en un día y no todos los días desde hace cuatro. Aunque también podría estar preparando el robo del siglo ¡guau, qué emoción! y todo, en la terraza del bar de enfrente. Je,je. No obstante, si se impone el sentido común, como diría mi padre –pese a que él no tenía cualidades para el dibujo- seguro me haría razonar: «hija, si te dan a escoger entre un trabajo artístico y robar…». Y como siempre su consejo sería el más acertado.

 

Descarto al hombre del sombrero azul como ladrón y lo dejo, como ilustrador, ¡ya está decidido! Le concedo el beneficio de la destreza, la habilidad, pero en un mundo lleno de historias y objetos no planos, ni lienzos, ni con ese concienzudo trabajo, utilizando métodos totalmente planificados y poco creativos como es el trabajo del delineante. Y esa caligrafía recta que tiene, centrada en la hoja, dejando unos márgenes perfectos, casi trazados con tiralíneas. Y sus dibujos, aunque son coloreados, están dentro de unos límites…¡Búah, qué aburrimiento!

El trabajo del hombre del sombrero azul tiene que ser fantástico, como el del pintor. Donde las emociones fluyan. Y lo harán en un solo trazo, como la creación del ilustrador. Con un sencillo dibujo la poesía podrá brotar y provocar emociones. El hombre del sombrero azul entonces, es un incitador con sus dibujos, nos desafía. Es un insinuador de otra realidad que, aunque la vemos no reparamos en ella hasta que nos la muestra. Vaya, no hay que negarse que tiene clase este hombre con ese sombrero azul de ala, “borsalino”, lo he buscado, he buscado el tipo de sombrero.

¡Qué maravilla! Es un famoso ilustrador de portadas de libros que hace las delicias de los escritores; capaz de dibujar árboles de algodón y definir unos trazos hundidos en las raíces de dónde va a sacar pequeñas notas musicales. Notas que suenan y mientras, en otra página que está en blanco, empiezan a aparecer figuras que hacen equilibrio con las palabras; como esa equilibrista que caza estrella con sus zancos. El ilustrador es capaz de convertir una simple casa de cuco en el mundo redondo que todos conocemos… Este artista del lápiz será capaz de hacer llegar el mar al barco, tirando de las olas como si fueran una colcha. Llegaría a pintar líneas tiradas por pájaros, líneas que serían globos, globos que serán nubes…

Aaah… Creo que empieza a gustarme este hombre del sombrero azul... 

¡Vaya!, se ha ido, ¡hasta mañana!


 

Comentarios

  1. Qué bonito es imaginar la vida de quien observamos, sobre todo si es día tras día, como a este ilustrador, o quién sabe qué oficio. Puede ser su hobby, sin más. Me ha encantado. Un abrazo

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    1. Hola Alba, pues como me alegro amiga, esta criatura tiene mucha imaginación, no se sabe bien por que no sale de ahí, algo o alguien se lo impide, pero talvez por eso se inventa estas historias de las vidas de los demás. Gracias. Feliz semana!!!

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  2. Yo pensaría que es un hombre que dibuja en la calle con lo que ve o se imagina. Urban Sckesch es dibujar o pintar en cualquier sitio sobre un blog. A veces la imaginación da para escribir una historia con solo observar. Un abrazo.

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    1. Hola Mamen, pues no conocía este movimiento de Urban Sckesch.He leido que practican el dibujo en ubicaciones de ciudades, pueblos, aldeas. Un movimiento urbano que surgió en 2007 por un periodista. QUé bueno, gracias amiga, feliz semana!!!

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  3. Precioso relato. Qué será lo que dibuja ese hombre con su sombrero azul borsalino. Nos hemos quedado sin saberlo, pero espero que tu personaje narrador sea capaz de descubrirlo. Aunque tampoco es que tenga necesidad. Ya le ha adjudicado una labor que en la cabeza de ese personaje observador es tan real como cualquier otra.
    Un beso.

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    1. Hola Rosa, jeje, ya tiene adjudicado que va a ser ese hombre de sombrero borsalino azul. Creo que nadie le va cambiar de opinión. Gracias amiga mia. Un beso.

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  4. Ese hombre del sombrero azul podría ser cualquier cosa, pero lo que sí está claro es que su observadora es una fabuladora nata, je,je.
    Un abrazo.

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    1. Jiji fabuladora, me gusta, me la apunto. Muchas gracias Josep Mª. Un abrazo

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  5. Genial relato! Que bien narras todo un placer leerte.
    Saludosbuhos.

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    1. Hola Buhita!!! muchas gracias, siempre motivando, eres un cielo. Un abrazo, feliz noche!!!

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  6. Es maravilloso poder fijarse en alguien con creatividad y poder imaginar como la utiliza.
    Me ha encantado desde el principio hasta el final.
    Un beso y gracias por este regalo.

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    1. Hola Tere, amiga, muchas gracias por dejar tus impresiones, y me alegro que te haya seducido esta criatura curiosa describiendo al hombre del sombrero azul. Un abrazo y feliz tarde

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  7. ¡Hola, Eme! Y así nacen las historias, la verdad es que basta con mirar a nuestro alrededor o salir a la terraza y observar como hace la narradora. Desde luego un tipo con sombrero hoy día ya es llamativo, pero que además sea uno azul ¡es toda una golosina para la imaginación! ¿Quién sabe si lo que hacía el buen hombre fuera dibujar a la extraña que lo observa desde el balcón? ¡Estupendo relato, Eme! Un fuerte abrazo!!

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    1. Hola David, jaja, qué bueno, sería genial, redondo. Ese final no lo había previsto. O a lo mejor rellenaba el documento para cobrar el paro, o era escritor. Muchas gracias compañero. Un abrazo

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