EL SECRETO DE LA SIRENA ARCO IRIS
En cada abrazo que un río le regala al mar se escapa un
arco iris. Este arco permanece reflejado en la orilla y queda impreso,
translúcido, en cada una de mis escamas en una sutil curvatura de colores
brillantes. Es un tatuaje sin creencia ni tiempo. Un transcurso que es un
decir, puesto que en el mar no hay calendario que marque edad, ni una brújula
que oriente una era.
Nací en la inmensidad, en el abismo. El mar es mi hogar, mi
alianza atávica. Mil razones son y mil eran mis ancestros. Mi cuerpo es agua
viva, mi genética es origen; mis células han bebido de su agua y cada gota
salada ha enlucido mi silueta con esas transparencias cromáticas que me hacen
digna sin ser espíritu. Sí, he estado redimida siempre al mar, en este conjunto
de masa marina, en ese ir y venir de aquí, de allá.
Si
quieres verme estaré más nítida en la pausa del mediodía, cuando las sombras se
hacen más cortas, cuando se entrelazan las caderas del agua. Soy esa onda
excepcional que destaca en el blanco lecho de rocas pulidas; esas piedras
talladas sacadas de las manos que no presumen de ser de artista. Vivo del mar,
como lo hace la estrella con sus cinco dedos; y ya puestos a contar, son cinco
también los de tu mano. Ya ves como el mar está fuera de él, está en la tierra
y dentro de ti; es corriente de energía en un campo de vibraciones que arremete
contra una y otra orilla día tras día. Entra en la tierra y la enmarca para
darle todo lo que es de vida.
Dicen
los poetas que soy suspiros de la mar, incluso hablan de lamentos… No, no están
en lo cierto, la agonía marina no existe. Ella o él (acaso el género importa)
están tan presentes hoy como lo han estado siempre. Son pretérito y son
perfectos. No se dejan llevar por remilgos ni sentimientos. El mar no es esa
euforia que entra en crisis, eso es otra cosa. La mar no entiende de coyunturas
terrenales.
Mucho
tiempo dijeron que no soy del mundo de los vivos, pero ¿cómo? sí esa es mi única razón de existencia:
dilucidar la verdad, la transparencia. Mi cuerpo ha acompasado ya mis
frustraciones de andar por la vida con ese vaivén de las olas del mar. Y tanto
tiempo nadado llevo en el regazo de este líquido que Poseidón me libre de pecar
diluyendo el perfil que tengo, ese trazo más allá de las refracciones de luz en
línea de cristales. No dejaré que descifren esos enigmas que se me atribuyen.
Mismamente soy yo.
Soy
sirena que no canta ni tampoco es quimera. No soy tentación ni traicionera, ni
un ángel caído. Soy sirena, la que acompaña a navegantes y vela los sueños de
pescadores. Yo misma, la marina humana, la divina inmortal que ha vivido tanto
en el mar como tú en la tierra. Si quieres verme, soy aquella que espera cerca
de la roca, dentro de la cueva o alejada en una isla; verás mis reflejos muy
cerca de ti, nadando o tendida en la orilla junto a tu cuerpo de piel y
recuerda que cuando quieras tocarme soy arco iris de sal en un abrazo de río.
Y
dime, ¿es que alguna vez me viste y no me lo has dicho?
De niño muchas veces la busqué y muchas más la imaginé.
ResponderEliminarGrabadas en cuentos y contadas en historias, las sirenas han sido la inspiración de navegantes, poetas y niños fantasiosos.
De mayor, solo he visto una, mirando al mar desde lo alto de una roca danesa. ¡Qué pequeña se ve!
Me ha fascinado (y no me cansaré de repetirlo) tu prosa poética y tan refinada.
Un abrazo.
Hola Josep Mª yo siempre las veo en el mar. Las imágenes fueron tomadas en una de las playas más bonitas que conozco. Es mágica, su roca y arena es negra pero existen franjas de cuarzo, cristal roca, y la luz te hipnotiza provocando estas mágicas figuras en la orilla. Allí, cuando nadas, te envuelven el cuerpo como danzando, te abrazan, son ellas, sí estoy segura, pero no tengo tan claro si es una o son muchas. El sueño queda. Eres muy amable con el comentario. Un abrazo
EliminarAdoro las sirenas, de hecho tengo en el blog un relato de amor con una, me chiflan.
