RELATO CON FONDO
Somos una familia rara. Nos apodan Los Duendes y no pensamos extinguirnos.
Nadie
ha ido más lejos sin salir de casa. Nos empleamos a fondo. Ayudamos a salir de aquellos hornos a los de la estrella de David cuando los nazis ocuparon nuestros
dominios. A Frodo se lo presentamos nosotros a Tolkien. Aunque después no contó
en su libro de quién era hijo verdaderamente el Bolson aventurero. El caso fue que encontró el anillo
en nuestros dominios, muy lejos de esas montañas nubladas. Y no hace falta esperar a 2030 para conocer los
habitantes de Marte. Ellos viven entre nosotros desde hace tiempo y son los antecesores de muchos de los que presumen en la superficie de ser normales.
Nuestros
descendientes están ilusionados con estos grandes logros de nuestra estirpe. Y
sin miedo alguno a desvelar nuestros secretos de la existencia humana. Ya han comenzado a subir
y bajar por las galerías ocultas del metro quienes nos ayudarán a darle luz necesaria a la nuestra.
Colocan
ya los espejos. Han llegado las buenas personas con mirada de cristal de luna. Ellos
nos están aconsejando cómo debe entrar la iluminación en toda esta profundidad
donde vivimos. Así conseguiremos que la gente pase su vida de estación en
estación más felices. Y sin dudarlo se vayan quedando para siempre. Para cuando Venecia se
hunda y floten las magnolias, ya se habrán venido una mayoría a vivir con
nosotros. Confiamos. También lo harán todas las hormigas y las abejas. Lo deseamos. Cuando arriba se termine
por apagar la esperanza, mueran los temores y se ahoguen las incertidumbres,
aquí se alumbrará el futuro y entonces, sonreiremos.
Cuadro de María Blanchard
¡Mira tú! Y todo el mundo hablando de los iluminatis y resulta que los duendes son los responsables de todo lo extraño, lo maravilloso, lo profundo, lo excepcional que ocurre en nuestro mundo.
ResponderEliminarA mi sí que se me ha quedado una sonrisa así de grande... (hago un amplio gesto con los brazos y manos)
Un escrito precioso Eme. Te has empleado a fondo, desde luego, y de paso nos dejas con este relato la esperanza y la sonrisa.
Gracias. Muchas gracias.
Hola Isabel,si y además no somos ninguna réplica imperfecta y retorcida de nadie, ni vulnerables a la plata ni ninguna cosa por el estilo. Lo del Estado y la religión vamos a dejarlo para otro encuentro jejejiji. Muchas gracias por la parte que me corresponde. Una sonrisa traviesa con sonidos de cristales.
EliminarAy! Qué bonito! Un cuento precioso con el que resulta imposible no dibujar una sonrisa. Me ha encantado:)
ResponderEliminarMuchas gracias Marta. Cuánto me alegro contribuir a ese dibujo, es uno de mis preferidos. Un beso
EliminarLos duendes marcianos :)
ResponderEliminarHay una frase en tu relato que me ha parecido una maravilla: "Para cuando Venecia se hunda y floten las magnolias, ya se habrán venido una mayoría a vivir con nosotros". Eres una artista Eme.
Un beso muy grande y una sonrisa.
Gracias compañero por la lectura y por destacar esa frasesilla que en el fondo, muy en el fondo, espero no ver que desaparece la ciudad ni los árboles de magnolias arrancados. Una gran pesar, me he conmovido mucho, cuando he visto las imágenes recientes de las inundaciones de esta preciosa y romántica ciudad. Un beso y un sonrisa claro que si.
EliminarExiste un dicho que dice que en lugar de quejarnos por la oscuridad lo mejor es encender una vela. Tu relato, entre la épica y la fantasía, nos presenta a esos duendes como la vela que necesitamos para yespantar la oscuridad a la que parece que la raza humana se siente atraída como las polillas a la luz. Un fantástico relato que nos deja esa esperanza en que siempre habrá unos duendes sonrientes cuando todo parezca venirse abajo.
ResponderEliminarComo todo buen relato, tiene esa flexibilidad para que cada uno lo aplique a sus propios demonios.
¡Y todo esto se te ocurre en un par de días de convocado el reto! Una enorme reverencia, Eme. Y un fuerte abrazo!!
Ay David, pues si, así aparece, en un instante. Me gustan los retos, me da igual como comienzo, título, final o simplemente número de palabras. También he de contarte un secreto: Mi apodo es duende, de verdad, mi familia paterna son los duendes. Nunca había escrito nada al respecto. Empecé queriendo contar una historia y me apareció otra y después Venecia se inundaba, después Frodo y su anillo, la oscuridad, el genocidio, la tristeza ante lo que se predice, lo que se niega, ante el que adolece y el que engaña. Y por fin, la luz, la esperanza, el optimismo, la sonrisa ante lo que acontece,porque puedo, porque pienso que puedo. Un abrazo grande.
