DISFRACES






Una servidora, santa, santa, como que no es. Del significado solo tengo la dedicación. Será por comodidad o por un desarreglo de nacimiento (que yo ignoro) pero saber, lo que se dice saber, me falta, pero que mucho.  Para aprender vengo siempre dispuesta a cualquier casa, rincón o donde un hueco me dejen. Si bien, y de lo poco que recuerdo, se que de niña fui con velo, no de novicia, esto lo digo sin duda. Me encantaba llevar flores de colores, rompía con ese blanco de pureza e inocencia. Después tocó llevar toga, negra (dicen que es seriedad la sapienza) y estola (solo para la foto) sin birrete claro, que éste después vendría importado. ¡Cómo se pierde el verdadero uso original de las cosas! Como este sombrerito de forma prismática que servía para escribir donde un papel se dejara entonces y mesa faltara.

Pero si de disfraces se trata, me gustan las transformaciones, sobre el papel y sobre el escenario. El mundo no es el que se ve, sino el que cada uno se figura que es. Fanáticos somos de la sospecha en rincones y plazas. Unos miran con ignorancia y otros con perversidad, unos ríen y otros lloran, puesto que de empatías se trata. ¿Acaso no llevamos cada uno un mundo a cuestas? Como los trajes, unos sobre los hombros y otros ajustados al talle. Y rajas, quebraduras, todas las imaginadas llevamos por dentro, y por fuera, pero algunos se las tapan.

¡Vivimos tantos cambios! forman parte de la andadura, ¿acaso no desapareció las sendas del Oso? Pero a no entristecerse que ahora contamos con esta del “BlaBlaCar”, que unos agradecen y otros persiguen, y es que no se hace nada a derechas, o al menos que le gusten a ellas.

-¡Atención ha llegado a esta ciudad el camión del tapicero! ¡Salga y pregunte precios sin compromiso, nuestra gran especialidad en discotecas!...

-¿Queeé? ¿Esto es políticamente correcto?

-…¡¡trabajos garantizados y grandes descuentos!! ¡¡¡Te recogemos el trabajo a domicilio!!!

¡Qué entusiasmo! ¿Será la voz de la crisis? Tal vez volvamos a esas andanzas del Lazarillo con el ciego. Peripecias de tiempos inciertos o picardías para llegar a fin de mes en el mercadillo de los domingos. A lo mejor hay mundos en nuestros adentros que no acabamos de ver del todo, porque  en los fondos (altos o bajos) todos somos iguales. Las manifestaciones en el escenario social son versátiles según dónde y cómo nos hallemos, con la ironía de quién observa y desmenuza al otro. Criticar nos puede salir rana. Muchas sociedades y muchas caras. Predicar, predicamos todos, unos en sus escenarios y otros en la calle.

 -¡Crédulos sin claridad en diálogos que a bastón y podio ensalzan porque dinero no remueven e ingenuos aceptan lo inverosímil!

Pero si seguimos tan crédulos, creer por creer, que desaparezcan reyes, reinas, príncipes y princesas. Hace falta más orgullo, enardecer más los méritos. “La envidia es tan flaca y amarilla porque muerde y no come” decía Quevedo. Frustración es también lo que le pasó a la lechera del cuento.

De sarcasmo, crítica y queja si que andamos bien servidos y, de arrebatar y destruir lo bueno tampoco andamos escasos.

“Vuelta al circo” “Erre que erre” resentimiento a un lado que “el que se pique ajos come” porque hambre de espíritu es lo que hay.

¿Quién se apunta a saltar al escenario para verse el ombligo?





Comentarios

  1. Ironía fina y crítica, incluso autocrítica, para dar y regalar. De un tiempo a esta parte, eso me parece a mí, tus letras están llenas de imágenes que azuzan y provocan al ingenio a quien te lee. Hay que estar a la altura para seguirte o conformarse solo con lo que parece, pero en cualquier caso es un sanísimo ejercicio leerte, querida Eme, y también un placer :))

    ¡Un abrazo fuerte y feliz finde!

    ResponderEliminar
  2. Cierto Eme, estoy con Julia en que tu relato está impregnado de una fina ironía y crítica y da por pensar, al menos conmigo lo ha hecho.
    He pensado en todos esos disfraces con los que nos paseamos por la vida, algunos los tienen tan asumidos que se creen que son eso y otros van trampeando como pueden intentando sobrevivir a los tiempos que corren. ¿Qué queremos ser?
    Disfraces, olvidarnos de quiénes somos, vernos en los otros para creernos... Quizá vaya tocando despojarse de lo superfluo y empezar a buscar más en nuestro interior para recuperar, si se puede, la esencia de lo que somos.
    Creo que me he ido por las ramas pero es lo que me ha sugerido tu texto.
    Buen finde

    ResponderEliminar
  3. buen texto como bien dice la amiga Julia lleno de ironía, y es que disfrazarse es en cierta manera, adquirir otor yo que no somos y durante unas horas, poder reirnos de nosotro smismos y de los demás, en fin creo que hay que ir por la vida sin disfraces y aceptarnos nosotros mismo como somo sy los demás, para que sirve disfrazarnos si total al final nuestro yo sigue ahi, aun con disfraz? un abrazo. TERE.

