EL TRAJE DE LUCES









Ras, ras. Se acabó el traje.

¡Mira como me veo, hinchada hasta el estribo! Sensores intuitivos ¡¡al carajo!!

Y encima los fantasmas se niegan a abandonar totalmente mis vísceras. Mil euros a la mierda. No se cómo me dejé convencer en aquel dichoso simposio«Conseguirás volar, planear como una grulla, es un traje mágico, lo cura todo», pero ¡si yo solo pretendía  echarlos! Fuera de mis intestinos, hígado, estómago, páncreas, pulmones ah, y por no hablar de mi corazón, éste sí que se queja últimamente. Estos fantasmas recorren mi cuerpo como un edificio de oficinas vacías. No hay forma de pillarlos.

Me dijeron que con este traje de luces ya no tendrían escapatoria. Todos estos ocupas de mi cuerpo se irían, saldrían como globos sondas por el ano, en una ventosidad, y si no por la boca, disfrazados de eructo.

El caso es que al principio si respondía bien el invento. Me vestía el traje, cremallera cerrada, listo; esperaba unos segundos y se iban encendiendo las lucecillas en los lugares vulnerables donde los fantasmas, mis emociones, se habían ido instalando e intentaban derrotar a mis órganos. En ese momento debía de relajarme y la computadora descifraría lo que me había sucedido; vamos, descifraba cuales eran, causas y razones para recibir semejante ataque. Después venía la orden. Por lo general, debía de ir yo apagando las luces, primero bajarle intensidad y luego terminar por oscurecerlas. De todo esto se encargaba mi mente, ella si que controlaba bien la situación, el resto de mi cuerpo, ni flautas, estaba entretenido con mis tics nerviosos.

Así comencé con el control de la soledad, después con la tristeza, luego vino la depresión y ahora estaba controlando la rabia, pero ¡dos meses sin ver lo que le pasaba a mi piel! No me extraña, claro, con semejante artilugio tapándola... Tal vez haya abusado un poco. Ya me imaginaba que acostarse con él no era buena idea.

Acabo de reclamar a la empresa fabricadora del traje y me dicen que es mi culpa ¡mí-cul-pa! Pero ¡Cómo no me di cuenta antes de que el traje estuviera hecho de bubelle! Esta poliamida me produce urticaria, yo soy muy sensible a determinados tejidos… eh, eh, espera. ¿Y si fueran los fantasmas los que se han trasladado ahora aquí, a mi piel...? un viaje a la periferia hartos de las profundidades… Sí es así, ¿Dónde está el martillo?

 

 





Comentarios

  1. ¡Ay Eme!... si es que echar nuestros fantasmas internos es muuuuy difícil.
    La imaginación al poder, esa es tu forma de escribir, huyes de lo común, y siempre siempre sorprendes.
    Por el título pensé que era un traje de torero, pero no, el tuyo no era para atraer al toro, sino para espantar males.
    Así que ahora tienes una dermatitis aguda, somatizas sentimientos… y yo que te iba a pedir prestado el traje, pero no, pa ti pa siempre ¡ea!¡ras ras!

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    1. Jeje como me divierto con tus comentarios Isabel, bueno he decirte que ya también lo he hecho al escribir la historia jaja. Me alegro que lo hayas pasado tan diver ras, ras y a otro cuento que es nochebuena. Un beso

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  2. Hola.
    Madre mía que imaginación tienes.
    Pero si se han instalado en la piel no hace falta martillo, con una microdermoabradsión o unas sesiones de láser a lo mejor se van.
    Muy muy feliz día y qué difícil es echar de nuestra vida a ciertos fantasmas.

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    1. Hola Gemma, sabes es que lo del martillo es para seguir destrozando el traje, no hay mejor terapia jaja pero que lo de microdermoabrasión ummm da para seguir la historia y sesiones de láser... no me des ideas jaja. Pues si que son difíciles de controlar que las emociones no nos afecten, al final no se como nos la apañamos para somatirzarlas, ay me duele el estómago, ay tengo un dolorcillo en la espalda, pues no tengo diarrea, tengo gases, oooh que dolor de cabeza, me va a explotar... Fantasmas, fantasmas pero como se instalen se hacen dueño de la mansión corporal. Un beso linda, igualmente feliz día otoñal!!!