EliminarUn relato precioso, esperanzador. Ojalá haya muchos "con mirada de cristal de luna" para asegurar a este planeta un futuro no tan destructivo. Y entonces habrá sonrisas para todos.
ResponderEliminarTe dejo la mía, Emerencia.
Gracias Mirella, me quedo con tu sonrisa un ratito. Un abrazo
EliminarGenial relato, Eme. Una reescritura de libros y leyendas y hasta de la Historia, y un guiño, cada vez más necesario, a la esperanza. Gracias.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Rosa, gracias compañera. Un beso
EliminarHola Eme, me ha encantado tu relato, tiene ingredientes de actualidad y es tan revelador del futuro que siento que te han adelantado algo esos duendes en un suave susurro.
ResponderEliminarUn relato simpático y a la vez esperanzador, con tu sello muy personal.
Esas miradas de cristal me han dejado con una sonrisa almica que se refleja en mi rostro y en todo mi Ser, amiga.
Hermoso y muy entrañable relato. te envio un beso.
P.D. Que no se hunda Venecia, deseo conocerla...
Gracias Idalia, compañera, tú mejor que nadie sabes algo de esa mirada. Me alegra que te haya gustado y te haya resultado entrañable. Que no, que no, que yo tampoco quiero que se hunda, pero ay amiga, es que el cambio climático es ya una realidad. Un beso, muaaaa.
EliminarLos duendes al igual que la lotería, pueden ser los grandes salvadores de la gris humanidad que nos invade.
ResponderEliminarYo creo haber conocido a más de uno. Pero los groseros orcos abundan más.
Un abrazo.
Hola Francisco, siií yo también lo creo así, tienen un alma diferente donde no cabe todo el saco de agonía, egoísmo y más -ias e -ismos. Qué bien que los hayas conocido y espero que sigas encontrándote a más, por favor. En cuanto a orcos, yo a cada paso intento quitármelos de encima, todo es cuestión de propósitos y borrón y cuenta nueva. Gracias, gracias. Un abrazo compañero.
EliminarBusco a veces los duendes y se van corriendo, pero en un rincón de la diminuta cabecita de Eme nos los trae a raudales.Precioso cuento donde me ha dejado con una sonrisa bobalicona de envidia. Precioso. Un abrazo.
ResponderEliminarJa, ja, ja, ay mi linda Mamen, ¿no será que me los trasmites y vienen volando de ese Pais Vasco tuyo de adopción? Gracias. Un abrazo, iiichsss.
EliminarMuy buenas Eme,
ResponderEliminarSin duda, un micro muy original. Disfrute mucho leyendo el relato, y ese toque mágico que le has dado muy bien llevado en el transcurso de la historia. ¡Enhorabuena! Un saludo.
Hola Ulises ¡Bienvenido a este mi rincón! Solo te lo cuento a ti, ahora que nadie nos lee: los duendes de vez en cuando pasan por aquí y me cuentan sus secretos. Un abrazo
EliminarVaya morro tienes, Emerencia, ya podrías presentarnolos en persona, je, je. Aunque los has descrito tan bien que no hace falta.
ResponderEliminarUn cuento muy bonito y bien construido. Me ha gustado mucho.
Un saludo.
Hola Pepe,¡chist! me guardo mis secretos para mi sola jejeje. Gracias compañero. Un abrazo
EliminarNo sé si era lo que te habías propuesto, Eme, pero creo que nos has hecho sonreir a todos con tu relato. Ahora, cuando algo no me cuadre o me parezca raro, ya sabré a quién atribuirle la "culpa", ji, ji.
ResponderEliminarUn cuento precioso, me ha encantado.
¡Un beso!
Si soy culpable de una sonrisa, siií, que me condenen YA. Un beso Julia.
EliminarUn relato cargado de fantasía, Eme, y de belleza, mucha belleza. Ese: "Cuando Venecia se hunda y floren las magnolias..." es una imagen imposible de superar.
ResponderEliminarBenditos duendes.
Un abrazo, Eme.
Gracias Bruno, me alegra que destaques esa imagen, algún compañero también lo hizo. Aunque sinceramente, espero no verlo, sobre todo cuando has descubierto la ciudad y te has perdido en ella. Un abrazo
EliminarHola Emerencia
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo aunque hayas escrito lo contrario, qué Venecia no se hunda, por vafor!!