    ResponderEliminar
  4. Con lo del camión del tapicero me has recordado que en el pueblo en que vivo (a once kilómetros de Santander) desde siempre (hace dieciocho años) viene el camión del chatarrero y otro que vende melones (este en verano). me ima gino que la crisis habrá agudizado el fenómeno, pero por aquí vienen mucho antes.
    Razón tienes, por aquí (por ahí, por este país al menos, otros no conozco tanto) hay mucha pobreza de espíritu y envidia y ganas de aparentar lo que no se es con disfraces propios o prestados, pero lo que no se puede decir que nos falte es ironía y mala leche para juzgar los juzgable y lo no juzgable.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Hola Eme, que genialmente describes el circo de la vida! Como dicen las amigas con una fina ironía describes tu mundo y el mio. Enhorabuena amiga, me gusta tu estilo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. ¡¡¡Hola!!!! Cuánto tiempo. Me ha gustado mucho esa ironía tan fina, me has hecho pensar.
    Y el camión del tapicero...qué recuerdos me has traído.
    Un besín y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
  7. Gracias por comentar y compartir vuestras impresiones que en el fondo son también mías: Julia, Conxita, Teresa, Xus, Marigem. Sí, no me falta ironía, pero es que me pinchan las entrañas en muchos momentos del día. Escribir y azuzar con imágenes que no están es lo que siempre intento con mis palabras y creo que lo voy consiguiendo. Me alegro mucho este comentario de Julia. Buena pregunta Conxita ¿qué queremos ser? despojarse de lo superfluo, algo que está creando una costra sobre la piel y apenas ya la vemos, hay que arrascarse, ¿verdad Teresa? para encontrarnos. Rosa, aquí el de las papas (3 sacos por 5 euros) los melones, las naranjas, el afilaor. Sí que se ha agudizado el fenómeno. Con lo de la mala leche se nos agria el tema, será envidia, inconformidad... pero de juicios está llena la calle. Gracias Xus, lo intento. Hola Marigem, me alegro espero que lo de pensar sea para bueno. Un abrazo a todas

    ResponderEliminar
  8. ¡Qué imagen la de Quevedo: tremenda y tan cierta! Hambre del espíritu es lo que hay, no podría estar más de acuerdo. Nos haces pensar y nos fuerzas a mirarnos a un espejo que solemos asumir como ajeno, precisamente porque somos capaces de vestirnos para tapar aquello propio que nos disgusta hasta de nuestros propios ojos, mi querida Eme. Buen trabajo ;)!

    Un beso grande.

    Fer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Fer, gracias. Esta frase es tremenda, esta si que azuza ,como dice Julia, a imágenes, casi la ves reptando. Un abrazo

      Eliminar
  9. Eres genial escribiendo, Eme. Hay que rascar bastante tus letras y descubrir ese mensaje que nos quieres transmitir en cada post, y la verdad es que te superas.
    Yo al final pienso que hay personas que convierten su 'disfraz' en su 'uniforme' y así viven la vida, y además sin ningún pesar, qué triste...
    Un beso, me ha encantado volver a leerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Graaacias Chelo!!!Qué encanto, todo un estímulo tu comentario. Un abrazo

      Eliminar
  10. No se puede escribir con más chispa. Alguien dijo que puedes escribir de lo que quieras, siempre que cuentes la verdad. Que se escribe sintiendo cada una de las palabras y así se transmite al lector.
    Vengo de otra lectura que hablaba de la hipocresía social. Bueno, vivimos la dictadura de lo políticamente correcto, de creencias impuestas y aceptadas simplemente porque se lleva o queda bien. ¿Qué dirá la gente si digo esto? ¿Cuántos likes me van a dar si digo esto otro aunque no me lo crea? Disfraces, maquillaje para ocultarnos, para confundirnos con la masa. Estupendo texto, Emerencia. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola David, muchas gracias, no estaba muy segura que hubiera tanta gente que me acompañara a vernos el ombligo. Me alegro mucho. Fíjate que llevaba un tiempo bastante desmotivada para escribir, creí que las letras se me derramaban por algún agujero que no llegaba a ver. Si lees este comentario pásame el link de esa lectura de la que hablas, me gustaría leerla. Un abrazo

      Eliminar
    2. Hola Emerencia, ¡Jamás te desmotives para escribir! Escribir, por sí solo es algo grandioso, y tú lo haces de maravilla... Jo, esa simple frase "las letras se me derramaban por algún agujero que no llegaba a ver" Es de por sí un inicio glorioso para un relato... ahí lo dejo. También te paso el link http://entredoslineas.com/la-hipocresia-social/
      Un fuerte abrazo!

      Eliminar

Publicar un comentario

MUCHAS GRACIAS POR TU COMENTARIO

Entradas populares de este blog

EL HOMBRECILLO ROJO

COMO AUSTIN Y SHELLY

TEMPORADA ALTA