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  3. Esto te pasa por crédula y por hipocondríaca. Los efectos psicosomáticos son muy difíciles de erradicar si no se es consciente de ello. Ni trajes de luces ni niño muerto, un buen psicoanalista puede ser la solución, aunque quizá un poco más cara, jeje.
    Desde luego, tu imaginación no tiene límite.
    Un abrazo.

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    1. Siií jajajaja ni te lo imaginas soy de las que somatiza, menos mal que mi cabeza y mis letras me hacen llevar buen rumbo jeje. Lo del psicoanalista bueno, tal vez sería la solución a los males, pero es que a todos nos gusta brillar con luces propias jajaja. Un abrazo

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  4. Qué bueno, Eme. Me ha encantado. hay fantasmas que son inmunes a la magia. Por más que lo intentes, se te quedan dentro y si consigues echarlos de un sitio se aposentan en otro. Yo creo que lo mejor es aprender a convivir con ellos. los trajes mágicos de colores, además de caros, suelen ser incómodos y poco eficaces.
    Un beso.

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    1. Hola Rosa, habrá que buscar algo para desinmunizar los fantasmas y que la magia los eche fuera jeje aunque sea soplando y haciendo pompas de jabón con ellos. Me alegra que te hayas divertido. Muchas gracias compañera. Un beso

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  5. Buenísimo! Sorprendente y muy divertido:)

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    1. Hola Marta, bueno, bueno veo que te los has pasado en grande imaginándotelo todo ¿no serás de las mías? jaja. Un beso.

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  6. Ja, ja, ja... Ahora que nadie nos oye, cuando pensé en este reto me dije que era ideal para ti. ¡Y vaya si lo ha sido! Un traje curalotodo, al menos eso venden, pero el problema es que el ser humano es un ser emocional y las necesitamos todas: buenas y malas. Aunque esos fantasmas sean molestos son nuestros fantasmas y no podemos amputarnos lo malo sin que se lleve también lo bueno.
    Una historia muy divertida, esa parte "escatológica" es tronchante.
    Esperemos que ese martillo no llegue a la piel, je, je, je... Brillante reto, Eme. Un abrazo!!

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    1. Hola David, es verdad,que seríamos sin esos actos fisiológicos, explotaríamos y además, no nos cabría el traje jajaja. Fuera de coñas, algunos seriamos más felices que conste sin tanta "histería crónica" esas señales externas e internas de los conflictos psicológicos a veces se hacen bastante incómodas y difíciles de llevar, no desnivela el rictus por no decir como nos libera el intestino y a otros, pues no se le empina el cogollo jejeje. Me alegra que te haya gustado. Una abrazo

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  7. Un traje mágico para erradicar emociones negativas y expulsarlas afuera de nosotros. Hasta ahora solo existen las armaduras blindadas para no mostrarnos al mundo tal como somos y protegernos de toda agresión (emoción) proveniente del exterior.
    ¡Ahhh! y es que nadie está conforme con nada.
    Un relato con humor algo escatológico.
    Un abrazo, compañera.

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    1. Hola Francisco, así es, lo has resumido estupendamente. Es verdad que más de una persona usa esas armaduras, pero compañero, que a veces le chirrían los metales y se les ve venir jaja, las luces y sombras de cada uno y sus fantasmas pululandoles alrededor. Como lo sabes, bien dices pues "nadie está conforme con nada". Un abrazote.

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  8. Hay que desconfiar de aquello que lo cura todo, de ser así estaríamos sanos y volaríamos en una burbuja de felicidad. Sin embargo, en este caso se le puede echar la culpa a la alergia que le produjo el material sintético con que estaba confeccionado el traje. Su uso tampoco sería aconsejable para mí.
    Desarrollaste una idea genial, contada con humor y buen ritmo. Me gustó un montón.
    Besos, Emerencia.

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    1. "Algo que lo cura todo" ¿dónde? ¿dónde? como bien dices Mirella, es que somos unos seres sufridores, siempre hay algo o alguien para echarle la culpa. Gracias por la lectura, me alegro que te hayas divertido. Besos

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  9. Fantástico. Como me divierto con tus relatos y ser sorprendida me encanta. Lo has hecho de maravillas!!!

