UNA SOLA, EN LA TERCERA
La supervisora comienza por la tercera obra.
Solitaria frente a su mesa encaja su espalda. Coge sus gafas cuadradas, las
preferidas, esas rayadas y con huellas a medio esconder del último trabajo.
Bebe un sorbo de agua. Enfoca el haz de luz. Su costumbre es barrer todo lo que
chirría a su vista. Le sacude el resto de polvo que haya quedado. Con su mano
tumba el frasco para que caigan las letras. Se concentra. Hay una cadencia y ya
le viene al oído. Espera. Sus uñas están quebradas de arañar, y los restos de
paja se le agarran rápido a las estrías de las manos. Queda intrigada. Realiza
varios soplidos con su músculo besador, y en un instante avienta toda la pila.
En su regazo solo han caído las primeras, las demás van descansando unas sobre
otras. Se queda medio parada viendo todo el tropel que viene detrás. Es una
cascada lenta de fragmentos a doble espacio que asoman por la boca a la superficie
de madera. Curiosa vuelve a mover el frasco y en las paredes del vidrio aparece
por fin la obstinada: la única errata que hay. Con los dedos enhebrados se
deshace de ella. No le ha fallado su truco de oficio. Lleva mucho tiempo
haciéndolo. Sus manos tiran del arco de sus labios y los ojillos le brillan.
Cierra la última página. No ha habido falta ni coma. Solo un cambio a tiempo de
un verbo. Final. Bebe otro sorbo de agua. Sonríe. Se levanta satisfecha. Deja
tras de sí una historia casada con estilo. Aún le esperan dos más.
Los artistas de las imágenes son Marta Kiss y Fedotko respectivamente
Y es que llegan a convertirse en una obsesión,... ;)
ResponderEliminarHola Norte, y que lo digas. Los escritores noveles tenemos una ardua tarea, por más que leas se te escapan. Gracias. Un abrazo
EliminarPor más que se revisa y revisa...
ResponderEliminarSe ha de tener mucho oficio y lo bien que se retrata en tus letras.
Saludos
Los supervisores, ay, que serían de los grandes escritores si no los tuvieran. Es mi pequeño homenaje a estos "interpretes de la palabra ajena" deben de sacar tanto de las sombras que dejan las páginas ¿no crees?. Gracias Conxita. Un abrazote
EliminarMe encanta Eme, ¡qué retrato has compuesto!con tus palabras has puesto imágenes y he visualizado la escena. Muy bueno y original.
ResponderEliminarEnhorabuena y un fuerte abrazo.
Hola Xus, gracias compañera. Un abrazo
EliminarEs esta una supervisión poética, en la que es difícil creer que se haya podido escapar alguna errata de lo bien enhebradas que están las palabras en este texto. A mí sí se me escapan erratas, y hasta ratones y por mucho que reviso mi cerebro se adelanta a completar la frase y no veo el error. Tengo que sorprenderlo cambiando el formato, la letra, y hasta del color del fondo, para que perciba los errores.
ResponderEliminarUn beso, Emerencia, y preciosas imágenes, también.
Jaja, si tal vez la inspiración ha venido por ahí porque curiosamente cada vez me resulta más complicado escribir sin ver si hay algo que chirría. Complicado trabajo es el corregidor o corregidora. Los considero como esos dobladores de actores y actrices, deben meterse en la piel para sentir, emocionarse y poder trasmitir como ellos lo hacen. Siempre los he admirado. Gracias Ángeles por tu comentario. Un abrazo
EliminarSupervisores de nosotros mismos; a falta de una buena o un buen supervisor literario. Cadencia en tu texto, a la vez que originalidad en el contexto.
ResponderEliminarUn abrazo de letras Eme.
Gracias Miguel, abrazos
EliminarVeo que nos pasa a casi todos. Yo leo y releo y siempre se me cuela algún gazapo.
ResponderEliminarPreciosas las imágenes, sobre todo me gusta la primera, y precioso el texto.
Un beso.
Gracias Rosa.Tantas veces leemos los textos que hasta nos cansa la vista y nunca creemos que ya está terminado el trabajo. Cuando lo compartes, pasa el tiempo y lo vuelves a leer, dios, que errata. Perfeccionista y creativa no van bien. Besos y Gracias Rosa
EliminarUna forma preciosa y poética de retratar una revisión, que casi siempre es la parte más desagradable. Curiosas y bellas metáforas. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesos, Emerencia.
Gracias Ziortza, muy amable. Besos
Eliminar¡Pero qué bueno, Eme! Manos, labios, ojos, uñas...toda la carne en el asador para que el resultado sea perfecto.
ResponderEliminarSencillamente genial, felicitaciones.
Un beso
Gracias Chelo. Sí que es una profesional esta supervisora, la que todo el mundo deseamos tener. Habrá que ficharla y tenerla muy en cuenta en esos momentos en los que nos baila el texto y no sabemos si está o no acabado; obstinados de que aún queda por afinar algo. Un beso
EliminarQué forma más original de describir el reto de revisar un texto. Parecía que describías a una Mantis religiosa o a una araña en el proceso previo de devorar a su presa, jaja.
ResponderEliminarExcelente forma de narrar. El uso de las palabras y el estilo narrativo es perfecto, si es que la perfección existe, jeje. El caso es que me ha encantado.
Un abrazo.
Hola Josep Mª muchas gracias. Bueno si que es curioso que esa supervisora mantis sacará las erratas con todo su arte. La verdad es que sus patas tienen esa elegancia aunque tambíén hay que ser cauto con ella, se la sabe todas...jeje Uy, perfección la de este animal. Un abrazo
EliminarNo sé qué pensar... me parece que esta correctora es un poco maga. O tal vez la artista seas tú presentando una tarea tan árida como algo casi mágico. ¿Sabes? a partir de ahora me resultará más divertido repasar los escritos: ¡En busca de la errata perdida! jajajaja
ResponderEliminarHola Milano, una magia que hace que tenga todo a su favor. Difícil más bien, debe estar muy segura de su trabajo. Gracias por traerme este comentario. Un abrazo
EliminarMe ha encantado tu forma de contar esa revisión de texto. A mí se me cuelan muchas veces, los reviso(excepto los jueves) pero alguno siempre se cuela.
ResponderEliminarPor cierto, no sé porqué no me aparecen nunca tus actualizaciones en mi blogroll, me pierdo muchos post. Voy a quitarte y volver a ponerte a ver si así funciona.
Besos.
Hola Gema, pero no me quites del todo jeje. Gracias por venir a leer a esta revisora tan particular. Un abrazo
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