LA MÁS BELLA MENTIRA
Taciturno, sus pies le llevaron en volandas
hasta la orilla. Cogió el volante de su desesperación y salió de allí
corriendo. Ni reparó en la suerte que había tenido. Se dirigió apresurado donde
rompía la primera ola; los pescadores le esperaban mar adentro. Antes de subir
a cubierta, se volvió y clavó la mirada en la isla y a gritos pregonó a los cuatro
vientos que no volvería más, ni se acercaría a aquel lugar maldito.
“La Prímula” llaman a ese pedazo de
tierra flotante del Mediterráneo. Una isla relegada al olvido. Es un lugar
inhóspito, sin ningún vestigio de aliento de vida, solo la que ahora se
marchaba para no volver. Una playa cubierta de plásticos, aceites y un sinfín
de desperdicios humanos. El ecosistema marino había muerto por completo. Lejos
de considerar su superficie arenales paradisíacos era un completo basurero. Toneladas
de residuos, millones de plásticos acampaban por todos los rincones;
arrastrados unos por las corrientes marinas y otros, la gran mayoría, provenientes
de los buques.
Encalló con su barco una noche de
zozobra. El mar había decidido quitarlo de su vista y ¿dónde lo trajo? Aquí.
Había destrozado su barco, entre viento y oleaje. Su vuelta quedó inutilizada
por completo. Alguien podría pensar que se trataba de una venganza del mar a los
marineros inútiles. Allí los llevaba, a zabordar “su mal hacer”; pero no era
malévolo, no los dejaba para siempre, ya había demasiada basura. El creído
sabio, el ser más impertinente de la faz de la tierra, también estaba
convencido que saldría de allí. No sabía cómo, eso sí. Pero después de quince
días solitarios solo con sus sombras apareció el milagro, uhm, milagritos…
Cómo podían llamarle así a una isla,
Primavera, donde no había rastro de ninguna planta y mucho menos de prímulas. A
su cabeza le vino igualmente el peñón de Perejil, pero no le dio más vueltas.
Pensó: «Tal vez sea la posibilidad de lo imposible. Que hubo primaveras, fue siempre
verde o existió vida pero, ¿cómo aceptar que no haya flores? La inocencia creó
el juego erótico de los ovarios y los pistilos, los convirtió en una lujuria,
en el origen del pecado y después apareció la fuente de la vida. Aquí no se
puede cazar mariposas, ni se puede coger plumas». Estuvo dándole vueltas y se cansó
« ¡Maldita primavera! la más bella mentira de la vida es una isla»
(Relato presentado para la comunidad "Escribiendo que es gerundio" de Francisco Moroz y Julia C. para el reto "Alrededor de un tema" )
Atraída por el título de tu relato, marcho con una reflexión en mi mente acerca de los años de vida que le quedan al ecosistema marino y a las bellas islas de sus aguas. Ando interesada últimamente en el estudio que se ha hecho sobre la basura en la isla más recóndita del planeta; en el documental que se ha presentado sobre el mar en el que el director parte de la base de que, cuando comencemos a amar el mar, mayor interés tendremos en cuidarlo; y en el invento de un joven surfero de 25 años para recoger los plásticos de los océanos.
ResponderEliminarAsí que, fíjate Eme todo lo que me han evocado tus líneas. Sé que esa ha sido tu intención: palabras para reflexionar.
Un besazo
Gracias Macarena. Cuantas cosas que contar al respecto ¿verdad? al menos sientes la sensibilidad. Los que vivimos cerca de él nos martiriza esa agonía. Hay lugares donde la pisada humana sobre la arena es tan profunda que ni las olas son capaces de borrarla. Un abrazo
EliminarGenial relato Eme. Qué pena me provoca ver el mar y los ríos repletos de desperdicios humanos. Lo que más me dolor me causa es cuando se da una de esas espeluznantes mareas negras que acaban con todo y lo cubren de esa asquerosa viscosidad. Bello, reflexivo y melancólico relato.
