DIORAMA







“Las cosas pequeñas, las más importantes”. Repite Frances mientras le echa al cadáver una y otra vez la cuerda al cuello. Examina el nudo con detenimiento y vuelve a colocarlo en el centro justo de la garganta. A continuación quita uno de los botines negros descalzando el pie izquierdo con sumo cuidado y deja, a medio sacar, el botín derecho con los cordones desatados. Por último, le sube los calcetines marrones de punto inglés; los ha confeccionado a medida para la difunta. 

No muy convencida, Frances agarra el cuerpo y lo vuelve a observar en su conjunto con una actitud expectante, como si esperase un renacimiento y ese rostro comenzara a hablar. No le convence la colocación de la silla de anea que está volcada, la mueve levemente hacia el pié descalzo. Esparce y desordena de nuevo los montones de papeles escritos a mano. Solo Frances sabe si lo que parecen cartas son simples hojas con anotaciones, y si esconden alguna pista. Solo Frances conoce esa anciana difunta, y es la única que puede descubrir como ha muerto.

—Me imagino una de estas casitas de muñecas para tus nietas —dice Norman, su compañero de investigación, que acaba de entrar. —Sí, ya lo sé Frances, puedo llegar a ser muy repulsivo… ¿Y esto pegado en el delantal? —pregunta mirando con detenimiento la muñeca.
—Creo que es masa de pan. No puede ser que estuviese horneando y se planteara suicidarse, a no ser que preparase algo para alguien en especial y este alguien viniese a recogerlo…
—Y la matara.
—Hmm, puede.
—¿Por qué tiene el zapato desatado? Y el otro, ¿se ha encontrado?
—No. Es lo que me lleva toda la mañana.
—¿Cómo lo haces Frances?, es todo tan real. Solo falta que la muñeca tenga su facies mortis.
—Buscar la tranquilidad, o la desesperación de la anciana, su convulsión agónica. La tristeza, o el dolor y el terror. Estas emociones se escapan de mis manos. Y aún así, no creo que sean decisivas.
—¿Crees que ella no se ahorcó?
—La trajeron aquí y simularon un suicidio. He medido al milímetro la altura exacta de cómo ha quedado el cuerpo suspendido respecto al suelo. He levantado y tirado la silla mil veces. Y mira el nudo, demasiado simétrico, esa asfixia le hubiera dejado la cara blanca. Y no la tiene. Ni imaginas las veces que he colocado este dichoso nudo en su cuello. Habrá que estudiar la autopsia del cadáver con detenimiento y enfrentarnos a las lesiones externas e internas que tenga.
—Y también hay demasiados papeles dispersos en el suelo.
     —No creo que una muerte premeditada saque el tiempo para dejar estas evidencias tan directas. Es como si nos hicieran creer que la mujer se leyera toda esa cantidad de papeles, o que buscara algo en concreto que le incitara a la desesperación.
—Me imagino que ya los has leído todos…
—¡No los toques! Disculpa. Sí. Me he pasado horas colocando uno a uno cómo estaban dispuestos en la escena real. Los he revisado y no he encontrada nada que me lleve al suicidio. Estaban en esa alacena con las puertas abiertas. En una carpeta verde oscuro, con gomas, junto a los libros. He mirado también dentro de ellos. Nada que atrajera mi atención, salvo el color amarillento del papel.
—Si fuera asesinato es complicado lanzar un dictamen sobre el autor del crimen. Solo puede ser un hombre para levantar este cuerpo.
—O una mujer fuerte. Concretando: habrá que estudiar con mucho detenimiento la marca dejada en el cuello y si ha sido originada antes o después de la muerte. Y también la posición de la lengua. Son patrones que son difíciles que yo pueda recrear en la muñeca. Si hubiera rastro de sangre sería más fácil...

Aun así, Frances tiene la sensación de que algo se le escapa. Revisa de nuevo todos los pequeños detalles, cualquier resto que hubiese sobre la ropa de ella; la propia silla, el desgaste de sus patas, por si se trajo de cualquier otra habitación de la casa. Lo más insignificante, la más diminuta minucia, es crucial. Está a punto de esclarecer un nuevo asesinato.

“Cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, tiene que ser la verdad” Sherlock Holmes.

FIN


El diseño de casa de muñecas había sido siempre la pasión de Frances Glessner desde pequeña. Guardó durante años montones de casitas hechas con los mínimos detalles. Una pasión que de mayor lo siguió teniendo junto a su curiosidad por la medicina legal y la criminología. Llegó a obsesionarse con ellas hasta el punto que la llevaron a convertir en jefa de policía. La perfección de sus recreaciones de aquellas escenas criminales que investigaba dejaba atónitos al resto de investigadores. Diseñaba, elaboraba y pintaba cada objeto y muñeca con un arte que rayaba el hiperrealismo. Montaba y desmontaba la escena con una perseverancia y meticulosidad asombrosa.