Un relato entretenido lleno de fantasía y de imágenes. Enhorabuena
Saludos
Hola Paola, si por favor, pero el cambio climático no da tregua, a no ser que las políticas cambien y las conciencias de todos y darnos cuenta hasta donde nuestras actuaciones estan favoreciendo a estos cambios de mareas, de temperaturas, etc. Me alegro que te haya gustado. Un abrazo
EliminarYo creo que estos duendes ya nos han iluminado un poquito el día a todos los que te hemos leído, Eme. Y espero que la esperanza no termine evaporándose, pero que estos seres tampoco desaparezcan, :) De tanto en tanto, envíanoslos, que se lo agradeceremos.
ResponderEliminarDivertido, encantador y un relato con mucha luz.
Un beso.
Hola Irene, como me alegra que sigues por aquí. No se lo digas a nadie pero te voy a presentar a los duendes a ver si te dan algunas pistas sobre esa gente de los ojos de luna, y por ahí, te da alguna receta o algún brebaje para seguir escribiendo y lo puedas seguir compartir con nosotros. Un beso siempre
EliminarClaro, desde ya los duendes son los dueños de la tierra. Ojalá aprendamos de ellos y no dejemos hundir ninguna Venecia.
ResponderEliminarRealmente encantador.
Hasta la próxima
Hola Juana, bienvenida, creo que no he leído nada tuyo hasta ahora así que me apunto a buscarte y te cuento. Por lo pronto gracias por la lectura y dejar tus impresiones. Un abrazo
EliminarHola Eme
ResponderEliminarMe ha super encantado tu relato, lo has bordado con mucha fantasía. Muy bien planteada la ambientación con los duendes.
Abrazo!
Hola Yessy!! genial, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
Eliminar¡Magnífico! Me gusta mucho esta historia. Gracias, colega.
ResponderEliminarSi crees que merece la pena, tal vez convendría ayudar al lector para que se pueda acoplar a ese cambio brusco de iniciar con narrador en primera persona singular y pasar a primera persona plural. La familia, aunque sea extensa, como personaje es singular. Otra cosa sería : Somos una familia rara.
B ueno, lo dicho : ¡Magnífico texto" Un abrazo
Hola Javier!!! qué alegría verte de nuevo por aquí, con blog nuevo, libro, andas muy ocupado. Lo de iniciar en primera persona ha sido una estrategia de enganchar al lector, pero que lo de somos una familia rara también me gusta, vamos que lo voy a cambiar. Gracias maestro. Un abrazo
EliminarEste mensaje de que siempre habrá un futuro mejor, sin olvidar horrores como el holocausto judío, creo que transmite mucha fuerza para seguir adelante con optimismo sin tener que esperar al 2030 para ello. Muy bonito, un abrazo.
ResponderEliminarBienvienida Carla a este blog!! gracias por destacar esos detalles como el holocausto, en este caso con el toque esperanzador: imaginarse que los judíos salieran de esos hornos y se hubieran salvado millones de ellos. Y 2030 es porque es cuando se cree que se va a vivir en Marte o vamos a conocer los habitantes de allí. Un abrazo
EliminarSiempre es bueno saber que la esperanza está allá donde menos se espera. Por muy oscuro que se presente arriba, abajo ilumina una luz preciosa. Tal vez por eso de; "como es arriba es abajo" si llega el momento esperemos saber reaccionar a tiempo.
ResponderEliminarTu relato es precioso, Eme, sumido entre la realidad y ficción, y con ese toque tierno de los duendes y un mundo mejor.
Por mi parte, sonrisa asegurada.
Un abrazo.
Hola Mila, ya veo que tú eres otra duendecita que vez la luz en esos fondos donde la gente solo siente oscuridad en el alma. Muchas gracias linda. Un abrazo😆😆
EliminarEme, estoy dispuesto a renunciar a mi vida terrenal por ser un duende más, el más pequeño, el más insignificante. Pero aportar mi granito de arena, para ayudar a la niña sueca contra el cambio climático, a los desposeídos que pueblan nuestros días, a los que eligen perder cuando están deseando ser la luz que ilumine nuestros días.
ResponderEliminarGracias por iluminar el camino, precioso relato.
Carles Leo
Hola Carles, bienvenido, creo que es la primera vez que dejas aquí un comentario. Muchísimas gracias por esta renuncia en voz baja. Muchos nos sentimos así y queremos ver luz donde la oscuridad se obstina en cubrir todo. Alcemos la sonrisa al menos ella conseguirá abrirnos los brazos y llegar a la gente que son duendes de espíritu y corazón, las que realmente merecen la pena. Es fácil criticar cuando no se hace nada, lo digo por la pequeña sueca, criticada por que es una activista pacífica, una niña, pero al menos moviliza la gente, e intenta ser coherente con su pensamiento y saca a la luz a todos esos otros activistas que experimentan, hacen, descubren, proponen... que están más en la oscuridad de los medios de comunicación. Un bonito comentario que es un motivo para seguir viviendo entre otros muchos. Un abrazo
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