ResponderEliminarMe ha encantado el texto, como dice Josep es una prosa poética muy refinada, da gusto leerte.
Besos.
Hola Gema, pues entonces hay que leer este relato, ya lo busco en tu blog, o déjame el enlace aquí. Gracias, me alegro que te haya gustado. Un beso
EliminarQué bien escribes Eme, :)
ResponderEliminarUn cuento que te adentra en una ensoñación con nombre ha pasado, nostalgia de esa agua cristalina, que ciega y no permite ver.
Me ha encantado.
Besitos.
Hola Irene, sí hechiza, hipnotiza con la luz, con las olas; te ciega y te hace creer que está a tu lado, cuando sales de su abrazo finges dormir pero estás despierta soñando. Gracias. Un abrazo
EliminarCuando miramos el mar o un río y vemos esas agua cristalinas podemos ver las sirenas sólo tenemos que centrarnos con la mirada fija en el agua y creer en ellas. Las podemos visualizar. Y al leer tu relato las vemos ya creo que las vemos. Me encantó tu escrito. Un abrazo
ResponderEliminarQué linda, Mamen, claro que sí, allí están pero no te confundas en el río no están, allí solo moran las ninfas, las bellas ondinas, las ninfas acuáticas. La sirena es de sal gema, de cuarzo blanco pulido en la orilla marina. Las ondinas no se atreven a asomarse al mar, pero estoy segura que alguna vez ninfas y sirenas se han visto sus rostros a través del cristal que les separa. Gracias Mamen. Un abrazo
Eliminar¡¡Ay, Eme!! después de leer el título, buscaba en las fotos una trucha arco iris, pero luego vi que lo de la sirena iba en serio.
ResponderEliminarPreciosos relato. Me ha emocionado por la belleza de forma y fondo eso de "Son pretérito y son perfectos". De lo mejor que he leído en los últimos tiempos.
Un beso.
Ay mi Rosa, exageras, tu que de lectura sabes un montón y yo que a tientas me presento en esta orilla prosaica, pero me motivas a seguir, eso sí y mucho. Gracias. Me alegro que te haya gustado. Un beso
EliminarExcelente el terciopelo de tus palabras Eme, cuando te pones te pones y esa fuente de inspiración que surge de tus pensamientos es pura belleza. Por cierto, hay una película australiana de los años noventa algo irregular pero que tal vez te guste, se llama Sirenas y causó cierto revuelo en aquella época con el debut cinematográfico de Elle Macpherson acompañada de Hugh Grant. Un abrazo Eme y felicidades por un relato tan bonito como bueno.
ResponderEliminarHola Miguel, acabo de ver el trailer de la película, parece interesante, la tendré en cuenta. Gracias por tu apreciaciones. Un abrazo
EliminarPrecioso, el ritmo transmite la ondulación del agua en calma, la imagen de las caderas del agua es fantástica.
ResponderEliminarMuchos besos.
Gracias Sol, las fotos que hicimos juntos Jose y yo son una verdadera inspiración, más allá de sus colores están escondidas esas palabras, en las formas y en los huecos de sus sílabas. Un abrazo
EliminarUn precioso y delicado texto, Eme, acompañado de unas imágenes maravillosas que lo ilustran a la perfección. ¡Qué ganas de lazarme al agua a buscar sirenas con las que soñar y arcoiris despistados que se dejen tocar!
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Julia, gracias, sí los momentos vividos en el mar ese día y las imágenes tomadas de esos arcos multicolores han sido la inspiración para el relato. Yo me pasé horas viendo los arcos iris, eran tan mágicos... era entonces comienzos de Junio; ahora el calor derrite los colores, como el hielo dentro de un vaso o como un helado. Un abrazo
EliminarEs musical tu relato, Eme. Lleva el oleaje y el olor a sal impreso en sus letras.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Bienvenida Mirna, gracias me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarToda tu prosa es poesía Eme, qué manera tan bonita de presentarnos a tu sirena!! "Soy esa onda excepcional que destaca en el blanco lecho de rocas pulidas" qué maravilla!!