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    1. Ay buhitas, ya veo que te lo has pasado bien, gracias por compartirlo. Un beso

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  10. Un relato sorprendente a tu estilo.Pero ese traje espanta males no sirve para quitar la opticalia. Ponte mucha pomada para evitar el picor. Jajaja muy bueno y divertido. Un abrazo.

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    1. Hola Mamen, jeje acabas de inventarte una nueva enfermedad: opticalia; que me da pie a inventarme una definición; es algo como "conjunto de síntomas que provocan el giro del globo ocular ante los miedos y ansiedades que va acompañado con un vaivén tipo flan de huevo" jajaja es una broma. Mi querida compañera me alegra que te haya gustado y sobre todo, que te hayas divertido. Un beso

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  11. El traje de luces es un título muy taurino para que Eme, una torera de las letras, haya realizado una faena para salir por la puerta grande del concurso de David. Ojú que arte tienes, ja,ja,ja. ¿Dónde está el martillo? Si lo encuentras, dímelo. Solo es para darles un suave toque a los de atención al cliente de cualquier operadora movil ;-)
    Besos Eme.

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    1. Jaja el martillo salió despedido por la ventana en un testarazo directo y certero al traje acompañado de chispas, sapos y culebras voltaícas, ni te cuento. Gracias compañero, ya veo que te lo has pasado bien. Un beso

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  12. No es fácil expulsar los males o fantasmas que tiene uno dentro. Y si nos curamos de unos, tardamos poco en buscarnos otros. Somos infelices por naturaleza, creo yo.
    La imaginación al poder, Eme. Seguro que si patentas ese traje será el regalo de las próximas navidades. Un abrazo.

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    1. Hola Bruno, como bien dices no es nada fácil, siempre hay alguno que acecha en la puerta para entrar. Pues no creas que la idea me ronda jeje, un regalo acorde con las luces del arbolito jaja, alguno, alguna lo probaría, de eso estoy segura. Gracias compañero. Un abrazo

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  13. ¡Qué imaginación, Eme! Un traje de luces sin fisuras ni costuras. Cómo sabes llevar al lector con esa mezcla de humor, carácter y descontrol emocional. Para reírse y no parar.
    Un abrazo.

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    1. Hola María Pilar, síii todo cremallera y además unas bombillitas que son sensores intuitivos con diseño de moda cibernética, lo último, lo más. Gracias por tu comentario. Un abrazo

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  14. !Que sorprendente y divertido relato, Emerencia. Me ha fascinado la narración que realizastes con ese traje de luces. El final me a matado de risa, que me he imaginado ese martillo haciendo trizas el no tan mágico artilugio.
    Saluditos

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    1. Hola Yessykan, ay pues que me alegro que te lo hayas pasado tan bien. Sí, el final le ha salido del alma a la protagonista jajaja. Un abrazo

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  15. La idea del traje es maravillosa, la verdad; qué tan difícil es deshacerse de los fantasmas y los miedos que estos acarrean, qué pena que al final el producto no haya sido del todo bueno, ;) Genial, divertido y único. Si requerís ayuda, os ayudo a destrozar el traje, je, je, je
    Un beso enorme.

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  16. Querida Emerencia, que artefacto tan genuino y especial, mira que se aproxima la navidad y tendría mucha venta, ja, ja.

    Me ha gustado mucho como dejas jugar a tu imaginación con la realidad de las cosas, esas emociones atrapadas y disfrazadas de enfermedades si que son verdaderos fantasmas, y como tal, son muy dificiles de espantar y mandar al carajo...

    Lo del final ha sido lo maximo, esa dermatitis por no querer despojarnos del traje ni siquiera a la hora de dormir... Que así somos en realidad, escondemos nuestros males y cuando no encuentran mas que destruir por dentro, afloran a nuestro exterior y no nos queda más que entrarnos a puros martillazos, ja, ja.

    Eme, lo tuyo siempre es fuera de serie amiga. Me encantó tu relato, jocoso, entretenido y también reflexivo.

    Recibe un fuerte abrazo.

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