Relato presentado a Café Literautas.  Una extensión no mayor de 750 palabras. Estar presentes tres palabras con la letra M (de marzo): Manos, Masa y Mujeres. Es válido también escribir aquellas que aplica tanto en singular como en plural. El reto opcional,  el texto esté orientado en UNO de estos dos géneros: Misterio o Melodrama.

Comentarios

  1. Reconozco que lo he tenido que leer dos veces para acabar entendiendo toda la historia. Evientemente, la nota al pie ha acabdo dándole un empujón (o más bien una patada) a mi abotargado cerebro. Pero no hay mal que por bien no venga, pues me ha servido para disrutar más de la lectura y detenerme en cada detalle con más interés.
    Me ha gustado mucho tanto el relato como la historia que hay detrás de él, la de esa meticulosa fabricante de casas de muñecas y minuciosa investigadora. A Sherlock Holmes le hubiera encantado conocerla, je,je.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep Mª, jeje me alegra que te hayas entretenido con esta historia que intriga desde principio a fin, y sí, el secreto está en los "pequeños detalles" como en la vida, como en ese confinamiento, esta cuarentena, este kiss-kass que nos estamos tomando. Un abrazo y gracias por ser tan madrugador.

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  2. ¡Hola, Eme! Bueno, enhorabuena por este relato que hubiera sido fantástico para la edición que dedicamos a Patricia Highsmith. Es, además de una gran historia, una excelente presentación del personaje de Frances. Una detective que perfectamente podría protagonizar una serie de novelas enigma como las de antes, al estilo Agatha Christie o P.D. James. Así que no la tengas demasiado olvidada en el cajón.
    En mi opinión, uno de tus mejores y más redondos relatos.
    P.D. No veo necesaria esa nota final, el relato se entiende perfectamente por sí solo. De inicio podemos pensar que Frances está "fabricando" el suicidio, pero después se muestra claramente que está reconstruyendo la escena del crimen. Además, el título, Diorama, ya nos lo anuncia.
    Un fuerte abrazo!!

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    1. Ah pues genial que te haya gustado, que ya sabes que tengo muy en cuenta tus comentario en cuanto a aspectos literarios de misterio, ciencia ficción, que no son mi fuerte. Pero he de decir que cada vez que me meto en ellos, me sorprendo a mi misma. Es como si viviera las escenas. En este caso, me meto en la piel de esta policía y escudriño en sus pensamientos, y esto para mí es un chute de adrenalina, si vieras. Si te gusta no dudes en cogerlo, jaja. Un abrazo

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  3. Una frase de Sherlock Holmes que nos da mucho que pensar. Te encontre visitando otros blogs. Te sigo. Te invito a que te pases por el mio. Linda tarde.

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    1. Gracias por la visita y bienvenida Hmmm Frases bonitas, ya me paso a visitar tu blog. Un abrazo y buena salud

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  4. Hola Eme, habia leído el relato cuando me llegó a la carpeta de notificaciones, pero cuando quise comentar el enlace no estaba. Luego vi que me llegó nuevamente la notificación pero había olvidado entrar. Vi que eliminaste casi todas las fotografías de Frances.

    Bueno me encantó mucho este relato, soy fans del género detectivesco y policíaco, y adoraba a Agatha y a Sherlock, bueno en mis años mozos, ja, ja.

    Al principio nos llevas a creer que está frente al cadaver y la escena misma del crimen, luego nos aclaras que es la reconstrucción del mismo con cada detalle. la frase inicial y la de Sherlock podrían unirse para darnos una pista crucial.

    Excelente homenaje a este personaje que no conocía para nada.

    Y la verdad amiga es que tus dotes son muy especiales en cuanto al arte literario y teatral se refiere, por lo demás no tiene porqué ser diferente de esto. Buen hacer en todo, o casi todo, ja, ja, de algo cojeamos.

    Cuidate mucho y espero que salgamos bien de todo esto. Un abrazo repleto de salud.

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    1. Hola Idalia, si lo publiqué de forma equivocada todavía no estaba como yo quería, después subí muchas fotos, y esto es un error porque cuando tenemos muchas imágenes después de un texto, prevalecen las imágenes sobre las letras y sabía que los comentarios iban a ir dirigidos más a las fotos. Quién esté interesado en conoce más el trabajo de Frances puede buscarla en internet. Por otro lado, me alegra que te guste este género, es muy interesante yo disfruto mucho con él. Gracias igualmente los buenos deseos para ti compañera. Un abrazo grande y salud.

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