ResponderEliminarDe verdad Eme que has conseguido un relato precioso con unas descripciones que reflejaban todos los sueños y anhelos de los que miran al mar. Las sirenas tienen tantos significados... están presentes en tantos sueños, mitos y cantos que parece que ya nadie las nombra.
Me ha gustado mucho y me ha gustado que me las recuerdes.
Un fuerte abrazo Eme.
Gracias Xus, si creo que si, que las sirenas son las grandes olvidadas. En nuestra niñez estaban muy presentes: en cuentos, disfraces, muñecas. Creo que los avatar de la selva y los misterios cibernéticos del espacio acabaron con los mitos del mar. Me alegro que te gustara y que me destaques esa frase que te ha llegado, para mi es interesante conocerlo. Un abrazo
Eliminar¡Por todos los dioses del Olimpo! ¡Qué añoranza de mar! Eme,yo quiero ver esas sirenas tuyas tan hermosas, ¡¡nada menos que sirenas arcoíris!! Echo de menos la mar...
ResponderEliminarUna entrada preciosa.
Gracias Maria José, bueno aquí las tengo muy cerquita, cuando se dejen ver yo te las enseño. Gracias. Un abrazo
EliminarUn texto precioso. Una prosa poética que te mece y te acuna en ese vaivén del agua. No sé si sirenas habrá, pero la magia de tus letras y esas fotografías seguro que sí. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias David. Esta sirena arco iris seguro que también te lo agradece, es la que se mece en la orilla y te insinúa en el beso de las olas. Cuidado que no hay hombre al que se le resista, lo cuida y lo abraza hasta hacerle vibrar más allá del ombligo... Las fotos son realizadas a dos manos por mi compañero Jose y yo; él dice que siempre veo más allá del simple mar. Un abrazo
EliminarQué texto tan poético, delicado, musical... fascinante en serio. Leerte es como dejarse mecer por el mar y dejarse hipnotizar disfrutando cada palabra.
ResponderEliminarTodo un disfrute para los sentidos, Eme.
Un fuerte abrazo.
Hola Ziortza, me alegra que te haya gustado. Es tiempo de mar y de letras, de dejarse llevar, de flotar para que entre el sonido de sus profundidades por tus oídos, nadar y atrapar sus formas y colores. Soy una enamorada del mar, creo que es lo mejor que tiene el verano: sumergirse en él. Un abrazo fuerte.
EliminarNo había leído esta belleza de entrada, hermosas palabras, poéticas y mágicas, llenas de sales y cristales y mas que todo de esa bendición que nos da vida y es nuestro mas preciado tesoro, el agua, que nos rodea, nos nutre y nos baña y nos regala tanta vida y belleza sin igual.
ResponderEliminarLas fotos hablan por si solas de la belleza de estas aguas, deben habitar muchas sirenas arco iris allí.
Un regusto leerte Emerencia.
Hola linda amiga, gracias por tu visita. Una inspiración de un baño en una de las playas de mi localidad. Fue indescriptible los colores que aparecían, mágico momento que lo transformé en este relato. Un beso Idalia
EliminarTodo el texto rezuma poesía, pero el último párrafo es todo un poema.
ResponderEliminarHas dibujado la parte maravillosa del mar y su naturaleza, medio divina, medio humana, en su apogeo, mientras que se cierne sobre él una tormenta de escoria contaminante y en el fondo un poso de muerte lenta.
Ojalá nuestros mares y ríos permanecieran vivos para siempre, regalandonos un arcoiris en cada abrazo.
Un abrazo.
Hola Josep Mª gratamente te tengo nuevamente aquí, fuiste el primero en dejar el comentario allá por el 2017 y vuelves a leer el relato, nuevas impresiones, nuevas reflexiones..."Cuán vivo es el texto si la lectura lo acaricia a destiempo".Muchísimas gracias compañero. Un abrazo de mar, de arco iris.
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