ResponderEliminar¡Mucha suerte en el concurso! Un besazo.
Hola Eme describes con una amarga belleza lo que está pasando en muchos ámbitos marinos en relación al descuido del ser humano con nuestro planeta en general. Y quizás, algunas personas desconozcan que se están utilizando nuestras costas y playas para expulsar de la ciudades enormes cantidades de vertidos, que según y en qué dirección sople el viento, podemos encontrar en nuestras playas recuerdos y objetos que son sonrojantes con la planificación medio ambiental de los ayuntamientos.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte con el concurso!
Me dejas sin palabras. Que la frase "maldita primavera" te haya inspirado este soberbio relato ecologista me sobrecoge. Qué bien narrada, textual y estéticamente, la adulteración de nuestras costas, nuestras playas y esos lugares que, debiendo ser idílicos, se están convirtiendo en un contenedor de inmundicia.
ResponderEliminarOjalá la belleza vuelva a estar presente en todos los rincones del planeta.
Ojalá este texto sea merecedor de un premio.
Un abrazo.
Ironías de la vida que una Isla-vertedero se llame precisamente "La Prímula". Quizás debiera ser un recordatorio constante de que no respetamos ni cuidamos nuestro entorno y de que eso es lo que estamos construyendo poco a poco, pedazos de naturaleza que debieran ser paraísos y no son más que basureros.
ResponderEliminarUna crítica a través del relato con la que no puedo dejar de estar de acuerdo al cien por cien, Eme. ¡Genial tu forma de expresarla!
Un abrazo grande de martes.
Qué título tan bueno para una protesta.El ser humano es el peor depravador a la naturaleza.Yo creo que si todos ponemos de nuestra parte el ser humano es más consciente se lograría acabar con esta suciedad que acabará con el planeta. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso texto, Eme. Y gracias a él me entero de que hay nuevo reto en la Comunidad. Si tengo tiempo e inspiración, participaré, aunque el tuyo es muy bueno y pone alto el listón. No sé, no sé...
ResponderEliminarMucha suerte, Eme.
Un beso.
Hace ya algunos años, teníamos un programa que llevaba a los escolares a las playas y después de recorrer un transecto determinado y recoger todos los desperdicios arrojados por el mar se clasificaban. A mi personalmente me gustaba mucho porqué se visualizaba la locura consumista en la que el mundo está inmerso. Ni te imaginas las cosas que se se encontraban,...
ResponderEliminar¡Hola Eme! De las últimas entradas que leí antes de mi retirada (momentánea) del blog, fue la de IGNORADA Y ENTERRADA recuerdo que me dejó sin palabras, y esta no se queda atrás. Lástima que nuestra poca conciencia sea capaz de destruir el hábitat marina de esta manera.
ResponderEliminarEste comportamiento terrible y silencioso un día le tendremos que rendir cuentas, pagando un alto precio y del que sino cambiamos saldremos perdedores.
Me encantó leerte de nuevo.
Un abrazo.
Qué bonito relato aprovechando la temática del reto. Hay una contraposición entre la belleza del texto y el trasfondo y reflexión que encierra.
ResponderEliminar¡Mucha suerte en el concurso, Eme!
Hola compañeros. He estado perdida en otro mundo así que no he podido responder hasta ahora. Gracias a todos por vuestros comentarios ha sido una forma de contribuir a ese proyecto a dos manos de Julia y Francisco: Ziortza, Miguel, Josep Mª, julia, Mamen, Rosa, Norte, Chelo y bienvenida Irene!!! Un abrazo a todos!!!
ResponderEliminarHola, Eme. Ya me gustó mucho cuando lo leí en la comunidad de Julia. Todo un motivo de reflexión, en el que me ha gustado ese contraste de imágenes entre la belleza de lo nombrado y la suciedad de lo mostrado. Un abrazo!
ResponderEliminarHola David, me alegro que te guste. En realidad lo has resumido muy bien, una buena sinopsis. Gracias. Un abrazo
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